La presente ruta 4 (I)nos conduce hacia Espot, siguiendo el cauce del río Escrita, puerta oriental del Parque Nacional de Aigüestortes.
Descubriremos el parque subiendo en taxi 4x4 hasta el Refugio de Amitges, desde el que descenderemos andando hasta el lago de Sant Maurici. Detallaremos seguidamente la bella senda del Isard que nos conduce desde el lago al aparcamiento en el Prat de Peiró.
Después de almorzar en Espot visitaremos la villa. Ascenderemos a las instalaciones de las pistas de esquí Espot, para disfrutar del majestuoso entorno que las rodea (Ruta 4 -II-)
Desde allí regresaremos a Esterri por la parte occidental del embalse de la Torrassa, visitando los pueblos de Estaís, Jou y Son (Ruta 4 -III-)
Dado unos problemas técnicos no resueltos hasta llegar a Espot, la documentación gráfica expuesta desde Amitges al lago de Ratera son imágenes extraídas de la Web de taxis 4x4 de Espot y de la Wikipedia. El resto de fotografías hasta Espot fueron realizadas en nuestra anterior visita al parque Nacional en 2017.
Salimos de Esterri pocos minutos después de las ocho de la mañana, con la intención de desayunar en Espot, para almacenar calorías con las que caminar durante más de tres horas por el Parque Nacional “d’Aigüestortes”.
Desde Esterri d’Àneu en diez minutos se alcanza el cruce que, pocos metros antes de llegar al dique del embalse de la Torrassa, nos orienta bien señalizado a la derecha hacia el Valle de Espot o del río Escrita.
Transitaremos por un paisaje con relevantes y desvencijados testigos en piedra del pasado medieval. A la izquierda, hacia el sur y antes de la tercera curva cerrada desde el cruce, nos podemos parar para observar en lo alto de una loma, parte de un torreón, único testimonio en pie del Castillo de Llort.
Castillo del que se habla ya en el siglo IX, situado a la derecha del río Escrita y sobre las ruinas del pueblo medieval homónimo.
Sus fundamentos sobre un amplio promontorio rocoso rodeado de bosque, muestran su gran dimensión (2.500 m²). Lo rodeaba una muralla que aprovechaba la roca natural y estaba completada con torreones circulares, de los que tan solo queda de testimonio uno. En su interior aún se puede observar la amplia vivienda de los señores feudales.
Continuamos el recorrido sin nuevas pausas hasta Espot. Pasamos cerca de varias bordas antes de alcanzar el cruce hacia Estaís, pueblo del municipio de Espot que visitaríamos por la tarde y en el que se emplazan también los pocos restos de un castillo.
A partir de aquí, hasta prácticamente 3 Km a las afueras de Espot, las modernas aldeas veraniegas (campings) se alinean en la vertiente izquierda del río Escrita, antes y después de la villa.
Nada más incorporarnos al pueblo de Espot, encontraremos la central de la asociación de taxis 4x4 de Espot, a su lado está del moderno ayuntamiento (“casa de la Vila”).
Al otro lado de la municipalidad se encuentra la panadería “la Granja“. Recién habían abierto sus puertas cuando aparcamos.
Bien surtida de bollería y bocadillos, conteniendo éstos un excelente embutido, resultó ser una perfecta solución para el desayuno.
Antes de continuar el paseo, creo conveniente el conocer brevemente el considerado por algunos más bello parque Natural de los Pirineos.
PARQUE NACIONAL DE AIGÜESTORTES
Es el único parque natural Estatal en territorio catalán, el octavo en visitas -antes de la pandemia del COVID llegó a sobrepasar el medio millón- y el más grande de los Pirineos después de Ordesa con una extensión de 14 mil hectáreas.
Su territorio se distribuye entre cuatro comarcas: La Vall d’Aran, Pallars Jussà, Pallars Sobirà y Alt Ribagorça.
La orografía es la propia de la alta montaña, la mayor parte del territorio se alza sobre los 1000 metros y varias cumbres sobrepasan los 3000 m.
Un espacio salvaje en el que el agua es el principal escultor, siendo su mayor singularidad los casi 200 lagos y lagunas, la mayor parte de origen glaciar, rodeadas por majestuosas cordilleras graníticas de escarpadas y áridas cumbres.
Valles en forma de U delatan su origen glaciar, mientras otros dibujados en V nos indican con inclinados y profundos acantilados el poder erosivo de sus impetuosos torrentes.
La parte occidental, regada por los afluentes del Noguera Ribagorça, mantiene un clima atlántico de alta montaña. El principal valle lo crea el río de Sant Nicolàs, sus amplios prados regados por numerosos meandros, son los que dieron nombre al parque. “Aigüestortes” en castellano quiere decir literalmente aguas torcidas. Su principal acceso es por el valle de Bohí.
La parte oriental, subsidiarias sus aguas del Noguera Pallaresa, mantiene un clima continental, su principal valle es el del río Escrita y la puerta de entrada es Espot.
Por sus altas y escarpadas sierras descienden entre la arbolada impetuosos torrentes y escalonadas cascadas, conformando un paisaje abrupto de barrancos y desfiladeros, entre prados alpinos y desnudas cumbres.
En todos ellos una amplia biodiversidad de flora y fauna resiste bajo la nieve la mitad del año. La gracia del agua alimentará la frondosidad de las faldas inundadas por extensos bosques milenarios de pino negro y abeto, más abajo encontraremos pinos silvestres o rojos, abedules, fresnos, hayas, robles, encinas, olmos, rododendros...
Aportará el continuo devenir del agua la base sonora del parque, participando en la sinfonía multitud de solistas: jilgueros, gorriones, carboneras, arrendajos, pit-roig...y tal vez, si transitáis a finales de otoño escucharéis a la elegante e inquieta lavandera blanca, anunciando la llegada del frío sobre el dorado de los arándanos y el enrojecer de los abedules, o en la primavera los famosos cucos o cucuts, acompañados por la percusión de los pájaros carpinteros sobre el brillante amarillo de la retama (ginesta en catalán).
Los coloridos treparriscos, los nocturnos mochuelos y los protegidos urogallos serán de muy difícil observación, pero quizás os crucéis bajo la sombra de alguna solitaria águila o veáis quebrantahuesos o buitres leonados olfatear la muerte.
Dada la masificación de las rutas próximas al Lago “Sant Maurici” y el acceso de 4x4, difícilmente podremos pretender cruzarnos con rebecos, gamos, ciervos, jabalís, linces, zorros, armiños, martas, ardillas rojas, lirones grises....
Corzos y marmotas fueron introducidos en el siglo XX, para entonces ya habían desaparecido por la acción del hombre, entre otros: el lobo y el oso (en la actualidad introducido en el Parque Natural de l’Alt Pirineo) y a mediados del siglo XX se avistaría la última cabra salvaje pirenaica por estas tierras.
Lo que es probable que encontréis sobre alguna piedra caliente, es una de las tres especies de lagartijas que por aquí viven, pero cuidado, el calor también le gusta a la serpiente verdiamarilla y a la peligrosa víbora áspid.
Cerca del agua podremos observar alguna rana y dentro renacuajos, con suerte encontraremos también un tritón pirenaico moviéndose próximo a una trucha.
Amante del agua fría y de la nocturnidad es el protegido desmán ibérico, no lo confundáis con una rata de agua o un topo, observar su inconfundible hocico trompetero.
El parque presume de una fauna y flora salvaje y prácticamente virgen, pero esta última afirmación es más propagandística que descriptiva de su realidad. Desde el neolítico ha estado utilizado por el humano.
Hasta 2004 tan solo se conocían por referencia de pastores algunos asentamientos del neolítico. Presumiendo que las primeras poblaciones estables se habían ubicado en los valles, se les consideraba cobijos de paso de la trashumancia, acompañados de cabras.
Los descubrimientos desde 2006 por parte de la Universidad de Barcelona, han comportado la modificación del paradigma mantenido hasta ahora sobre la ocupación humana en la alta montaña en la prehistoria y su impacto ambiental. Os dejo este enlace de una interesante tesis doctoral sobre el tema.
En 2016 ya se habían encontrado en los Pirineos 344 yacimientos por encima de los 2000 metros de altitud, cuevas, construcciones abiertas, monumentos funerarios, grabados en piedra, carboneras, canteras de silex, pizarra, etc… Se descubrió en ellas periodos de ocupación muy largos que se podrían remontar a los 10.000 años.
Lo que demuestra la permanente o estacional estadía del homo sapiens desde principios del neolítico en la alta montaña, desarrollando una ganadería caprina, ovina, bovina y porcina, incluso con el ganado estabulado temporalmente alimentado por cereales (trigo, cebada y centeno). Principios y técnicas que se han mantenido hasta nuestros días.
En el siglo XIX la explotación humana del parque alcanzó su mayor intensidad, con una producción ganadera de todo tipo, forestal, agrícola y piscícola. Unas actividades que modificarían claramente el entorno de los actuales áreas limítrofes interiores del parque.
Sin la intensidad de entonces, la actividad ganadera especializada hoy en el ganado bovino, comparte aún parte de este territorio, aunque esté considerado espacio protegido desde mediados del siglo pasado.
De todas formas, la alteración más importante del entorno natural se produjo hacia la mitad del siglo XX con las hidroeléctricas. Los lagos se convertirían en embalses, perderían su biodiversidad natural, se modificarían los cauces, se talarían árboles, los bosques serían invadidos por torres de alta tensión y se abrirían pistas de acceso.
Caminos que hoy sirven a los 4x4 para dar acceso al turista. La facilidad de acceso, ha promovido el crecimiento de la industria turística, que para algunos es excesiva, aunque evidentemente la mayoría de habitantes de Espot no compartan la opinión.
A pesar de que en su mayoría es un turismo ecológico, verde y deportivo, aunque hoy abunde más el de reposada observación que el de aventura senderista, algunos somos egoístas y nos molesta estar rodeado de personas, cuando precisamente huímos de la ciudad buscando un reencuentro íntimo con la naturaleza, vehículo para hacerlo con nosotros mismos.
De todas maneras, quizás lo de naturaleza virgen le viene grande, pero permanece intacta una majestuosa belleza salvaje que tan sólo podréis descubrir caminando, y en el camino, que es lo importante, incluso el cruce y el saludo con humanos nos anima a compartirlo con gusto.
Lo importante es que se mantenga sin excepciones el respeto a la conservación del parque y su biodiversidad.
Una de las rutas de montaña más conocida internacionalmente de los Pirineos es “carros de FOC”, un circuito de 70 km con 9.200 m. de desnivel acumulado. Transita por nueve refugios repartidos por las cuatro comarcas en las que se distribuye el parque, campos base para acceder a la docena de cumbres por encima de los 2.800 msnm. que acompañan el circuito.
![]() |
Mapa descriptivo de la ruta “Carros de Foc”.Fuente: Juan Manuel Mestre.com |
Sin duda alguna, el lago de “Sant Maurici” es el lugar más visitado del parque, confluyendo su espectacular belleza con la facilidad de acceso.
Taxis 4x4 de Espot
Podéis subir desde Espot y bajar desde el lago Sant Maurici en taxi 4x4, disfrutando de la gran belleza del lugar sin prácticamente cansaros, pero os recomiendo que en la medida que podáis, os ahorréis la bajada y regreséis a pie, el paseo por la senda del Isard es una maravilla y no os comportará en suave descenso más de 45 minutos desde el lago de Sant Maurici hasta el aparcamiento en el Prat de Peiró, situado a 4 km de Espot.
Tener en cuenta que en temporada alta el parquing se suele llenar a partir de las 10, por lo que os aconsejo llegar antes si vuestro interés es bajar y/o subir del Lago caminando y no queréis tener que ascender desde Espot.
El embalse de “Sant Maurici” no es el único lugar que podéis acceder en taxis 4x4. El servicio desde Espot oferta diferentes circuitos por el parque, con distintos destinos y modalidades. Aquí os dejo su Web, con la información de recorridos y precios.
En dirección sur desde Espot también se puede acceder en taxi 4x4 al Lago Negro de Peguera y el idílico refugio J.M.Blanc (de los que hablaremos en el siguiente post desde Espot).
Muchos opinan que es una de las rutas más hermosas del Parque Nacional, dada su abrupta e inclinada orografía llena de barrancos y lagunas, teniendo además la ventaja de carecer de avalanchas turísticas.
Es importante tener claro lo que queremos realizar para no perder tiempo ni dinero, por lo que os recomiendo, si queréis utilizar estos servicios y dada su demanda en verano, planificar y reservar con tiempo.
En nuestra anterior visita (2017) habíamos subido y bajado al lago de Sant Maurici caminando, alcanzando la cascada de Ratera. En esta ocasión nuestra intención era utilizar el servicio de taxi 4x4 para ascender al refugio de Amitges y desde allí descender caminando al Lago Sant Maurici.
Después de disfrutar del lago Sant Maurici, pretendíamos descender por la senda del Isard hasta el parquin en el Prat de Peiró. Por ello decidimos dejar el coche en el aparcamiento, desdeñando en un principio la posibilidad, incluida en el precio, de bajar desde el lago en taxi hasta Espot.
Por el camino de ascenso nos convencieron de lo contrario, por una cuestión de tiempo e itinerario, más que de cansancio, utilizaríamos el servicio de descenso desde el Lago.
De todas formas os documentamos el recorrido por la senda de l’Isard desde el lago Sant Maurici al parking en el Prat de Peiró realizada en 2017. Si vuestra meta es tan sólo llegar al lago, no podéis dejar de bajar al menos caminando.
Después de concretar con el taxi (reservado una semana antes) la recogida en el aparcamiento de Sant Maurici, hacia allí nos dirigimos y desde allí ascenderemos en cuarenta minutos al Refugio.
“Refugi d’Amitges”
La ascensión es un aperitivo demasiado rápido para saborear el singular entorno, pero nos orientó a no dejarlas de observar después.
Llegamos al refugio de Amitges (2365 msnm), cuando faltaban diez minutos para las diez de la mañana.
![]() |
Ascensión en 4x4 al Refugio de Amitges. Fot.Web. Taxis 4x4.Espot. |
Imponente el paisaje árido y rocoso que rodea el refugio, teniendo de guardaespaldas el collado de Bergús, y frente a él, a cinco minutos caminando, el gran embalse d’Amitges.
Con 74 plazas es uno de los refugios más concurridos del parque, formando parte del recorrido “carros de foc”. Desde aquí se realizan múltiples ascensos a los altos picos que le rodean.
Al conocer sus espectaculares alrededores podéis tener la tentación de pernoctar aquí, pero posiblemente sin reserva previa no lo conseguiréis en temporada alta. Lo que sí podréis es almorzar bastante bien, al contar con un menú que según los usuarios es de notable.
Antes de bajar hacia el Lago Sant Maurici es imprescindible pasear por las inmediaciones.
Dedicamos unos veinte minutos en descender hasta el gran embalse de Amitges, para seguidamente bordear su cara sur aproximándonos a las pequeñas lagunas “dels Barbs” y “de la Munyidera”, siguiendo el riachuelo que desemboca en el embalse.
Impresionante el azul intenso de sus aguas rodeadas de clara piedra parda, mezclándose tímidamente el verde en las riberas y contrastando con el árido y escarpado fondo montañoso.
![]() |
Lagunas “dels Barbs” y de la Munyidera, al fondo el embalse de Amitges. Fotg. web.Taxis 4x4 Espot. |
Observar a lo lejos, en la majestuosa cadena montañosa de la “Serra de Saboredo” las singulares y escarpadas agujas de l’àliga (águila). Las más escaladas del Parque Nacional después “dels encantats”, máximo exponente publicitario con leyenda adscrita
de los que hablaré en el lago Sant Maurici, pero fijaros que muchas cumbres participan de este singular modelado.
La nieve, el deshielo, los fuertes vientos, las constantes lluvias y el tipo de roca, provocan la continua erosión de las escarpadas cumbres, muelas que al quebrarse se convertirán en dos hermanados y estilizados colmillos unidos por un collado.
Desde el refugio de Amitges iniciaremos el descenso hacia el lago Sant Maurici por el mismo sector del parque por el que habíamos accedido. Se puede hacer por dos itinerarios, uno de ellos con dos variantes.
El más rápido es descender por la misma calzada por la que accedimos en 4x4 y bajar por la cascada de Ratera hasta el lago. Necesitaremos desde Amitges alrededor de una hora y media, más el tiempo extra que dediquéis a la contemplación. Si a la ruta se le añade el mirador del embalse de Sant Maurici estaremos hablando de unas dos horas y cuarto.
Nosotros decidimos realizar la ruta más larga y con mayor dificultad en la andadura, dada la cantidad de piedra que pisamos por inclinadas y estrechas sendas. De todas formas, visitando el Mirador del embalse y con prolongada parada en la laguna de Ratera, empleamos dos horas y cincuenta minutos.
![]() |
Mapa cartográfico de web.rutaspirineos.org |
Dejaremos la comodidad del ancho camino por el accedimos, por una inclinada y sinuosa senda pedregosa, rodeado de un paisaje árido y rocoso, pero disfrutaréis de la salvaje paz y rudeza del entorno, en el que incluso es posible cruzarse con su tímida fauna.
En veinte minutos alcanzaremos un estrecho camino paralelo al lago de las “Obagues de Ratera”. Un senda por la que también pasa la GR-11, cruzando trasversalmente todo el parque Nacional.
Recordamos, aunque desconocemos, que a unos 600 metros hacia el norte, a 2323 msnm. se había encontrado un asentamiento humano estable al abrigo de una gran roca granítica, pudiendo albergar 10000 años de historia. Sus descubrimientos están transformando el paradigma mantenido hasta ahora sobre la ocupación humana en la alta montaña en la prehistoria, especialmente en el neolítico, del que ya hice un anterior comentario.
Un quilómetro y medio por encima del yacimiento está el “coll de Ratera”, desde el que se pueden obtener unas maravillosas postales del confluir de tres Valles en la parte occidental del parque. Si os quedan fuerzas y queréis ampliar la visión de casi todo el parque, no tenéis más que ascender a su cumbre: “El tuc de Ratera” (2882 msnm).
Nosotros iniciamos el camino en dirección contraria, manteniendo paralela a la derecha la laguna de “les Obages de Ratera”, también llamadas lagunas “Llosas”.
Este ibón de origen glacial mantienen un brillante tono azul pardo, cuando la luz refleja en sus aguas la desnuda y clara piedra granítica que lo cerca por el norte. Sobreviven en su ribera dispersos pinos negros entre tímidos brotes verdes propios de los altos prados.
La tartera muestra piedras de líneas rectas cuarteadas en grandes bloques por acciones climatológicas relativamente recientes, junto con grandes moles redondeadas por su pasado glacial.
![]() |
Laguna de las “Obagues de Ratera”. Wikipedia. Autor: Contraix |
Una variante de esta opción de descenso por la “Obaga de Ratera”, un poco más cómoda y rápida, es continuar por la calzada por la que accedimos en 4x4. A unos doscientos metros encontraremos a nuestra izquierda un inclinado camino que conduce menos de 100 metros al centenario y monumental (15 m) pino de Amitges. Por desgracia dejó de producir hojas en 2011.
Unos doscientos metros después de este indicador, nos encontraremos a la derecha con la fuente de la marmota (identificada durante la ascensión). Es un buen sitio para cargar la cantimplora, aunque la predicen poco recomendable para los acostumbrados al cloro. Vosotros mismos.
Desde aquí se inicia también, ahora visible, una corta, inclinada y pedregosa senda hacia las “Obagues de ratera”. Ahorraremos unos diez minutos con respecto a la opción anterior, pero si queremos acercarnos a los bordes de la laguna, tendréis que retroceder unos cien metros una vez que os unáis al camino que la viene bordeando.
Continuamos por este camino que en suave descenso paralelo al riachuelo parte de la laguna. Hasta alcanzar el lugar en el que nuestros caminos se separan, al menos durante un rato.
Después de cruzar el torrente por un puente de madera, viendo orientarse su curso hacia “l’estanyol de ratera”, encontraremos a cincuenta metros un cruce, una señal nos orienta por la derecha hacia el Mirador del lago Sant Maurici.
Nos separan del lugar menos de quince minutos, por una empedrada y nada cómoda senda natural, bordeando la inclinada pendiente montañosa. Precioso el paseo.
Delante de las impresionantes vistas del embalse de Sant Maurici, acabaremos de justificar con creces el desvío.
Maravillosa la visión “dels encantats”, percibiendo en toda su grandeza su desnuda y majestuosa imagen sobre el azul turquesa del lago, rodeado éste por el tupido verde que bajo nuestros pies descendía hasta cercar sus aguas.
Unos paneles os informarán de las cumbres y sierras que rodean el embalse.
![]() |
El embalse de Sant Maurici desde el Mirador. Fot. Wikipedia. Autor: Martí888. |
Desde este balcón natural, tenemos la posibilidad de continuar descendiendo hasta el lago por la vertiente suroeste, una ruta bien señalizada por el bosque encantado que rodea el lago.
Nosotros retomamos el camino hasta el cruce, en el que ahora tomaremos la senda de la derecha hasta “l’estanyol de Ratera”.
Pequeño estanque con amplia zona pantanosa en sus bordes, en el que el carrizo convive bajo la sinfonía alada. Aquí volvemos a encontrarnos con la calzada por la que habíamos accedido al refugio.
Si la opción de bajada ha sido continuar por el cómodo camino de ascenso, pocos cientos de metros después de la fuerte de la marmota podremos visitar la pequeña laguna “de la Bassa” o “estany de la cabana”.
Antes de llegar, podremos observar que el agua proveniente del embalse de Amitges confluye en esta pequeña laguna rodeada de un amplio y luminoso verde claro musgoso.
Desde ella se desprende impetuoso un nuevo caudal de agua hacia el lago de Ratera, mientras que por el sur bajan a su desagüe las tranquilas aguas del “estanyol”.
Unos trescientos metros después del lago de la Bassa, encontraremos el cruce acompañando el “l’estanyol de Ratera”. Desde aquí se puede acceder al Mirador en unos 40 minutos.
Retomando nosotros desde allí el camino por el que habíamos accedido al refugio en 4x4, a un centenar de metros encontraremos la hermosa laguna de Ratera.
Espectacular laguna a 2130 msnm, en la que contrastan sus aguas poco profundas de un brillante verde esmeralda, con la claridad de la tartera que la circunda, algunas rocas salpican tímidamente su interior tal islas. El tupido bosque besa su ribera, custodiado bajo una espectacular y árida muela rocosa.
El singular color de sus aguas, al no haber padecido directamente la laguna la acción de las hidroeléctricas, proviene del crecimiento en su interior del ranúnculo acuático, un singular vegetal acuático que produce la misma planta dos tipos distintos de hojas en función de la profundidad en las que se desarrollan.
![]() |
Lago de Ratera. Fot. web Taxis 4x4 Espot. |
Continuando por el mismo camino, a un kilómetro encontraremos a la derecha un sendero orientándonos hacia la cascada de Ratera.
Diez minutos después llegaremos a este impetuoso salto de agua de 8 m. de altura que en su curso muestra su extraordinaria fuerza de arrastre, acumulando piedras y troncos sobre su cauce.
Bajo la refrescante escena de impetuosa sonoridad, ya tan solo nos quedan quince minutos para comenzar a bordear la ribera del lago de Sant Maurici, en la que también desemboca el río que hemos ido recorriendo desde su cabecera en Amitges.
El lago de “Sant Maurici”
Es indiscutible la belleza del lugar, en el que el turquesa del agua refleja las faldas verdes bajo las agrestes y desnudas cumbres que la rodean.
El único inconveniente es que aquí la intimidad es imposible, la afluencia de visitantes te distancia de la serenidad contemplativa que requiere el encuentro, lo de espacio salvaje pierde el poco sentido que ya tenía, al considerarse que hoy el lago es un embalse.
Observando al sureste del lago los picos más famosos: Els encantats (los encantados), recordé su leyenda (os la dispongo en la nota final del post) y con la tradición aportamos un poco de magia a la visión.
El “petit encantat” (El pequeño Encantado) mide 2.738 m, nueve metros menos que el“Gran Encantat”, están separados por una garganta a 2646 m.
La escarpada y agreste textura la produce su composición que, a diferencia de la roca granítica que conforma la mayor parte del eje pirenaico, está basada en la fusión de piedra de pizarrra plegada y roca calcárea.
La alta dificultad de coronar sus agujas, a pesar de no ser las más altas del parque, es el aliciente de muchos, convirtiéndolas en las más escaladas.
Después de unos pocos minutos saboreando la belleza del lugar (aunque poco de su paz), nos restaba casi media hora para bajar hasta el aparcamiento con el taxi 4x4, por lo que decidimos, ya que en nuestra anterior visita habíamos bordeado el lago por el noroeste, dedicar veinte minutos a recorrer el extremo sudeste y visitar el refugio Ernest Mallafré.
Aunque en apariencia nos daba tiempo, al final tuvimos que regresar corriendo para no perder el taxi de regreso.
El Refugio de Ernest Mallafré, fue cedido por ENDESA a la FECC (Federación de entidades excursionistas de Cataluña). Funciona desde 1975, cuenta con 34 plazas y 28 plazas abiertas en invierno.
Desistir de bajar andando por la carretera (mucho más largo) y alcanzar el extremo sureste del lago. Una indicación nos orienta hacia la senda del Isard, en recuerdo y homenaje a la leyenda de los “encantats”. Cuidado de no continuar hacia el sur, a menos que queráis llegar al refugio de Ernest Mallafré.
Por este camino recorreremos paralelos al río Escrita bosques de gran belleza, mostrando su variada y exuberante biodiversidad floral. La fauna se mostrará más tímida y temerosa.
A medio Kilómetro, a la izquierda, encontraremos bajo un pequeño risco la ermita de “Sant Maurici d’ESPOT”.
Tiene adherida una casita, que por lo que se ve está habilitada para dormir eventualmente cuatro personas, cerca brota el agua de una fuente.
Por los cuidados puentes de madera caminaremos por un lado y otro del río, internándonos por bosques de variada arbolada, destacando abedules, fresnos, hayas y encinas, pinos y abetos. Espectacular. Fijaros en la diferencia de la flora arbustiva a un lado y el otro del cauce.
Andaremos por un camino de tierra rodeado de monumentales árboles, con carteles que nos informan sobre la singular fauna y flora, hasta llegar cercanos al puente del Pallars, en el que nos cruzamos con la carretera.
Salimos del ensueño mágico del verde unos cientos de metros antes de volvernos a incorporar por una rocosa y estrecha senda custodiada por abedules, en que en los pequeños prados al lado del río pastaban caballos. Cien metros después sería el ganado vacuno el protagonista.
Todo ello nos indicaba el continuo uso ganadero de los límites del parque, su herencia milenaria reivindica, creo que con derecho, el continuar haciéndolo.
Volverá a hacerse angosta la senda, hasta encontrarnos con un puente al pie un tímido salto de agua.
En pocos minutos empezaremos a cruzar el río por puentes y pasarelas de madera, en las que en su sombría se agrupaban centenarias coníferas resguardadas del paso, el bosque se espesaba en su interior.
Pocas veces un camino tan fácil se rodea de tanta belleza. Disfrutarlo, ya que el final del trayecto se aproxima. Diez minutos después por un amplio camino adaptado llegamos al parking del Prat de Pieró.
Nuestra aventura en el parque se había acabado, eran las 13:40 cuando retomamos el camino a la civilización, Espot, con su espléndida oferta gastronómica es nuestro próximo objetivo, Ruta 4 (II)
* * * * *
La leyenda de los “Encantats” (Encantados)
Cuentan que el día de “Sant Maurici” (San Maurici) dos cazadores pasaron por ESPOT, se encontraron que el pueblo estaba reunido en la ermita de su patrón, celebrando una misa en su honor y en ruego de que lloviera, dado que estaban padeciendo una larga e inusitada sequía.
Los cazadores se mofaron de las creencias y de sus oradores, continuando seguidamente sendero arriba en busca de alguna presa.
Encontraron las huellas de un rebeco (isard en catalán) y las siguieron hasta el collado.
Las plegarias de los habitantes de Espot fueron escuchadas y los cielos se ennegrecieron. En castigo por la mofa de los cazadores y anunciando la lluvia que caería, un rayo petrificó a los dos cazadores y al perro que les acompañaba, dividiendo la montaña en dos. Modelados seguidamente por la impetuosa y ansiada lluvia se formaron “Els encantats” (los encantados) que hoy observamos.
En la versión de aquellos que buscan dar explicación a las leyendas, reivindicando su existencia, pero desechando la realidad mágica o espiritual que las acompaña, ofertan la hipótesis de que fue un alud de piedras el que sepultó a los cazadores; posiblemente provocados por movimientos sísmicos que entonces o más tarde modificó la fisonomía de la montaña.
Pero también es probable que sea simplemente un cuento moralizante para antes de irse a dormir.
* * * * *