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09 febrero 2023

Ruta 12 (II) . EL BATLLIU DE SORT. LO BASTIDA DE SORT. Sant Martí. CASTELLVINY. Sant Esteve. OLP. Mare de Déu de la Purificació o de la Candelera.





El BATLLIU DE SORT


El Batlliu de Sort se extiende por la falda de levante del “tuc de la Cometa” (2446 m) sobre la solana de la vertiente derecha del Noguera Pallaresa.

El Batlliu de Sort.  Mapa Web. ICGC.
Una preciosa zona que nos permite descubrir una parte poco conocida del Pallars Sobirà, a pesar de estar tan cerca de la capital.

El nombre de Batlliu de Sort proviene de la época medieval, cuando las tierras de pasto que había por encima de Sort pertenecían a los Condes del Pallars Sobirà.


El territorio estaba administrado por un “batlle" nombrado por éstos.

Derivando sus funciones a las de los actuales alcaldes (Batlles en catalán).


Descubriremos pequeños pueblos milenarios en las laderas de inclinadas colinas o sobre peñascos rocosos, rodeados de fuentes y casas de piedra y pizarra orientadas al sol, oteándolo por encima de la nieblas extendidas por el valle. En muchos sus alturas rocosas fueron coronadas por un castillo (“la força”), bajo los que se amurallaron los pueblos creando villas cerradas (viles closes).


Rodeados de suaves prados de pastos, limitados por pequeños bosques de robles, encinas y alcornoques en las zonas soleadas, en las alturas reinaba el pino negro limitando los altos pastos y en los barrancos húmedos encontraremos aislados arces (aurons en catalán), fresnos (freixes), chopos (pollancres), almeces (lledoners) y nogales (noguera)…. Antiguamente todos estos árboles eran de provecho ganadero, pero los dos últimos, junto a algún grupo de castaños serían también de alimento humano y parte de su comercio agrícola. El fruto de sus nogales sería muy apreciado, hasta que la nuez de California modernamente invadió el mercado.


Desde el pueblo abandonado de Llavaners (Soriguera) y en homenaje a su monumental nogal (noguera en catalán) cerca de un maduro bosque de robles, le dedicaremos la nota final del post a este árbol que dio nombre a la espina dorsal de la comarca: El Noguera Pallaresa.


En Enviny dedicamos la nota final al almez, otro árbol de gran importancia en el pasado y siempre cerca de los templos de advocación mariana.


Desde la fuente de las Fontanilles en el barranco de las Lleres hasta Enviny por el norte, por el este hasta Montardit y por el noroeste hasta el Serrat de Sant Josep, son las zonas más húmedas del Batlliu, la altura y cantidad de árboles caduciformes así lo manifiesta.


Es obvio que el momento mágico lo encontraréis en otoño, cuando los arces y robles lo enrojecen, el naranja se expresa en nogales y sauces, mientras que almeces, fresnos y chopos lo doran.


Hacia el sur la zona se vuelve más seca, predominando los encinares de carrasca junto con zonas rocosas de escasa población arbustiva. Tan solo en la ribera de los torrentes se alzan árboles caduciformes. 


Disfrutaréis de sus espectaculares vistas del valle del Noguera y de la Torreta de l’Orri, entre ellos desde Pujalt podremos contemplar el techo catalán.



Podremos transitar por caminos de herradura milenarios, siguiendo los pasos de humanos y animales, transportando los productos de un pueblo a otro, estrechas y altas sendas rocosas o por las cañadas, paso de la nómada ganadería hacia las bordas y los pastos naturales. Por el camino alguna ermita nos animará a continuar protegidos por los Santos apóstoles.


En muchos de estos caminos aún se puede apreciar el empedrado del suelo y los pequeños muros de piedra seca limitándolos. Incluso algunos bastante altos para evitar que el ganado invadiera los espacios agrícolas.


En este sentido os dejo esta buena propuesta en castellano de Rutas Pirineos, para recorrer por estos caminos el Batlliu, 13 Km. que podemos hacer en menos de cuatro horas de marcha.


La cría ganadera de todo tipo ha caracterizado la zona, tal iremos descubriendo en la visita a los pueblos, siendo muy importante la caprina en el medievo y la mular en siglo XVIII y XIX, en la actualidad se reduce a la vacuna (para carne) y ovina. Se le añadió este siglo una granja de alpacas, con la única función de utilizar su preciada lana.


La agricultura sigue siendo de abastecimiento familiar y animal, pero desde principios de siglo, con el impulso de la administración comarcal se han plantado viñedos por debajo de Olp hasta la Bastida, en la que se encuentra el Celler del Batlliu.


La filosofía de los promotores es reivindicar la calidad de los vinos de alta montaña, impulsar el patrimonio vinícola del Pallars y rescatar las variedades autóctonas que se producían antes de la filoxera (finales del siglo XIX, principios del XX). El primer embotellado se produjo en 2010.


Os dejo este artículo, por si queréis profundizar un poco más en su propuesta ecológica con una buena documentación fotográfica.


Salimos de Sort a las 8:10 de la mañana, temprana hora para visitar cualquier pueblo, pero necesitábamos al menos seis las horas para recorrerlo, antes de regresar a Sort para almorzar.


El día estaba muy encapotado, se podría prever la lluvia, pero tal estaba siendo lo normal, la mañana acabaría siendo calurosa y las nubes blancas se trasladarían dispersas toda la tarde.



Saliendo de Sort en dirección a la Bastida, contemplamos algunas curiosas edificaciones con modernas transformaciones.


Os dejo la foto de esta bonita casa con modernas buhardillas triangulares y techos angulados, sobre ventanas con arcos rebajados y puertas con arco de medio punto, todos adovelados.



















Lo Bastida de Sort


Se trata de un topónimo románico medieval de carácter descriptivo: Bastida, que quiere decir construcción, posiblemente en este caso de defensa, un fuerte o pequeño castillo, un torreón avanzadilla del castillo condal de Sort…


Posiblemente su situación estratégica no tan sólo de era vigilancia, posiblemente también de defensa, dado que se eleva justo por encima del Noguera Pallaresa, en el lugar en el que la roca estrecha el paso paralelo al río.




Historia


En el fogaje de 1553 declara La Bastida 5 fuegos laicos, agrupando 25 habitantes.


No logré encontrar las razones de su rápido descenso poblacional, pero según parece antes de la abolición de los señoríos, en este caso compartido por los marqueses del Pallars y los vizcondes de Vilamur, agrupaba 136 vecinos. Un par de décadas después, contando con ayuntamiento propio, se reducían a 103 las almas.


Disponía el pueblo de buenas y fértiles tierras, tanto en el llano como en la montaña, gozando de amplias zonas de regadío en las que se producía trigo, centeno, cebada, legumbres, hortalizas y frutas. También disfrutaba de muchas zonas de pastura para la cría de vacas, mulas, ovejas y cabras.


Entrarían en el siglo XX reuniendo 56 habitantes, se mantendría el número durante tres décadas, pero a partir de aquí el éxodo será lento pero permanente, en 1960 eran 34 vecinos, en 1981 se agrupan 11 almas.


Se incorporaron 15 habitantes a este siglo, manteniéndose sin variaciones hasta 2008, conviviendo entonces 20 vecinos. En 2023 eran 33 los censados.


La Fiesta Mayor es el último fin de semana de Agosto.


Antes de abandonar la carretera para incorporarnos en el pueblo, podremos observar a la derecha y a la izquierda de la calzada, la única imagen de su actividad agropecuaria, en el que las edificaciones están rodeadas de campos de cultivo, es la casa CampaneraUna imagen que nada tiene que ver con el resto del pueblo.


Una villa prácticamente plana con una sola calle finalizando en una plaza. Las edificaciones aisladas en pequeños grupos, posiblemente muchas con fundamentos anteriores al siglo XX, pero todas transformadas con modernas ventanas y puertas, junto con renovados tejados de pizarra.


Un adovelado amplio arco rebajado adherido a la casa Carrera, nos hizo pensar que podría haber formado parte del pretendido castillo o pequeña fortaleza que le daba nombre, pero también podía formar parte de la entrada de un pajar o una cuadra.


Al otro lado de la arcada, la curiosidad aumenta al observar la preciosa fuente protegida por los muros angulados de la casa Carrera bajo un arco muy rebajado adovelado.



Casa Carrera inicia a su lado un conjunto adosado de edificaciones modernas, la piedra y los tejados de pizarra configuran la única unión con las construcciones tradicionales, pero no voy a negar su buen gusto, y aunque se distancien de la añeja imagen rural de un pueblo agropecuario y la barnizada madera adquiera protagonismo, el pueblo comparte cierta harmonía y belleza constructiva.



Delante se encuentra la iglesia parroquial de Sant Martí.


Sant Martí de lo Bastida


El pequeño templo es de una sola nave de planta rectangular, con tejado a dos aguas cubierto de pizarra. La mampostería es de piedra pizarrosa ligeramente desbastada.



Presenta la puerta con arco de medio punto en la fachada de poniente, sobre el que se puede apreciar un deteriorado frontón triangular, protegiendo en su centro una vacía hornacina.


Por encima se abre un óculo con un irregular bocinado encalado. En el tejado se muestra una espadaña triangular con cabezal curvo adovelando un vano de arco rebajado, luciendo la campana. Su construcción es moderna, mostrando una sillería de finas aristas de color gris diferente del resto de piedra pizarrosa que cubre sus muros.



Al lado del templo encontraremos una puerta que nos introduce en el pequeño cementerio, lo pueblan cruces de hierro y de piedra blanca, siendo pocas las que se mantienen derechas, bajo la sombra de una higuera (figuera en catalán) y un almez (lladoner).


Volvimos a pasar por la fuente, fijándonos en las curiosas y modernas transformaciones de las casas del fondo al que nos dirigíamos, observamos el grueso tronco de un tilo (tiler en catalán) que no correspondía con la pequeña extensión de ramaje, lo que nos motivó a pensar en una buena poda, observando que no era el único, el sauce adherido a la iglesia también denotaba vejez a pesar de la limitada extensión de su ramaje.


En esta búsqueda descubrimos la variedad de árboles que se erguían en el interior del pueblo, en las puertas de las casas, en sus jardines o en los espacios verdes comunales limitando el asfalto.



Continuando por la calzada LV-522, habiéndonos incorporado al municipio de Rialp y a un kilómetro de la Bastida, en un cruce a la izquierda se abre un camino de tierra que nos conduce a poco más de un Kilómetro al Celler del Batlliu.


Concertando visita podréis conocer esta experiencia vinícola, su moderna bodega (Celler en catalán) y en un educativo paseo guiado visitar las viñas y la importancia de las inmediaciones boscosas que los circundan, para terminar con una exquisita cata de vinos y quesos locales.


Sobre la Bodega, os diré que el modo de producción tradicional se abandonó, incorporando tecnología moderna, por lo que no esperéis grandes botas de madera, lo que brilla es el metal. Las razones y el proceso de producción merecen la pena conocerlos, especialmente saboreando el resultado.


Al lado de la bodega está la Borda del Batlliu, un excelente restaurante en la que une gastronomía y vino, quizás su menú a 35 € (2023) os parezca caro, pero según entusiastas clientes le dan una valoración de 10, en la que con una excelente gastronomía y cualidad del producto, destacan  las carnes de ternera y cordero del Batlliu de Sort. Sin duda sus perfectos acompañantes son sus excelentes vinos, posiblemente protagonistas de la entusiasta valoración.


Continuamos por la carretera LV-5223, a un kilómetro la calzada presenta un cruce a la derecha hacia Rialp, nosotros continuamos hacia el noroeste en dirección a la Vall de Àssua. Medio kilómetro después dejaremos la dirección hacia Altron y Llessui, para orientarnos en el cruce a la izquierda hacia Olp, iniciando el recorrido por la LV-5224.


Por el camino descubriremos sobre la cima del Serrat de Sant Josep la ermita homónima. Desde la carretera son veinte minutos entre subir y bajar. Si continuamos hacia Olp, encontraremos a la derecha un camino de tierra que os deja aún más próximo a ella y al lado de un espacio de pic-nic.



La pequeña ermita románica de nave rectangular está abierta al exterior por un gran arco ligeramente rebajado adovelado. Lo cubre un tejado a dos aguas de pizarra sobre envigado de madera. La mampostería es de piedra pizarrosa sin desbastar.


En la primera década de este siglo fue restaurada, construyendo un muro en el interior de la entrada (reduciendo considerablemente su espacio), con una puerta con fino marco blanco con arco muy rebajado, igual que la ventana que le acompaña a cada lado.



Pero quizás lo más interesante del ascenso son las extraordinarias vistas que dispone el lugar, aportando argumento al haberse erigido un castillo antes de que lo hiciera la ermita, su situación estratégica es extraordinaria. Desde ella podréis observar las inmediaciones del Batlliu, en los que observamos los antiguos pueblos encastillados de Olp , Castellviny… Hacia el noroeste, los desnudos gigantes del Montsent y el Montorroio por encima de Llessui.


Sobre el brillo de los tejados de Rialb se alzaba el pueblo de Surp, dominando el valle y rodeado de prados de siega.



Si ascendemos la vista hacia el este descubriremos el Monteixo sobre la Vall Ferrera. Continuando deslizando la mirada hacia las profundidades de la Torreta de l’0rri descubriremos Sort, Pernui y tras ellos el Valle de Siarb, la sierra de Boumort…



Volviendo a la carretera nos  habíamos introducido a los pocos metros en Olp. Dejando a nuestra izquierda un núcleo de viviendas adosadas, todas de manifiesta modernidad, era  “La Pleta”, como su nombre indica era el lugar de recogida por la noche de los animales de cada casa que andaban pastando, hoy es un adosado tercer barrio de Olp.

Antes de continuar hacia el interior del pueblo, en el cruce hacia Pujalt, una casa, Can Tallada, reivindicaba su existencia de tres siglos frente a los intereses urbanísticos de derrocarla para construir una rotonda.


No sé los años que hacía que estaba la reivindicación colgada, pero la casa parecía estar modernamente rehabilitada y una maceta florida adornaba una ventana.


Sin haber encontrado noticias de ello, parece que los vecinos habían ganado la partida a la modernidad especulativa, pero el cartel continuaba colgado (2022).



Como veremos más tarde, Olp es el pueblo del Batlliu que conserva el mayor número de edificaciones anteriores al siglo XX, una gran parte con una humilde conservación, pero en la visita sentí que el orgullo vecinal no parecía hacer distinción de ello.

Traspasamos completamente el pueblo hacia Castellviny, dado que después no teníamos más remedio que volver a Olp. Nos separaba un kilómetro.


CASTELLVINY


Franqueado por el norte por el barranco de la Pietat y por el sur el barranco de la Bastida, se encuentra Castellviny, alzado a 1.050 msnm. 


Joan Coromines cree que proviene del latín Castellum viciniae (el castillo del vecindario). 


Historia


La idea de ser el castillo de Enviny parece contradecirse con la propia “força” del pueblo de Enviny y la importante distancia  que separa los dos pueblos, màs próximo a Olp que también contó con castillo.


Quizás es de un tiempo anterior a ellos y coetáneo del que posiblemente se alzaba cerca de la ermita de Sant Josep. Otra posibilidad es que fuera el castillo guardián de los viñedos, ya que según Joan Coromines otra traducción posible de “enviny” es viñedo.

No se han encontrado testimonios que den crédito a su existencia, ni de que estuviera poblada de viñedos la zona en la baja Edad Media.


Sin testimonio poblacional de este tiempo, las primeras noticias de Castellviny se tienen por Madoz en la primera mitad del siglo XIX, en la que declara una tierra de cualidad media produciendo trigo, cebada, centeno, patatas, frutas de invierno y bastantes nueces.


Se recrían mulas y se mantienen los bueyes para el campo. La caza es de conejos, liebres y perdices.


En 1857 figuran 46 habitantes, pero en tres décadas se reducirá a 14 vecinos, llegando en 1910 a reunir tan sólo 2 almas.

En 1930 se registran 15 vecinos, pero una década después se había vuelto a reducir a 8 habitantes. Se registran 7 habitantes en el 2000. En 2022 serán 5 los censados.



Un pueblo y una iglesia con un siglo de abandono


La iglesia de Sant Esteve es el primer edificio que nos da la bienvenida a la aldea.


Separada unos cincuenta metros de las primeras construcciones, la oscuridad nos guía por debajo de la montaña y entre los muros de las edificaciones situadas a nuestra izquierda.



Llegamos al final de la calzada, en la que se iniciaba un estrecho camino de tierra. Aparcamos tan solo unos minutos, dado que al acercarnos a la casa, nos salió al paso un señor de mediana edad, advirtiéndonos de tener que mover el coche, para dar paso a la maquinaria agrícola que estaba subiendo. Le hicimos caso después de unos minutos de observación, pero nunca la vimos aparecer.


Nos pareció ver tan solo una casa ocupada por humanos, el resto de edificaciones eran dependencias agropecuarias, aunque no sé si todas activas. Una especie de calle separa el estrecho espacio interior del barranco sobre la vertiente derecha del Noguera Pallaresa.


No nos atrevimos a entrar por su interior, era como penetrar en la intimidad de una casa particular en la que el dueño no nos había invitado, a pesar de presentarse.


Aunque es poco lo visible, lo poco es muy singular. Se muestra una anarquía de líneas rectas de tejados de pizarra y paredes sin simetría de ventanas rectangulares, muros parcheados debajo de gastados enlucidos, pared rompiendo el plano adquiriendo arista, una amplia balconada con dos arcos de medio punto dovelados luciendo modernas cristaleras, mientras se conservan los arcos rebajados adovelados en puertas y ventanas en las dependencias agropecuarias.



Un conjunto que nos enseñaba sin complejos un mundo de continuas reformas restaurando muros y rectangulares ventanas, todas de pequeño tamaño. 


Sin duda el entorno rural es de gran dureza para la actividad agrícola, disponiendo de pequeños bancales escalonando la inclinada pendiente, o por encima, aprovechando los pequeños espacios planos que permitía la roca.


La verdad es que en estos pequeños espacios es difícil de comprender una actividad agrícola productiva, era imposible entrar un tractor. No observamos animales, pero sí vimos establo y pajar.



Otra vez dentro del coche, nos volvimos a parar cerca de la iglesia en la que no había problemas de tránsito.


Sant Esteve de Castellviny


La primera noticia del templo se tiene en 1575 al ser nombrada sufragánea de la parroquia de Sant Martí de la Bastida dependiente del oficialato de Sort. Mantendría este carácter en la visita pastoral del 1758, haciéndose constar que estaba en buen estado.


Por lo que parece fue un edificio levantado en el siglo XI-XII, así lo manifiesta su ábside, teniendo una primera reforma la nave en el siglo XIII. La última reforma importante se sitúa en 1769. 



Es un amplio templo de una nave rectangular con un ábside semicircular hacia levante, precedido por un corto tramo presbiterial, mucho más bajo que la nave y que se manifiesta desviado hacia el sur. El tejado es a dos aguas cubierto de pizarra.


La nave consta de tres tramos con bóvedas de lunetas reforzadas por tres arcos torales con sus correspondientes contrafuertes. Se aprovechan éstos para abrir las capillas laterales y una sacristía en el ángulo noroeste.


La puerta con arco de medio punto está dovelada por grandes losas bien cortadas y pulidas, me pareció que utilizaba dos clases de piedra, una granítica con un corte fino y otra pizarrosa con corte más vasto. Sentí pena por el abandono, aquella puerta no se había abierto posiblemente en décadas.



El ábside, tapiado en la actualidad, está construido con mampostería bien desbastada en los ángulos, manteniendo en el resto piedra irregular sin desbastar y dispuesto en uniformes hiladas igual que en el resto de los muros.


Sobre el muro de poniente se levanta una singular y amplia espadaña de dos ojos con arcos de medio punto, cubierta por un triangulo superior escalonado con tejadillos de pizarra.



Delante se encuentra la fuente y un alargado abrevadero con un gran fresno a su lado aportando sombra.



Muy cerca se encuentra el cementerio, por lo visto la familia Farre, fue o quizás es, la familia más importante de Castellviny. El pequeño mausoleo a cuatro aguas muestra cuatro nichos, que aunque eran flores de plástico, parecían todos atendidos.



Regresamos a Olp, nada más incorporarnos aparcamos delante de la Iglesia.


OLP


Elevado a 1.100 m. bajo el “Serrat Planell”, a la izquierda del barranco de Lleres y a la derecha del Noguera Pallaresa pasada sunconfluencia con el río Sant Antoni. Limita con el sureste del Valle “d’Àssua”.


Joan Coromines considera su etimología de origen iberovasco, derivado de “olo”, significando edificio rural.


Sin contar con el moderno barrio de la Pleta, Olp estuvo divido en dos núcleos vecinales, tal hemos visto en otros pueblos de la comarca, lo coronaba la “Força” bajo la que se amurallaba la villa cerrada. Más abajo, en el único plano del pueblo se encuentra la iglesia de la Mare de Déu de la Purificació






Historia


Las primeras noticias de Olp son de finales del siglo X. En 1076 se hace mención del intercambio de Ficapal con Ramón V del Pallars Jussà, en el que éste le cede el castillo de “0lbe” por el feudo del castillo de Gilaneny y la Vallferrera.


A finales del siglo XI finalizan las contiendas entre los condes del Pallars, el castillo de Olp figurará de los condes del Pallars Sobirà hasta finales del siglo XV, documentándose en el año 1130 que Artau III enfeuda a Arnau Mir Garreta sobre Olp.


Aunque en 1280 Pere el Gran enfeuda entre otros el castillo de Olp a Bernat de Toralla, pero tan solo ejercerá la jurisdicción criminal.


En el año 1435 Joan de Santa Coloma, procurador del conde Joan I de Foix, se presenta en Olp para tomar posesión, pero igual que Enviny i Llarvén, continuarán hasta finales del siglo XV en manos de los condes del Pallars Sobirà.


Durante la guerra del Pallars (1484-1487)  las fuerzas del Marqués de Cardona, en nombre del rey Ferran invaden la comarca, el castillo de OLP resistió el asedio durante nueve días, pero no pudieron resistir las murallas la bombarda gigante traída de Solsona.

Me pregunté si era la misma bombarda que meses después destruiría la última fortaleza soberana en Valencia d’Àneu.


Según el “fogaje” de 1497, el pueblo contaba con 22 fuegos, agrupando alrededor de 120 habitantes.

En 1553 eran 14 fuegos laicos y uno eclesiástico, reuniendo 75 habitantes.


Cada vez que disponemos de datos de la población del siglo XV al XVI nos encontramos con esa gran primera reducción de la población, alguien podría pensar que se produjo por la pérdida de la soberanía condal o las pestes que azotaron Europa, pero según ya explicamos parece ser que la especial protagonista fue la pequeña era glaciar que congeló Europa hasta el siglo XIX.

 

Sin querer profundizar en ello, os dejo este pequeño artículo de su importancia en Europa, pero pensar lo que representó por estas alturas vivir en un tiempo en el que el Ebro se heló.

Por ello hasta es posible que en los siglos anteriores extraordinariamente cálidos (siglo XI-XIII) se plantasen viñedos en el Batlliu, pero que desde el siglo XV se hizo inviable su producción hasta tres siglos después.


En el siglo XIX en buenas tierras se cultivaba trigo, centeno, cebada, patatas, frutas de invierno y se recogía gran cantidad de nueces. La caza de conejos, liebres y perdices era escasa. El recriar mulas era su principal comercio.


En 1857 figuran 251 habitantes, con una lenta disminución entrarían 212 vecinos en el siglo XX. En 1930 se agrupaban 152 almas, pero lentamente no dejaría de despoblarse llegando en 1970 a convivir 90 vecinos.


Se incorporará a este siglo reuniendo 35 habitantes. En 2022 son 51 los censados, pero el número de segundas residencias es posiblemente el más numeroso de la zona.


Hasta 1970 pertenecería al municipio de Enviny, pasando entonces al municipio de Sort.


Nos extrañó que no tuviera un restaurante, pero más el que no ofertara alojamiento turístico.


La fiesta Mayor es el segundo fin de semana de septiembre.


En conmemoración del asedio medieval de Olp, desde 2008 se celebró en Olp el 15 de Agosto les Festes del Setge d'Olp, un espectáculo teatral realizado por actores de la comarca, cada año diferente y que se representaba también en otros pueblos. En 2022 se dejó de representar después de 14 años por falta de actores, de todas maneras la esperanza que se vuelva a retomar está presente.



Delante de la iglesia podréis observar una preciosa casa con arcos ligeramente rebajados adovelados, dos en la balconada y otros dos debajo, uno dando entrada a la casa y el otro resguardando un banco de piedra. 


Por encima, en la parte alta se situaba “La Força”. Con un desnivel acusado se unen las dos partes del pueblo por una única calle vertical.


Antes de ascender nos dedicamos a ver la iglesia, apreciando primero la bonita fuente con arcada y tejado a dos aguas, a su lado un largo abrevadero con escalón.


Pensamos que la puerta entre ella y la iglesia daban paso al cementerio, pero eran jardines y pequeños huertos. Supimos que el cementerio está en el noroeste, un poco separado del núcleo vecinal.


Mare de Déu de la Purificació o de la Candelera


La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelera tiene su advocación original en Tenerife. Su etimología deriva de candelero o candela, en referencia a la luz santa que guía hacia el buen camino y la redención.


Su festividad se celebra el 2 de febrero y en ella se recuerda la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén después de su nacimiento y la Purificación de Marìa. 


Virtud que modificaría en el siglo XVIII la advocación a la Candelera por la Virgen de la Purificación. Adquiriendo en la práctica las dos denominaciones.


No se tienen noticias de la Iglesia hasta 1391, año en el que figura perteneciente al decanato de Senterada. En la visita pastoral de 1575 consta la necesidad de reparar la escalera de ascenso al campanario.


En 1758 se hace constar el mal estado en el que se encuentra la bóveda. Según parece, sin conocerse con precisión la fecha, unas décadas después se levantó la actual iglesia.


Depende de la parròquia de Sort, junto con las sufragánea iglesia de Sant Esteve de Castellviny y las capillas de “Sant Josep (la única activa) y Sant Pere d’0lp”.


Es un templo con aires neoclásicos de una sola nave rectangular con capillas laterales, con un estilizado y estrecho campanario en el lateral sudoeste de 17,5 m de altitud.


La mampostería es de piedra pizarrosa irregular, ligeramente desbastada, plana y dispuesta en hileras regulares, excepto en los ángulos de la base en la que predominan rocas graníticas de mayor tamaño y mejor pulido. Se pueden descubrir bastantes pequeñas aberturas distribuidas por los muros laterales de la nave.


En la fachada de occidente se abre la puerta con arco de medio punto adovelado con piedra granítica. Por encima se abre un óculo bocinado y lo corona sobre el mismo eje bajo el piñón del tejado una pequeña ventana rectangular.



En el sudoeste se levanta la torre de planta cuadrada, convirtiéndose en el segundo cuerpo en octogonal irregular con suave curva de las aristas. Se abre en cada cara una ventana con arco de medio punto, luciendo hasta 2016 tres campanas. Ese año, por recolecta popular, se compró y colocó la cuarta.

Una humilde moldura plana circunda la torre por debajo de los vanos.


Cubre la torre, sobre una pequeña cornisa, una pirámide octogonal irregular de pizarra con baja inflexión a la base.


La torre campanario coetánea al templo, perdería el cuerpo superior en 1974 al ser derrocado por peligro de derrumbe.


En esta foto se puede apreciar la espadaña que luciría hasta 2010, año en el que se restituiría la torre campanario.


 Mare de Déu de la Purificació. Web. Invent.Arquit.Gent.cat. Foto Elisa Ros i Barbosa (1983)

En su rectoría se conservó hasta la primera mitad del siglo XX una talla policromada de Cristo en la cruz, desde entonces se expone en el museo diocesano de la Seu d’Urgell. También expone el museo la talla de la Virgen de Olp, reaparecida a mediados del siglo XX. A estas tallas dedicamos la nota final del post.


Nos dirigimos hacia bajo, admirando el muro de piedra seca delimitando el pequeño huerto adlátere al templo, de golpe nos dimos cuenta que no era pizarra lo que cubría el tejado, más tarde, desde la “força”, descubriríamos que era plancha de metal.


Nos desilusionó bastante, creo que el templo se merece ser cubierto por uno de los más bellos signos de identidad de la comarca.


Tan solo un par de edificaciones se ubican por debajo del templo, mostrándose rodeadas de  pequeños campos de siembra.


En la esquina, girándonos mientras descendíamos, apreciamos la espectacular desorganización espacial de las ventanas de una amplia fachada de irregular simetría, en la que se incluía una hornacina, todas variadas de tamaño, forma y en el sentido posicional sin armonía distributiva.



Observamos la parte trasera de la Iglesia tras un pequeño campo de siembra y pequeños árboles frutales. Hacia el norte se situaba el barrio de la “Pleta”. 



Hacia el este, por el antiguo camino que une Olp con Sort y a poco más de medio kilómetro, se encuentran las ruinas de Sant Pere d’Olp


El templo declarado en ruinas y sin documentación de su existencia (que yo disponga), es un templo de una sola nave, en la pared más completa que queda en pie del templo, se puede apreciar la puerta rectangular con rústico dintel de madera. 

La mampostería es de grandes piedras pizarrosas sin desbastar. Carece hoy de tejado, sin poderse apreciar la bóveda interior que lo cubría.


Posiblemente el templo tiene poco interés, más que el pensar el que no tardará mucho en desaparecer, pero el camino que continúa hacia Sort (3 km) transitando por Bordas es un encanto.



Regresamos a la plaza Mayor, delante nuestro las casas se reunían bajo la roca que un día ocupó “la força”.


Ascendimos hasta la carretera, dejando a nuestra derecha la Pleta. Una vez dispuestos a ascender hacia las alturas del pueblo, lo primero que nos sorprendió fue el rectangular y alto edificio que nos da la bienvenida.


Creímos contar seis plantas, por lo que parece fue una espectacular torre de defensa en la entrada a la Villa cerrada, aunque no entendimos la función de los pisos superiores, con ventanas de arco de medio punto muy deterioradas y entre ellas un sobresaliente y singular friso. Sus muros calzaban nueve siglos, según nos indicaron.


Desde aquí se puede apreciar arriba, en el extremo occidental de “la força”, la única casa levantada a finales del siglo pasado, el resto son anteriores a ese siglo.



Con un desnivel acusado se unen las dos partes del pueblo por la única calle vertical, en la que bajo la roca de “la força” y después de pasar por debajo de una casa, encontraremos el lavadero comunal.


 



La fuente, sobre el largo abrevadero, desliza el agua por la roca tal suave cascada bajo la musgosa vegetación adherida.


Por debajo los tejados anunciaba alguno haber remplazado la pizarra, algo que descubriríamos en otras casas desde la força, aunque la uralita no era tan numerosa como en Sort, el principal templo del pueblo había remplazado la tradicional pizarra por el ondulado metal.



Llegamos a la parte alta separada por una pequeña brecha rocosa, sobre ella se alzó “la força”, hoy son las casas las que ocupan el lugar. 

Fijaros en la bonita casa a dos aguas con dos preciosas ventanas con arco de herradura sobre un moderno balcón.



A la zona de la “força” también se puede ascender desde arriba, la carretera en dirección a Pujalt os deja en sus puertas.

 

Descendimos una vez alcanzada la carretera y después de observar las panorámicas. Volvimos a transitar bajo las casas en lento descenso.


Nos orientamos hacia la vertiente noreste del pueblo, en la que volveremos a encontrar algunos interesantes detalles en renovadas fachadas y adinteladas ventanas. 

Poco después de pasar por un espacio entre paredes convertido en la calle más estrecha del pueblo, nos encontraríamos de nuevo frente a la iglesia.




Senderismo desde Olp


No os puedo enumerar todas las excursiones que se pueden hacer recorriendo los antiguos caminos que pasando por ermitas, pueblos y bordas recorren el Batlliu desde Olp.


Desde los objetivos de recorrido familiar cercanos a las ermitas de Sant Josep o Sant Pere, Castellviny, la Bastida, Pujalt…, a las capitales de Rialp, Sort… o ascendiendo en largos circuitos a la Vall de Àssua, Altron, Llessui o Surp, combinando con las del Batlliu: Enviny, Montardit…, o las grandes alturas en el que destaca el Tuc de la Cometa (2446 m)….


En definitiva, aquí os dejo para todos los intereses y posibilidades la amplia propuesta de Wikiloc 



Salimos de Olp, pocos minutos después de sonar las campanas anunciando las diez. Nuestra próxima parada era Pujalt y Enviny, ruta 12 (III).


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El Cristo de OLP


Desde mediados del alto medievo hasta el siglo XII, la cruz se presentará como un trono desde el que la “majestad” observa el mundo. 


Vivos, serenos, sin sufrimiento, incluso vistiendo túnicas de la realeza comunicando poder, en una relajada actitud majestuosa muy alejada de cualquier signo de la pasión dolorosa y redentora que desarrollará el gótico incorporando la corona de espinas.


Crist d’Olp. Web.Enciclp.Catalana.

Se considera que es una obra de un artista local, imitando las figuras del taller d’Erill-la-Vall, situándose en el siglo XIII.


Pero posiblemente la afirmación no es más que un perjuicio frente al arte popular, figurando los grandes talladores o pintores los protagonistas de las grandes transformaciones y el resto unos imitadores.


Pero en realidad todos copiaban, los diferenciaban sus habilidades artesanas. Anónimos aficionados, quizás artesanos de segunda, pero todos contribuirían en intentar otorgar humanidad a las majestades románicas.


En este sentido se presenta el Cristo de Olp, considerado uno de esos Cristos crucificados conservados (aunque bastante desmembrado) que expresa el paso del simbolismo románico al realismo gótico. 


El estado actual está bastante deteriorado, le faltan los brazos, no hay cruz y prácticamente carece de pintura.


Presenta la figura de Cristo (1,35 m de altura) en la cruz, sufriendo tal se plantearía en el gótico: El cuerpo unido a la cruz por tres clavos, el cuerpo ligeramente recostado, con la cabeza caída sobre el pecho y las piernas entrecruzadas. Le cubre desde la cintura una falda y el torso está descubierto mostrando con detalle las costillas.


Ha perdido la rigidez del románico, provocando que la dignidad del personaje no oculte su humanidad. Posiblemente descubriríamos muchos más elementos emotivos si se hubiera conservado la policromía. 


Mare de Déu d’Olp


El Museo Diocesano de la “Seu d’Urgell” conserva desde 1967 esta talla del siglo XIII.


Mare de Déu d’Olp. Web.Vírgenes Medievales Hispánicas

La imagen en madera policromada de la Virgen sentada con el niño en los brazos, alcanzaría su mayor popularidad desde finales del siglo XII y especialmente durante el siglo XIII, por el crecimiento no previsto por la iglesia de las advocaciones marianas desde finales del siglo XI, a las que se tuvo que dar respuesta.


La iconografía de la Virgen sentada proviene de la tradición bizantina basada en la imagen de la Virgen Theotokos, inspirada en el mito grecorromano de la emperatriz entronizada.


El niño, también en posición de majestad, aparecerá con la mano derecha a media altura en actitud de bendición (otros dicen que para transmitir su luz).


La imagen alcanzará tal popularidad que se mantendrá la posición de entronada en la evolución estilística desde medievo al renacimiento. 


En este caso la talla está bastante bien conservada, aunque le falta la mano derecha a la Virgen y el brazo derecho del niño.


Es una obra de arte rural (posiblemente local) sin una depurada técnica artesana y con la rigidez y frontalidad que recuerda planteamientos arcaicos, pero con formas propias del siglo XIII, en la que volvemos a hablar de dotar de humanidad la imagen de la Virgen y del niño.

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Tengo que decir que no he visto en directo la obra, pero me da la impresión que el rostro de la Virgen consigue, conservando una imagen majestuosa, que su perfil sea delicado y dulce su mirada, pero nada que ver con el niño que se muestra inexpresivo y de perfil poco elaborado.


En el gótico y de forma dramática en el barroco, se convirtió la pasión y la virginidad en las dos columnas en las que se apoyaban la salvación eterna, el dolor redimía el alma y la virginidad la purificaba, señalando a la felicidad y el placer el lindar con el pecado y otorgando al dolor propiedades purificadoras, promocionando una sociedad sadomasoquista bajo el miedo permanente del castigo divino y de sus delegados humanos en la tierra.

El entronizar a la Virgen no privó de misoginia a la iglesia, más bien la acabó alimentando.


La iconográfia conjunta de las dos figuras aparece en las cruces de término (Creu de terme o peirò en catalán) de las que hablaremos en Montardit de dalt, frente al testimonio de una de ellas.



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