En este post visitaremos los pueblos de Seurí, Bernui y Llessui, las villas más occidentales de “la Vall d’Àssua”. Salimos de Sorre pasando diez minutos de las 10 h.
Un kilómetro después del cruce a la derecha hacia Caregue y pocos metros antes del cruce a la izquierda hacia Bernui, nos encontramos con el Restaurante Cal la Joana.
Este restaurante es la más antigua fonda en activo en el Valle de Àssua (1976), aunque su ubicación entonces era otra. Presenta una carta con un entrante espectacular y una elaboración de platos caseros con productos Km 0, con un precio medio de acuerdo a la calidad y abundancia de sus platos. Tiene un 9 en la valoración media de sus comensales.
Continuamos por la carretera hasta Saurí, pasando antes por Bernui, dejaremos su visita para el regreso.
SEURÍ o SAURÍ
Seurí es el nombre que se anuncia en la entrada del pueblo, por lo que no sé si Saurí es una castellanización, pero en todo caso siempre me decido por la propuesta del vecindario.
La villa está alzada a 1.216 m en el extremo suroeste del Vall de Àssua, 200 metros por debajo de Llessui y a la izquierda del Barranco de Pamano.
Joan Coromines cree que es un topónimo derivado de un nombre propio occitano, utilizado en la Edad Media: Seuerí o Saverí, procedentes de Sebirikus o Sabarikus, pero también podría proceder del griego, significando lagartija.
La primera notícia documentada que se tiene del lugar es del año 852, cuando los conversos Sompró i Beresenda ceden al monasterio de Sant Genis de Bellera (municipi de Senterada, Pallars Jussà) unos terrenos situados al “pagus de Bellera” en el valle de Sant Vicenç, lugar que Ramón d’Abadal lo identifica como Seurí.
En el año 898 se registran compras de tierras por el presbítero Lodegari, al que se le ve regentando la posible iglesia o celda monacal de Seurí.
Pero al año siguiente un documento registra la compra por el presbítero Penell de tierras situadas en la sierra de Terregos en al término de Savarisi. Lo que puede indicar que habían dos Iglesias o celdas monacales.
Lo que sí está claro es que ya la iglesia (S. IX-X) disponía de donaciones y de suficientes rentas como para ampliarlas con la compra de tierras.
En el año 970 el conde Ramon III de Pallars dona junto a sus hermanos Borrell, Sunyer i Sunifred al "domum Sancti Vicenti et Sancti Stephani, qui sunt fundati in villa Savariense" el alodio heredado de Isarn en la villa de Enviny.
Si se significa “domum” como monasterio, podríamos estar hablando también de un templo monástico advocado a dos santos.
Pero en el año 979 Singeric cede una viña y varias tierras "ad domum Sancti Vicenti et ad domum Sancti Stephani martiris Christi, qui sunt fundati in villa Savariense".
Aquí parece patente que eran dos templos, tratados como celdas monacales independientes.
Dos años después el presbítero Atila compra tierras y bienes, en la que declara cercanas las tierras de Sant Esteve, haciendo frontera con las de San Vicenç. Lo que da a entender que posiblemente la de Sant Esteve era la iglesia de Meneurí.
En el 986 el conde Sunyer de Pallars y su hijo Ramon hacen entrega del monasterio de Sant Genis de Bellera y de sus bienes (incluidas las dos adjudicadas iglesias) a la Seo de Urgell.
Más tarde Sunyer violentado con la Seo dona las dos Iglesias al monasterio de Santa Maria de Lavaix (municipi de Pont de Suert).
En 1043 el conde del Pallars Jussà, Ramón III devuelve al monasterio de Bellera las iglesias.
Las referencias en compras y donaciones territoriales son las únicas noticias que tenemos del lugar hasta el siglo XIV, en el que la advocación a Sant Vicenç había cambiado. Continuamos hablando de esta historia visitando el templo.
En el censo de 1553 declara 16 hogares laicos y uno eclesiástico reuniendo 85 habitantes.
A mediados del siglo XIX, añadiendo una Masía aislada en Menaurí, la población eran 9 cabezas de familia, reuniendo 97 almas.
El territori montañoso y pedregoso, era excelente para los pastos pero pobre para la agricultura. De todas maneras producirán centeno, patatas judías y heno. Se criaban vacas y ovejas y se disponía de buena caza de liebres, perdices y truchas.
En 1970 quedarán 34 vecinos, en 1981 se reúnen 28 habitantes. Se incorporarán al nuevo siglo 20 almas. En 2022 serán 23 los censados.
Hasta 1976 formó parte del municipio de Llessui, desde entonces forma parte del término municipal de Sort.
Aunque dentro del pueblo no encontraríamos ganado, por lo que parece la actividad ovina y bovina continúa.
El pueblo está rodeado por amplios prados despoblados de árboles destinados a pastos. Descubrimos un tractor preparando la tierra para la siembra y algunos pequeños huertos familiares cercanos a las viviendas.
Hospedaje
Casa rural completa para un máximo de 8 personas, 2 cuartos de baño. Patio exterior con barbacoa. Tiene una valoración media de los usuarios de 9,4.
La Fiesta Mayor se celebra el segundo fin de semana de agosto.
Delante nuestro una treintena de casas se reúnen de forma compacta y escalonada con un desnivel de 50 metros.
La incorporación la hicimos por la calle de Baix, pero frente a la opción de continuar recto o de ir hacia nuestra derecha, nos decidimos por la segunda, dejando para la vuelta descender por la primera.
Preciosos enrejados tradicionales se mantienen aunque las reformas hayan modernizado las fachadas.
Como todos estos pueblos del valle volvían a tener pasos por debajo de las casas, pero en este caso creo que transitamos por el más largo recto que habíamos encontrado hasta entonces.
Llegamos a los preciosos lavaderos bajo arcadas, en el que la fuente no dejaba de malgastar el agua, por encima los rodean la casa Font y Can Bofill.
Continuamos ascendiendo por la calle del Forn. En esta zona las casas son todas del siglo XX, siendo la mayoría del primer tercio.
Llegamos a los límites norestes del pueblo.
Desde allí, después de unos minutos contemplativos, retomamos los pasos en dirección contraria, dirigiéndonos a la zona noroccidental.
Es curioso que la sillería gris con fino corte está unida con cemento, pero se presenta rojiza en las edificaciones anteriores al siglo XX, concentradas las pocas en la vertiente occidental del pueblo. No sé si es diferente piedra o al estar unida la mampostería con argamasa de arcilla el tiempo las tiñó con la tonalidad rojiza.

En el extremo más alto del pueblo encontramos la iglesia parroquial de Sant Víctor.
Sant Víctor de Seurí
El templo está protegido como “Bien Cultural de interés local”.
Sant Víctor sería muy poco venerado en el Pirineo, hasta el siglo XII que desde Milán llegó este mártir mauritano promocionado por la reforma eclesiástica de San Ambrosio.
En 1314, en la visita de los delegados del Obispado de Tarragona a las parroquias del decanato de Montenartró, hacen constar la Iglesia advocada a Sant Victor de Seurí, sin conocerse las razones del cambio, dedicada en su origen a Sant Vicenç.
En la visita pastoral de 1575 se declara formando parte del oficiado de Sort.
En la visita pastoral de 1758 se hace referencia a su mal estado y se recomienda derrumbarla y hacer una nueva. Así lo hicieron. En la actualidad depende de Ntra. Señora de Valldeflors (Rialp).
En la segunda década del siglo XX el Obispado vende el retablo barroco de la Iglesia, con el agravante de que para sacarlo, dado su tamaño, derrocan la mayor parte del muro posterior.
Aún hay testimonio de la desgracia, pero lo más grave es que el paradero del retablo es desconocido.
Se desconoce su fecha de origen con precisión, insinuándose fundamentos prerromànicos en algunas esquinas que podrían situarlo entre el siglo IX y X, pero las transformaciones han sido muchas, incluso su advocación tal explicamos.
El edificio actual, remodelado íntegramente en el siglo XVIII con una identidad barroca de estilo rústico, continuaría sufriendo transformaciones hasta el siglo XX.
Parece que en un momento dado pudo haber un pequeño transepto. En el muro de levante hay una amplia arcada tapiada que parece corresponder a la obertura de un pequeño ábside por debajo del tejado.
La mampostería es de piedra pizarrosa pequeña, regular, bien desbastada y alineada con acertado nivel.
El templo consta de una sola nave rectangular, cubierta por una armadura de madera a dos aguas revestida de pizarra. Lo sustenta una bóveda de cañón con bóvedas decorativas de lunetas.
Se le añadieron posteriormente las capillas laterales y la sacristía, a la que se accede por el interior del templo desde el presbiterio.
La puerta de acceso con arco de medio punto está situada en la fachada de poniente, dentro de un atrio añadido posteriormente e iluminado por una ventana. Por encima del atrio se abre un óculo, el resto de luz la provee una ventana en la capilla lateral del lado derecho y otra en el acceso al coro.
La elegante torre campanario, situada en el suroeste, es de base cuadrada, transformándose a la altura del piñón del tejado en ochavada regular. Luce dos molduras rodeando la torre por debajo de los cuatro vanos con arco de medio punto, situados uno en cada cara, conservando tan solo una campana. La corona un capitel octogonal regular de pizarra con baja e inclinada inflexión a la base, mostrando ésta una amplia cornisa con moldura.
En su interior se pueden observar tres capillas laterales, una a la izquierda y dos de diferente tamaño a la derecha. En lado izquierdo de la nave se encuentra el púlpito al que se accede por unas escaleras.
El coro se sitúa sobre una tribuna, su acceso, igual que al campanario, se encuentra a la derecha entrando al edificio. En un espacio adjunto podremos ver una pica bautismal de piedra bajo una pequeña ventana.
Cercanos podréis observar en piedra un depósito de aceite y una humilde pica beneitera.
“La ermita de las delicias”
En 2017 la iglesia sería pintada con la técnica del fresco por el artista contemporáneo Santi Moix.
Sus colores vivos que se apastelan en la conjunción con el blanco fondo del fresco, crean una bella y alegre sinfonía en el que la naturaleza, el color y la humanidad llenan de espiritualidad las capillas. Una transformadora propuesta del espacio para la oración, dejando tan solo pequeños detalles simbólicos de los 4 evangelistas, los pies de Cristo y la huida de Egipto en el prebisterio. Muestra textos de Kavafis, J.V.Foix y Vicent Andrés Estellés.
Me parece extraordinario que los templos se inunden de vida, color y un mensaje espiritual de paz sin imágenes de apóstoles guerreros, ni adoctrinamientos ortodoxos.
Ojalá la experiencia se extienda y los templos adquieran su verdadero sentido, basado en el amor, la alegría, el color y la vida, no en el temor, el dolor, las tinieblas y la muerte.
Se conciertan visitas guiadas. No lo hicimos por desconocimiento, por lo que nos queda pendiente programarlo para una próxima visita.
Adherido al templo se sitúa el cementerio, en el que las cruces en tierra son numerosas contrastando con los pocos nichos ocupados.
Antes de descender, decidimos culminar el ascenso por encima de la Iglesia, adquiriendo una preciosa visión del pueblo y del espectacular paisaje verde que lo rodea.
Bajamos por la vertiente occidental, continuando descubriendo que está lleno de postales en el que el tiempo se paró en el siglo XIX, aunque la modernidad le guiñe el ojo en la otra esquina.
Sant Esteve de Meneurí o Menaurí
Delante de Saurí, a poco más de 1 Km y al otro lado del barranco de Pamano, se encuentra este despoblado que tan solo resta en pie las ruinas de Sant Esteve.
Joan Coromines cree que igual que Saurí i Mallolís, provienen de un nombre propio: Maunorí o Maunouri, significando maleducado.
Pero también plantea una posibilidad de origen iberovasco: “muno” ( colina) y “Uri” (agua), aunque por lo que parece la situación geográfica no da sentido a la hipótesis.
Las ruinas del templo están situadas cercanas a las bordes de Menaurí en medio de un bosque a 1 km de Seurí. En la milenaria senda por la que se accede, encontraréis muros y empedrados suelos especialmente en el tramo final, señalando que al menos hasta finales del bajo medievo el camino fue bastante utilizado.
Ya hablamos antes de la posible confusión en los antiguos documentos con el nombre de Sant Esteve de Saurí. No será documentada de forma específica su existencia hasta 1758, por una visita de los delegados del Obispado, siendo entonces capilla de Sant Víctor de Saurí.
En la actualidad, se puede adivinar la estructura de la única nave, conservándose parte de los muros de poniente y levante y la mayor parte del muro sur que se sustenta sobre los límites del peñasco. Se supone que el hoy desparecido techo estaba cubierto por una armadura de vigas de madera a dos aguas, ya que no parece que haya testimonio de bóvedas que lo soportaran. Ninguna puerta o ventana queda.
Contaba con un ábside semicircular precedido por un tramo presbiterial, que perdió su parte alta en la década de los ochenta, pudiéndose apreciar hoy tan solo dos lesenas en la curva absidal inferior.
La mampostería es de piedra pizarrosa regular bien desbastada y dispuesta en delineadas hileras.
Dentro del valle de Àssua, junto a Sant Pere de Llessui son los únicos templos conservando formas lombardas.
Grabados medievales del Solà de Seurí
El departamento de Cultura inició en 2018 diversas propecciones de los grabados redescubiertos por la pastora María, vecina del valle.
Documentándose en 2022: 372 rocas con petroglifos, conteniendo 3940 imágenes dispuestas a lo largo de 4 km en el Solà de Saurí. Datados entre el siglo XIV-XV, es un conjunto inédito en los Pirineos.
Las numerosas imágenes guerreras sugieren el manifiesto gráfico de una batalla que sentó las bases territoriales instituidas por el ganador, posiblemente la lucha entre dos señoríos marcando límites territoriales de un importante corredor de tránsito de ganado, siendo éste por entonces el principal activo económico de la comarca. Pero tan solo son hipótesis por desarrollar.
Senderismo desde Seurí
Si queréis conocer estos dos lugares pasando por Llessui y su antigua estación de esquí os propongo este interesante circuito circular de Wikiloc. 8 km. de dificultad técnica fácil, pero que os comportará más de 4 horas, ya que localizar los petroglifos es bastante entretenido.
Salimos de Seurí, a un kilómetro volveremos a pasar por Bernui, esta vez aparcamos al lado de la Iglesia de Santa Maria, situada por encima del pequeño núcleo vecinal que reune siete familias. Alrededor del pueblo se ubican otras cuatro aisladas edificaciones.
BERNUI
Bernui tiene Altrón a poniente, a levante Saurí, al sureste Llessuí y está situado en el extremo suroeste de los llanos de Bernui.
Según Joan Coromines es un topónimo híbrido del latín: “Veranus” (primaveral) y del sufijo prerromano ligur -ui o Vasco -oí. Los dos siempre van unidos a nombres propios.
Otra hipótesis posible sería su procedencia completa del iberovasco procedente del vocablo “bera” (blando) y el sufijo mencionado.
Bernui aparece por primera vez mencionado en el siglo XII, perteneciendo a la baronía de Bellera. Integrándose en el siglo XIII al vizcondado de Castellbò, formaría parte del Quarter de Rialp y el Valle de Àssua.
En 1518, habiendo vuelto a la corona, se lo cedió a la señoría del Baró de Claret (Vizcondado de Castellbó), manteniéndolo hasta la extinción de los señoríos en el siglo XIX.
En el censo de 1553 declara tan solo 2 familias, reuniendo unos 12 habitantes. Tres siglos después serán 6 cabezas de casa, conviviendo 32 vecinos.
Se cultivaba centeno, cebada, patatas, judías y heno. Se criaba ganado ovino y bovino. La caza de conejos, liebres y perdices era abundante.
Entrarán en este siglo agrupando 18 almas, sin prácticamente modificaciones en 2022 serán 19 habitantes.
La Fiesta Mayor se celebra el 15 de Agosto.
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Mapa vecinal de Bernui. I.C.G.C. |
Iniciamos la visita por su iglesia, dado que el coche lo aparcamos muy cerca. Debajo estaba el pequeño pueblo organizado en forma de semicírculo alrededor del peñasco.
Santa Maria de Bernui
Las primeras noticias de Santa María de Bernui aparecen en los documentos “falsos” de Guerri de la Sal, datados en los siglos VIII y IX en el intento de justificar con ellos la propiedad de la Iglesia por donaciones de Carlomagno, Ramón de Tolosa y Pallars, etc..
La primera mención con menos dudas del templo se tiene del año 1105, cuando el Obispo de Urgell Ot, restituye algunos bienes usurpados al monasterio de Guerri, entre ellos figura Santa Maria de Bernui. Una dependencia que duraría hasta 1874. En la actualidad depende de la parroquia de Rialp.
La iglesia románica del siglo XI es de una sola nave. El tejado es a dos aguas con una pequeña cornisa con moldura a cada lado y cubierto de pizarra.
Según parece, sin especificar el momento, la cabecera original desapareció. En la parte trasera se sospecha que había una ábside semicircular.
Solo conservan sus muros originales las paredes laterales, en la del sur se puede apreciar la puerta de entrada hoy tapiada con arco de medio punto dovelado en hojas de libro.
Sobre este muro se levantó en el siglo XVIII el campanario de espadaña con dos vanos con arcos de medio punto, mostrando sus dos campanas. La torre tiene 7,75 m. de altura y una anchura de 4 m.
Por debajo se abre una estrecha ventana bocinada con arco de medio punto adovelado.
La mampostería es de piedra grisácea bien alineada, pequeña, regular, alargada y ligeramente desbastada. Se muestran partes del antiguo enlucido.
En la fachada orientada a poniente se abre el portal con arco rebajado y amplio marco de pulida sillería revestida por cemento en la parte superior, el óculo se sitúa sobre la puerta y está rodeado por un marco de piedra cercando una ventana cuadrada.
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Santa María de Bernui. Fot. web. Catalonia sacra. |
La imagen sería trasladada al Santuario de la Mare de Déu de la Muntanya (Caregue), remplazando la talla del siglo XIII “milagrosamente” encontrada y considerada la patrona del Valle d’Àssua, al ser ésta trasladada por el Obispado para su “conservación” al Museo Diocesano de la Seu d’Urgell.
La vecindad del Valle reclamó con enfado su vuelta y sería una copia la que lo haría.
También reclamó Bernui el regreso de su talla, pero en este caso exigiendo el original datado en el siglo XII, que por lo que parece compite en el patronazgo del Valle, con mayor antigüedad en obra y advocación, conservando los “Goigs” que presumen ser de origen medieval.
Tal es normal no pudimos acceder a su interior, ni conocimos el modo de poderlo hacer, espero que tengáis vosotros más suerte.
Nos enteramos que hubo un problema con el vecindario de Seurí, relacionado con la iglesia y la Virgen, pero no encontramos interlocutores ni información que verificara tales circunstancias.
En el pueblo, situado bajo la colina, se aprecia desde arriba el convivir modernas restauraciones con edificaciones anteriores al siglo XX, pero todos sin perder la esencia de la arquitectura tradicional, a pesar de que placas solares acaparasen algún remodelado tejado de pizarra.
Nos llevó unos veinte minutos recorrerlopir un encantador circuito oval.
Fijaros en la cantidad de edificaciones que se alzan alrededor de Can Brigué. En Casa Alegre encontraréis en su balcón circular, el lugar en el que las autoridades religiosas y municipales se dirigían al pueblo.
Delante y a la izquierda se sitúa la casa del antiguo horno de pan y a la derecha Cal Farré (casa del herrero).
Hospedaje
L’Abadía es hoy una casa rural totalmente equipada para un máximo de 9 personas en tres habitaciones. Tiene un 9,9 en la valoración entusiasta de los pocos usuarios que la hicieron.
Salimos de Bernui a las 11:50, tres kilómetros nos separaban de Llessui.
A unos 300 metros antes de llegar al pueblo de Llessui, después de pasar un camino a la derecha que conduce a la Depuradora de Llessui sobre Les Colomines, al otro lado se encuentran las ruinas de la ermita de Sant Salvador.
Esa era la teorica ubicación, pero no encontramos el lugar. Pensamos que a la vuelta lo buscaríamos, pero nos olvidamos.
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Mapa cartográfico de Llessui. I.C.G.C. |
LLESSUI
Al incorporarnos a Llessui nos detuvimos en el amplio espacio central que da la bienvenida, cerca había una edificación identificándose como un punto de encuentro, probablemente también era un punto de información, pero siempre lo observamos cerrado.
Desde allí se percibía la curiosa organización de la villa, iniciada en dos entornos vecinales, que en su desarrollo elíptico se estaban uniendo por los extremos. Alrededor de un amplio espacio central.
En la parte noroeste se sitúa el núcleo primigenio de Llessui, distinguido por su alto campanario medieval.
El pueblo parece haberse alargado modernamente hacia el noreste, después sabríamos que había sido una obra de 1978. La publicidad de su venta rompe la armonía del precioso telón de fondo de la sierra, inundada por pequeñas y puntiagudas crestas de piedra.
Al este se sitúa La Torre, hoy es un barrio adscrito a Llessui, en su origen albergó el castillo de la Torre (dependiente del castillo de Torena) y desarrolló una pequeña vecindad a su alrededor.
La modernidad, aunque en este caso bastante respetuosa con la arquitectura tradicional, también se muestra en la parte sur occidental, separada de La Torre por la carretera. Según nos dijeron, creció cuando las pistas de esquí funcionaban en su montaña. Dedicaremos la nota del post a recordar su importancia.
Dado que habíamos aparcado al lado de su iglesia y habiendo decidido reservar el almuerzo en un restaurante situado en la parte alta del pueblo, decidimos comenzar la visita por el barrio de La Torre.
LA TORRE (Llessui)
Era curioso ver los huertos delante del templo, lo que nos hizo imaginar la amplia explanada hoy cimentada, inundada entonces de campos de cultivo.
Sant Julià de la Torre
Está declarada Bien integrante del Patrimonio cultural catalán. La iglesia se supone que en un inicio fue la capilla del castillo de la Torre, documentada a principios del siglo XI.
No tendría mención específica hasta la visita pastoral de 1575, siendo entonces sufragánea de Sant Pere de Llessui. En 1758 ya tan solo figura como capilla con la bóveda en mal estado.
Se supone que poco más tarde se hizo la remodelación que hoy vemos.
Aunque es un edificio románico del siglo XI, poco queda de aquel tiempo, las bóvedas de aristas no corresponden con la obra original que se supone con bóveda de cañón. La cabecera original sería totalmente sustituida.
La mampostería es de regulares y pulidos bloques paralelepípedos, alargados y bien alineados.
La iglesia es de una sola nave cubierta por una bóveda de aristas que soporta un tejado de madera a dos aguas revestido de pizarra. Cuenta con dos capillas interiores y un coro iluminado por el óculo.
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Sant Julià de La Torre (Llessui). Invent. Arqutect. Catal. Gent.Cat. Fot: Fortià Arquitectes. |
Adherida a la fachada sur, se encuentra la antigua rectoría, convertida a finales del siglo pasado en vivienda particular.
En el muro del sur, por debajo de la cubierta, hay un friso decorado con piedra y espacios vacíos, lo que hace pensar en que pudo haber un largo porche.
La amplia puerta con arco de medio punto se sitúa en el centro de la fachada sur, está rodeada por grandes dovelas.
En el muro de poniente se abre una gran ventana moderna con arco muy rebajado y adovelado en hojas de libro. Por encima entra la luz por un óculo dovelado el semicírculo superior. El templo cuenta con coro y dos capillas laterales situadas a la izquierda de la nave.
Lo corona por encima del piñón del tejado una espadaña de dos vanos rectangulares con dintel por debajo, luciendo dos campanas de diferente tamaño y cubierto por un tejadillo a dos aguas de pizarra.
Continuamos paseando por el barrio observando que la actividad agropecuaria se mostraba activa.
En su interior se delinea una calle trasversal cruzada por callejones rectos que acaban en el amplio espacio abierto.
Orientamos seguidamente los pasos hacia la parte suroeste de La Torre, separada por la carretera, entrada y salida del pueblo, en la que se agrupan una serie de casas creando una isla bordeando el barranco.
El paseo por su interior tan sólo os llevará diez minutos, de los que la mayoría los empleareis en disfrutar de sus límites montañosos.
Hospedaje en La Torre
La valoración en base 10 es de Google (2024)
En este barrio se encuentra la pensión de dos estrellas Andreva, con una valoración media de 8,6, en el que destacan la atención y el servicio de cocina, aunque no tanto la comodidad de sus colchones.
El restaurante, con el nombre Fonda Andreva, se muestra abierto al público, no tengo valoraciones específicas, pero tiene una buena valoración de sus huéspedes en media pensión.
El hotel de dos estrellas Casa Trilla, cuenta con 10 habitaciones dobles (camas individuales), con precios especiales para grupos grandes. Tiene una valoración media de 7,8.
Por pereza, ya que el tramo es corto, pero ascendimos en coche hasta el originario pueblo de Llessui.
LLESSUI
Según Joan Coromines el topónimo es de origen iberovasco, dada la terminación -ui. Derivando de “leçoi”: foso, precipicio, caverna…
El pueblo es el más alto del Valle de “Ássua”, está situado a 1417 m de altitud en las faldas del macizo del Montsent del Pallars, entre el tóssal (colina) de Torena y la vertiente izquierda del barranco de Pamano.
Historia
En el caso del Valle “d’Àssua” y en apariencia inicialmente en Llessui y sus alrededores, las herencias, adjudicaciones y compras territoriales de los Bellera desde el siglo IX (aquí os dejo un buen documento de la historia de esta familia de la que ya hablamos en relación a Blanca de Bellera desde Tírvia), luciendo en su escudo de armas un carnero o cabra (lo encontraremos en piedra en el post siguiente en nuestra visita a Caregue ), el nacimiento de varios pueblos con nombres propios y la adjudicación de las iglesias y posesiones de esta parte del valle al Monasterio de Sant Ginés de Bellera (Senterada, Pallars Llussà) señalan la importancia y el poder de esta familia en el desarrollo de la trashumancia caprina y ovina en la Vall d’Àssua.
Nacieron a su amparo celdas monacales en el siglo IX-X que, al igual que el Monasterio de Bellera, entraran en crisis a finales del siglo XI, al dividirse la comarca. Las celdas monacales se convertirían en iglesias parroquiales dependiendo de la “Seo d’Urgell” o Gerri de la Sal.
Pocas noticias documentadas encontré de Llessui en el medievo que no fueran en relación al castillo de Torena o al de la Torre. Compras y adjudicaciones de terrenos, incluso la historia de su espectacular templo románico, hoy ruinoso, anda sin noticias en el olvido. Pero hasta mediados del siglo XIX sería el principal pueblo del Valle de Àssua. Por desgracia también sería el que más habitantes perdería, en el último siglo y medio se redujo la población un 80%.
En 1553 “Lessuy” y la Torre registran juntos 11 hogares civiles y 2 eclesiásticos, alrededor de unos 75 habitantes.
Junto con los habitantes de La Torre, Llessui alcanzaría su máximo poblacional en 1857 con 600 vecinos.
La población, con una agricultura de supervivencia, cultivaba centeno, patatas, judías y heno. La ganadería ovina y caprina serían su principal fuente de riqueza hasta finales del siglo XVII, creciendo desde entonces la vacuna hasta convertirse en la más importante, y en menor medida también creció la equina.
Hay constancia desde el siglo XIX de actividades de minería y canteras. Se pueden encontrar testimonio de ello en el antiguo camino a Sorre o en dirección contraria, alrededor de la falda del Montsent del Pallars, aún se puede descubrir los raíles del tren minero.
En la última década del siglo XIX se registran 446 habitantes, incorporándose 409 vecinos al siglo XX. Una década después se redujo drásticamente a 223 habitantes y en 1920 conviven 204 almas. En 1930 aumenta la población hasta reunir 333 habitantes. Pero una década después se reduce a 270 vecinos.
A finales de la década de los 60 se inicia un fuerte éxodo, agrupando en 1970 tan solo 155 censados. Hasta 1976 fue municipio independiente, incorporándose entonces al municipio de Sort.
Continuando el éxodo alcanzarían el mínimo poblacional al entrar en este siglo con 97 almas. Creció un poco hasta alcanzar los 119 habitantes en 2012, en 2023 registran 102 censados.
La Fiesta Mayor se celebra el fin de semana más próximo a la festividad de la Mercè (24 de septiembre).
Aparcamos cercanos al museo del pastor, hacia el que orientamos inmediatamente nuestros pasos.
Museo del Pastor de Llessui
El ecomuseo es un centro temático de la “Generalitat de Catalunya” que rinde homenaje a uno de los oficios más antiguos del mundo y destaca la importancia que ha tenido a lo largo de la historia la trashumancia ganadera en la comarca, especialmente significativa en el Valle “d’Àssua”.
También podéis obtener información sobre los alrededores, las múltiples rutas senderistas y las propuestas para realizarlas con guía.
Nada más entrar al Museo un joven pastor en activo, con gran ilusión hacia su profesión y con muchas ganas de explicarla, os hará una excelente presentación y estará atento a dar respuesta a todas vuestras dudas.
A lo largo de la visita, con un interesante vídeo profundizando en la historia del pastoreo, su temporalidad y en cómo las nuevas tecnologías lo han ido transformando, conoceremos las características del valle de Àssua, la vida de los pastores, sus tareas, instrumentos, espacios de trabajo, medicinas… hasta la modernización actual con aparatos de localización vía satélite, trillas mecánicas, teléfono móvil…
También conoceremos el vocabulario tradicional del oficio de pastor, descubriendo herramientas, instalaciones y usos, junto a los protagonistas animales como “Lo Crestó”, macho capado de gran volumen y cornamenta que conducía el rebaño.
También nos recordará el importante papel del milenario y fiel acompañante: el mastín….
Los pastores estaban obligados a cumplir una serie de condiciones: alojamiento de los rebaños, suministro de carne para el consumo de los vecinos del pueblo, uso obligatorio de determinados abrevaderos, evitar el tránsito por tierras cultivadas, etc. En contrapartida los agricultores debían respetar las cañadas, dejar pastorear al ganado en sus campos no cultivados en determinada época del año, etc.
En la edad moderna las comunidades del valle de Àssua continuaron desarrollando la trashumancia altitudinal, es decir, desplazamientos relativamente cortos hacia los altos prados alpinos en los que pasarían el verano, gran cantidad de bordas, establos, corrales y pajares son testimonio de ello.
Casi todas las casas hasta principios del siglo XX contaban con un reducido grupo de ovejas o cabras, agrupándose sus cabezas en rebaños comunales para el pastoreo.
Las casas poderosas reunían varios pastores en una jerarquía perfectamente definida para conducir sus rebaños. En invierno bajaban al pueblo en el que invernarían con el cuidado directo de sus dueños o delegados a esa función (masover).
Todas la tareas con el rebaño tenían durante el año un orden, un lugar y unas fechas determinadas.
Los pueblos crearon marcas para distinguir el ganado de cada casa. Os dejo este enlace con las marcas familiares de Llessui, indicando la cantidad de casas que en su momento disponían de ganado ovino.
De una montaña llena de pastores en la trashumancia de pequeños rebaños comunales, en la actualidad la mayoría son de unos pocos, con muchas más cabezas y comparativamente con menor cantidad de pastores.
Aunque la escuela de pastores ha traído esperanzas en este sentido, las condiciones de trabajo son mejores y el pastor está mejor comunicado, es un oficio con muchas vacantes en un futuro inmediato.
De todas formas -dijo con orgullo el joven guía de la exposición- Sellui es el pueblo con más jóvenes pastores ejerciendo el oficio.
También la modernidad ha producido menor autogestión del pastor. En el pastoreo el botiquín era necesario para personas y animales, siendo los propios pastores los encargados, en base de una tradición milenaria, de producir el famoso aceite de enebro.
Este aceite viscoso y oscuro es un potente analgésico, antiinflamatorio, relajante, desinfectante… servía para lumbalgias, dolores de piernas, dolor de articulaciones, alergias, heridas, etc, pero también para los animales propensos a rasguños y golpes en las patas sobre los terrenos rocosos por los que transitaban, incluso en los corrales y cabañas de pastores se ponían unas gotas a la entrada para evitar que se colaran las serpientes.
Hoy en el botiquín del pastor hay ibuprifeno, cremas antiinflamatorias, antibióticos, etc… y varios productos específicos para el ganado.
En ese momento desconocía el artículo que os dejo en este enlace, en el que descubriría las virtudes de este espectacular aceite que llegó a tener una producción industrial en Tarragona.
Otra de las singularidades del Pallars (Sobirà y Jussà) es el tipo de oveja, especialmente la autóctona: la xisqueta. Según dicen es el descendiente directo del primitivo ovino que habitó la Península Ibérica procedente de Asia Central.
La incorporación de nuevos visitantes hizo que se acabara la conversación mantenida más de veinte minutos, nos despedimos agradecidos.
Sant Pere de Llessui
El núcleo antiguo está presidido por la iglesia de Sant Pere, de la que tan sólo queda la fachada de poniente, el campanario, los muros perimetrales del sur y parte del ábside, acondicionado el interior para la visita se puede apreciar desde arriba la cripta.
Una fotografía de 1983 nos recuerda lo que hasta entonces se mantenía en pie, en 1990 sería derrocado por peligro de derrumbe. Me parece vergonzoso el no haber hecho lo posible por restaurar este significativo templo.
En la fotografía de 1983 se pude apreciar que la altitud de la nave era bastante superior a la del ábside.
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Sant Pere de Llessui. Invent. Arquit.Catal.Gent.Cat. Foto: Ros i Barbosa, Elisa (año 1983) |
El templo románico (s. XII-XIII) sería hasta el siglo XX la iglesia parroquial de la Villa, de la que dependía Sant Julià se la Torre (en la actualidad es la iglesia parroquial de Llessui) y la capilla de San Salvador de Llessui, la que mencionamos poco antes de incorporarnos a la villa.
A poniente de la nave se levanta la imponente torre campanario de cuatro altas plantas, en las que se abren tres ventanas de medio punto, más anchas las dos de arriba que la de abajo, entre ella se descubre una pequeña aspillera. La fachada del norte tiene adherida la que supuse era la sacristía y cuenta tan solo con dos ventanas superiores.
La corona una pirámide octogonal irregular con baja inflexión en la base cubierta de pizarra.
Un precioso arco apuntado adovelado es la entrada al templo por debajo de la torre, otra puerta con arco de medio punto daba entrada a la nave.
Es decir, se entraba al templo por la base del campanario, algo muy inusual y único ejemplo en la comarca.
La nave está rodeada de capillas y la cubría una bóveda de arista soportando un tejado a dos aguas cubierto de pizarrra.
Contaba con un gran ábside semicircular con bandas lombardas sin arcuaciones, dividiéndola en tres partes. A los lados se abrían sendas ventanas con arco de medio punto.
Por debajo se puede apreciar la cripta.

En el lado sur, con un acusado desnivel, por debajo del templo se puede apreciar un arco rebajado dovelado en hojas de libro, por el que pasa una calle.
Después de recorrer todo el perímetro, observamos que la fachada sur de la torre campanario aún conservaba el blanco enlucido que posiblemente un día cubrió toda la torre.
En el lado sur del templo se encuentran dos casas levantadas en este siglo que se integran bien a la arquitectura del pueblo y hacia el suroeste se ubica el cementerio. Nosotros ascendimos hacia el interior del pueblo sin abandonar la visión de su campanario.
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Plano parcial de Llessui. I.C.G.C. |
Paseando por su interior volvíamos a tener la sensación de pueblo rural remodelado en las primeras décadas del siglo XX, pero manteniendo su añeja personalidad arquitectónica, a pesar de las pocas edificaciones anteriores a ese siglo que quedan.
Mantiene encantadores rincones, algunos pasos subterráneos y preciosos detalles, como la puerta con un cincelado dovelado de madera y piedra con falsa clave. No supimos el nombre de la casa, pero sin duda tuvo que ser una de las más importantes en su momento.
El pueblo se puede recorrer por la única calle que partiendo recta se internará a la derecha por su interior, hasta salir frente a un elevado y pequeño núcleo de viviendas por encima del poco agraciado complejo residencial de 1987.
En ellos está el restaurante Lo Pigal Can Kiko
Afamado y popular requiere reserva previa si queréis aseguraros la mesa. Su excelente cocina tradicional catalana con productos Km 0, con una extensa carta a un precio muy correcto en el que destacan carnes, embutidos y postres, alcanza una valoración media de 9,4.
En la parte alta del pueblo podréis hospedaros en Cal Rogel.
Una casa rural para 7 personas con una valoración media calidad/precio del usuario de 9,6.
Una casa rural totalmente equipada para 4 personas, 2 habitaciones y tres camas. Tiene una valoración media de 9,2.
Eran las 13:25 h. cuando decidimos, antes del almuerzo concretado a las 14:15, ascender hasta el Mirador, en menos de quince minutos, con una ascensión de inclinación moderada pero permanente, alcanzamos el objetivo.
Un lugar perfecto para observar la organización del pueblo y el espectacular y alto entorno que lo rodea.
Admirando el paisaje desde arriba, coincidimos con una pareja que también disfrutaba del paisaje. Supongo que por la necesidad de compartirlo, se inició una conversación que se prolongaría almorzando juntos. Su reserva era para las dos, llegaron diez minutos más tarde, nosotros cinco antes, pero no tuvimos problemas para que nos sirvieran en una mesa de cuatro.
Senderismo desde Llessui
Múltiples excursiones de corto recorrido rodean Llessui: los restos del despoblado y castillo de Torena, los petroglifos de la sierra de Llessui, la antigua instalación invernal de Llessui, seguir los caminos ancestrales que lo unían con Sorre, Saurí o Caregue…
No voy a repetir las posibles rutas por los pueblos de la Vall d’Àssua, ni de las rutas desde Sort, de las que hablaremos desde allí.
Cuatro gigantes coronan “la Vall d’Àssua: el Montorroio (2.861m), el Montsent (2.883m), la Pala Pedregosa (2.889m) y el pico de la Mainera (2.906m). Todos retos de altura para alpinistas y excursionistas.
El pueblo, a los pies del Montsent del Pallars, está situado en la vertiente sureste del Parque Nacional de Aigüestortes, siendo junto a Espot la entrada desde la comarca al Parque.
En larga distancia podremos recorrer los antiguos caminos de herradura que nos conducen hacia el norte a Espot, pasando por Caregue.
La pista forestal hasta Espot, recomendado su acceso en 4x4, pero se puede recorrer con un utilitario alto. Nace en las antiguas pistas de esquí. Son 30 Km, que requieren lentitud pero que no os arrepentiréis. Volveremos por carretera comarcal.
A unos 10 km encontraremos el parquing, desde al que se accede a los lagos de Mainera. Con lo que podéis complementar en un par de horas la ruta motorizada con algo de senderismo.
En 4x4 por un camino forestal (también con un utilitario alto, pero recordar aseguraros el estado) podremos alcanzar las Bordas de Llessui, desde la que podemos emprender diferentes y altas rutas senderistas, siendo la más concurrida al Pas de la Mainera, pasando por bordas seguiremos el antiguo camino a la izquierda del río Berasti con sus pequeños y rápidos saltos de agua, en el que pastos, avellanos y enebros rastreros nos acompañarán frente a la impresionante y alta panorámica.
En su tiempo, circundando la montaña del Montsent circulaba un pequeño ferrocarril minero, hoy recorriéndolo pasaremos por varios de sus túneles en la llamada “ruta del carrilet”
Desde el coll del Triador nos adentramos en la Vall Fosca, punto en el que los rebaños comunales se separan para volver a sus respectivos pueblos. Desde aquí podemos ascender hacia el lago de Gento, desde el que descienden las aguas para alimentar la central hidroeléctrica de Capdella o continuar hacia el oeste pasando por Cabdella (La Vall Fosca perteneciente al Pallars Jussà) para recorrer la milenaria senda que asciende por una docena de lagos y tres refugios del Parque Nacional antes de llegar a Espot. Gran parte del recorrido forma parte del Circuito Carros de Fuego.
Ya veis, son tantos los objetivos senderistas que os dejo este amplio compendio de Wikiloc, en el que seguro encontraréis las que mejores se adaptan a vuestro intereses.
Recordar que desde el Museo del Pastor obtendréis información de estas posibilidades y de su oferta de excursiones con guía.
Después del almuerzo, que lo hicimos largo sin tener culpa el servicio, nos despedimos. Nuestra orientación nos conducirá hacia el norte del Valle de Àssua, para visitar Caregue y Escàs (Ruta 11-lll-).
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Las pistas de esquí de Llessui
En 1966 se inauguró la primera estación de esquí del Pallars Sobirà en Llessui, impulsada por Alfons Segalas, miembro del Centre Excursionista de Catalunya (CEC).
La cota mínima de la estación era 1.445 m y la máxima 2.430 m, con unas dimensiones considerables.
Una población empobrecida, aislada durante siglos y dedicada a una agricultura y ganadería de supervivencia, les costó entender la llegada de personas para deslizarse sobre la nieve.
Para paliar dicha visión y familiarizar a los habitantes del pueblo con la estación invernal, regalaron 30 pares de esquís a los jóvenes del pueblo. Lo que produjo, a la vez del efecto deseado en el pueblo, que de ese grupo de jóvenes surgieran los primeros monitores de las pistas.
Eso y la aparición al siguiente año de la estación invernal de Espot, provocaría que la población comenzara a darse cuenta de la oportunidad económica que representaba y surgieran las primeras casas rurales y otros servicios (fondas, tiendas, bares..), dando respuesta a las necesidades de un desconocido hasta entonces turismo de invierno.
En las pistas se inauguró un restaurante y en el pueblo se edificaron dos alargados edificios de apartamentos, en el que en 1979 se publicitaban con el regalo de una temporada de esquí gratis. Por lo que parece la oferta de segunda residencia no obtuvo el éxito esperado ya que el cartel de ventas sigue tapando el paisaje (2022), tal indiqué antes.
La ubicación y la orientación de las pistas no era la mejor, el clima con vientos bastante inclementes provocaron en muchas ocasiones dejar las pistas sin nieve, en un tiempo en el que la nieve artificial aún no se había impuesto.
Algunos inviernos con poca nieve y con problemas financieros y de gestión provocaron el cierre de las pistas en 1987.
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