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06 julio 2021

RUTA 1 (I) . ESTERRI D’ÀNEU. LA VALL D’ÀNEU. S. Pere Vell. S. Vicenç. Ecomuseo Casa Gassia.



ESTERRI D’ÀNEU


Es el término municipal más pequeño del Pallars Sobirà, pero el segundo más poblado después de Sort. La villa es la capital milenaria de la subcomarca: “Les Valls d’Àneu”, llamada en la actualidad La Vall d’Àneu”.


Está situada en la cabecera de un fértil y amplio circo glaciar, erosionado por la columna vertebral de la comarca: El Noguera Pallaresa. 


El amplio valle que corona con extensos prados agrícolas de ribera, sería inundado al construirse el embalse de la Torrassa, en sus humedales y ciénaga se desarrolló la biodiversa flora y fauna que hoy la ocupa, especialmente la alada. También propició la tranquilidad de sus corrientes, el poder realizar plácidos paseos en canoa.



Según Joan Coromines, Esterri (Stirri) es un topónimo iberovasco: Est (cerrado, valla o cerca) y erri (lugar). Lo de lugar cerrado podría indicar el sitio en el que el valle se estrecha por el norte, pero también el lugar de la cerca (tanca en catalán).


Por lo que parece Esterri cumpliría funciones de aduana desde principio del bajo medievo hasta finales del siglo XIX, controlando las entradas y salidas de la villa de personas, animales y mercancías y recaudando la carga impositiva propia de cada tiempo. Pensemos que el camino real, atravesando el río por su singular puente, era la puerta de entrada o salida de Francia y del Valle de Aràn.



"Àneu", también de origen iberovasco según Joan Coromines, proviene de anabi que quiere decir arándano (“nabiu” en catalán). Aunque es innegable la cantidad de arándanos que pueblan sus bosques, hay controversia sobre el origen iberovasco de la palabra.


Un poco de historia.

Se tienen noticias de su existencia desde el siglo IX. “Stirri” figura en el acta de consagración de la catedral de “la Seu d’Urgell” (1016-1024), igual que la iglesia parroquial de “Sant Pere Vell”(San Pedro viejo). 


La población se amplió al otro lado del río y hacia el sur, en esa dirección y a unos cien metros del actual núcleo poblacional antiguo, se levantó en el siglo XIV la iglesia parroquial de “Sant Vicenç d’Esterri”, abandonándose la primigenia iglesia de “Sant Pere Vell”.


Desde el Bajo medievo el centro espiritual más importante de “les Valls d’Àneu” sería el santuario de “Santa María d’Àneu (a 1’5 km de Esterri); el centro de defensa se situaba en el castillo de Valencia d’Àneu y el gobierno de “les Valls d'Àneu”: El Bon Consell” (El Buen consejo), constituido por seis miembros de las principales casas de la subcomarca en representación de los “cabeza de familia” de los diferentes pueblos. Tenía su sede en Esterri d’Àneu la llamada Casa del Valle en Esterri d’Àneu.



Según parece la casa estaba en la actual rectoría, un incendio la destruyó a principio del siglo XVII, perdiéndose la mayor parte de la documentación almacenada durante seis siglos. Por suerte se salvó el Libro de ordenaciones, en el que se registró los privilegios, usos y costumbres medievales que rigieron “les Valls d'Àneu”.


La situación de Esterri en el valle y su amplia llanura bien comunicada, favoreció un próspero desarrollo económico desde inicios del Bajo Medievo: fértiles campos de siembra, mercados, ferias de ganado, aserraderos, molinos de harina, una pequeña industria textil con molinos de ropa, etc…



En el censo de mediados del siglo XVI residían 130 almas, dos siglos después serán ya medio millar, llegando a mediados del  XIX a los 700, cantidad que se mantendría con pequeños altibajos hasta los años veinte del siglo pasado. A partir de entonces descenderá la población hasta la década de los 50, perdiendo 200 residentes.


Las obras hidroeléctricas y el pantano de la Torrasa provocaron recuperarlos en la década de los 70, pero a finales de siglo los volverían a perder.


En el siglo XXI, con un renovado impulso turístico, inmobiliario y de servicios, se estimuló en la primera década el aproximarse al milenio. La crisis económica y especialmente la inmobiliaria (2012) comportó nuevamente una reducción de la población. En 2022 figuran 841 habitantes.



Sin abandonar la industria maderera, agropecuaria e hidroeléctrica, su principal motor económico en la actualidad es el turismo (tanto de invierno como de verano), aportando la modernización de la villa y una dotación de servicios comarcales educativos y médicos tan solo comparables con Sort.


El centro histórico


Llegamos a la villa en coche por el sur. Abandonamos la C-13 después de la Borda de Salito, para incorporarnos una recta y larga calzada que en su continuidad nos conduce a la poblada calle Mayor, percibiendo de entrada una atmósfera de ciudad turística sin alma de pueblo. 

Pero todo cambiará después de aparcar e incorporarnos al casco antiguo por la misma carretera convertida entonces en calle peatonal.


Un par de manzanas antes, en la esquina con la plaza del Bon Consell, está la oficina de información y turismo


En una amplia zona verde contigua, hoy el patio de una residencia, hay una columna de piedra, testimonio de la antigua iglesia parroquial de “Sant Vicenç”(s. XIV)


San Vicente “mártir”, nacido en Huesca, fue diácono de San Valero de Zaragoza. Sería encarcelado bajo las órdenes de Diocleciano, muriendo en la hoguera previamente torturado en Valencia en el año 304. 


El símbolo de su resistencia, al no renunciar a su fe frente al brutal martirio padecido, lo convertirían en uno de los santos más queridos en la península ibérica. Es el patrón de Lisboa, Valencia (su catedral dice guardar la reliquia de uno de sus brazos), Los Realejos (Tenerife) y un largo etcétera de pueblos repartidos por toda España.


La actual iglesia parroquial, en devoción al mismo santo, está situada en el casco antiguo y fue erigida entre el siglo XVII y XVIII.




Os propongo que antes de recorrer la peatonal calle Mayor, llena de bares, terrazas, comercios y centro neurálgico del turismo en la villa, os internéis por su izquierda, bajo la primera arcada que encontréis, para impregnaros de la rústica nobleza que ofrece su laberinto interior.


Al hacerlo pasaremos por debajo de una de las casas más antiguas de la Villa. La casa Corbera sería edificada en 1619, en 1650 se ampliaría con porches hasta la calle Mayor y medio siglo después se ampliaría hacia el sur, incorporando el paso sobre la calle de Baix (de abajo), límite sur del casco antiguo.


Se muestra encima del arqueado paso, una bonita galería con celosía de estilo mediterráneo bajo el tradicional y pequeño balcón de madera.


Continuando por la calle de “abaix”en la que encontraréis bonitos balcones, hasta cruzarnos con la calle “del mig” (del medio), en su continuación nos orienta a un espacio verde, situado detrás de la plaza del Bon Consell, en la calle “dels Horts” (de los huertos). 



Aunque supongo que es una mínima expresión de su antigua extensión, podemos apreciar un espacio dividido en pequeñas parcelas de cultivo que nos aproximan a su herencia agrícola familiar.



Retomando el camino hacia el casco antiguo, la primera casa que nos encontramos es la casa Vigatà, una preciosa casa reformada a finales del siglo XVIII, que nos transporta posiblemente a la adinerada familia que por aquel entonces controlaba aquellos campos.


Se muestran en pie el conjunto de habitáculos que formaban parte de la hacienda: establo, horno, pajar y la inmensa era, observar las dimensiones de sus muros que paralelos a la casa la sobrepasan.



Hay un circuito por el casco antiguo del ecomuseo, en el que su puede acceder al interior de estos espacios y conocer su historia.


Destaca de la casa, junto a sus dos elegantes portalones en arco de medio punto dovelados (presumo que modernamente restaurados) y su tradicional balcón de madera, destaca el amplio alero de la fachada principal, con soportales en caballete con tallas en sobre relieve en las torneadas vigas frontales.



Detrás de la casa Vigatà encontraremos una casa de mayor antigüedad, se presume que pudo ser la primera casa Vigatà o una casa más antigua que se anexionó y reformó esta familia.


Tiene un muro construido con la técnica del entramado. Sobre un envigado de madera en la primera planta y doble en la segunda, se disponían encima finas vigas de madera verticales, construyendo receptáculos rectangulares que se rellenaban con piedra pequeña y arcilla, lo que facilitaba el poder disponer de los materiales para su construcción.


Según parece esta técnica en el Pallars, conocida desde el siglo XVI, se utilizaría en mayor medida durante el siglo XVII y XVIII.


Delante de esta casa se encuentra otra residencia que presenta en su elegante portalón la inscripción de 1759, siendo entonces propiedad del Notario de Esterri: Antonio Morelló i Tapiró, nacido en Rialp.



Continuando zigzagueando hacia el norte, nos adentramos en un laberinto de estrechas calles y bellos rincones en las que vale la pena perderse. 



Entre muros de piedra, puertas y balcones de madera saludando nuestro paso, descubriremos añejos apellidos frente a fachadas centenarias modernamente restauradas, pero atendiendo el desvirtuar lo mínimo la tradicional esencia rural del conjunto.


Durante este sinuoso recorrido nos iremos encontrando de forma intermitente una señal orientándonos hacia la Casa Gassia, sede del “Ecomuseo de la Vall d’Àneu. En su proximidad le hicimos caso.



Pocos metros antes de llegar a la casa Gassia, encontraremos la Cuadra de casa Carme.


El amplio pajar y cuadra del siglo XIX, perteneciente a una familia proveniente d'Isavarre, muestra en la planta baja una parte habilitada como tienda de productos artesanos de la comarca y a su lado se puede apreciar un espacio guardando los antiguos comederos de madera y un cómo de obra para beber.


En el suelo se puede apreciar bajo una piedra de molino el pozo negro y también se mantiene la rampa por la que accedían de los animales cargados de hierba al pajar, en la actualidad aquí se muestran exposiciones temporales del Ecomuseo.





Ecomuseo de “la Vall d’Àneu”


Fundado en 1994 con el objetivo de dar a conocer el patrimonio etnológico, cultural, arquitectónico y paisajístico de los valles “d’Àneu”, se ha convertido en la actualidad en el principal referente y dinamizador cultural de la subcomarca, con un extenso catálogo de actividades.


Os aconsejo reservar con tiempo, mediante el enlace con su web antes señalada, dado que son muy solicitadas sus actividades y circuitos guiados en verano.


Aquí podréis obtener información sobre la subcomarca, actividades deportivas, culturales y circuitos de senderismo adaptado por los humedales del embalse de la Torrassa, el Valle de Unarre, la Mata de Valencia d’Àneu, Son y Jou, etc. 

También se concretan visitas guiadas o podemos conseguir información de las horas de apertura de los templos más importantes de “les Valls d’Àneu: Santa María d’Àneu, Sant Pere de Sorpe, Sant Just y Pastor de Son, Sant Pere de Burgal, Sant Joan d’Isil, Sant Julià de Unarre...


Tenerlo en cuenta, si queréis hacer coincidir en vuestros itinerarios el poder visitar los interiores de estos templos.



En Cassa Gassià podréis realizar diferentes actividades relacionadas con las brujas (dedicamos la nota final de este post a esta figura), una narración sobre la misoginia social y las brujas, contada por la Esperanceta de Cassa Gassià (estupenda) o un paseo por un pequeño museo en el que nos explicarán los usos, secretos y conocimientos sobre plantas medicinales de las temidas brujas.



Su sede principal se encuentra en la casa Gassia de Esterri, manteniendo delegaciones en Alós d’Isil, Son y Escaló.



La Casa Gassia


Esta casa del siglo XVIII es de imprescindible visita. Realizan acciones teatrales que tienen una valoración muy alta por los usuarios, pero por desgracia siempre llegué tarde; recordar reservar con tiempo, su aforo es muy limitado.



Con la visita guiada habitual (también prever reserva) descubriréis la organización de la casa, utensilios, vajilla, animales domésticos, alimentos, costumbres, mobiliario, suelos de canto rodado en la planta baja, mientras pisamos madera en la planta superior…


Es una interesante muestra de la vida cotidiana en el siglo XIX congelada en el tiempo. El último habitante murió sin descendencia a finales de dicho siglo, manteniéndose la casa intacta y sin reformas hasta nuestros días.


Una aislada y dura vida en un largo invierno, en el que nos invita a imaginarnos las frías noches delante de la chimenea. El “hogar”, lugar de cocina, comedor y sala de estar, era el espacio en el que se agrupaba toda la familia delante del fuego sobre un suelo de losas de piedra.



La mayor o menor riqueza de cada casa se mostraba por los cerdos que mataban cada año, pero ello lo determinaba la capacidad de alimento para humanos y animales que habían sido capaces de almacenar antes del blanco y largo invierno. 



 El telar, el uso, el calienta camas, la cuna, la cocina de carbón..., nos evocan el final de un tiempo (finales del siglo XIX) mantenido durante siglos en el aislamiento, la autosuficiencia, la tradición, el aprovechamiento de sus recursos naturales y un conocimiento comunal celosamente transmitido de generación a generación, hasta que en el siglo XX, la industrialización, plagas y contiendas empobrecieron, despoblaron y transformaron radicalmente la vida en la comarca.



Al salir de la visita por la puerta trasera de la casa Gassia, ascendimos hacia el norte, por la comarcal que limita el pueblo, girando por la primera calle a la derecha nos incorporamos a la plaza de “la closa” (en castellano cerrada). Haciendo referencia a la “Vila closa”, (Villa cerrada) que en su día fue Esterri.


Una organización urbanística defensiva y de control que muchos pueblos en el Pallars adoptaron en el bajo medievo. Las fachadas posteriores de las casas formaban unidas una muralla que lo delimitaba, con torreones bajo los que se entraba y salía del pueblo.


En Escaló aún se aprecia una Villa cerrada y en su centro de interpretación podréis profundizar sobre su conocimiento.


En la plaza de la Closa se puede apreciar una amplia muestra de la llamada escultura viva, una brillante iniciativa del ayuntamiento de Esterri iniciada en 2020, en la que se pretende talar varios árboles en diferentes puntos del pueblo que representan un peligro para las personas e instalaciones (eléctricas y de agua principalmente), dada la posible caída del alto ramaje al acumularse gran cantidad de nieve en invierno.


Talaron los árboles dejando el tronco a una altura suficiente para realizar una vez seco, sugerentes tallas representativas de la flora y fauna de la comarca. Hasta ahora (2021) el escultor Roger Vidal y su motosierra han sido los brillantes artífices de esta muestra que también podréis apreciar en otros lugares del pueblo.




Continuamos por el pasaje de la closa, pasando por delante del moderno ayuntamiento de Esterri, hasta alcanzar el final o inicio de la peatonal calle Mayor.


A la izquierda ascendiendo unos metros, se ubica en una plazoleta, al lado de la residencia del “Obispat de la Seo d’Urgell”, una cruz de término renacentista de unos cercanos cinco metros con una base octogonal de cuatro escalones. Según la tradición la levantaron los franceses en 1633.



Continuando ascendiendo unos metros hacia el norte nos encontramos con la calle Valencia, la que más tarde visitaríamos, unos cincuenta metros después, relativamente separado por campos tapiados, aparece la ascendente y sin salida calle “del cap de la Vila” (alcalde).



No supe la antigüedad de sus edificaciones, pero por lo que parece estábamos en el territorio poblacional más antiguo de la villa.



El testimonio más antiguo en pie, aunque sean pocos sus restos, es la primigenia iglesia de “Sant Pere Vell d’Esterri, que, según entendí, desde finales del medievo es propiedad particular de Casa Carrera, incluido el cementerio que pasaría a ser de uso exclusivo de la familia.



Intentamos buscar un lugar para la observación de las ruinas del templo, pero si lo había nos fue imposible encontrarlo.También me extrañó que la única documentación gráfica que encontré por la red sea en blanco y negro y de 1917.


Sant Pere Vell en 1917. Wikipedia. Foto: Josep Salvany i Blanch.

¿Desde entonces nadie la ha fotografiado? ¿Qué referencias hay de su estado actual? No olvidemos que fue el primer templo del pueblo, ¿cómo puede formar parte sus ruinas de un particular?


Sant Pere Vell


Oficialmente es la primera iglesia parroquial de Esterri (s. XI). Según parece se levantó sobre un templo prerrománico (s. IX), ya que muy cerca se encontraron unas sepulturas antropomórficas excavadas en la roca de origen visigodo.


Dama donante de Sant Pere Vell. M.N.A.C.

La iglesia consta de una sola nave y un ábside semicircular con arcos ciegos y lesenasLa piedra era de río hilada, las dovelas de arcos ciegos y lesenas eran de piedra pómez


En la actualidad tan solo queda en pie el muro de poniente en el que se conservan coronándolo los dos grandes vanos de su espadaña.


Se desconoce la situación de la puerta, adherida en la actualidad a la barroca iglesia de San Vicente. También en este templo podremos ver una pica románica que procede de este templo.


El Museo Nacional de Arte de Cataluña, guarda el único fragmento conservado de las pinturas murales de principios del siglo XII que decoraban el templo.


Representa la única figura seglar del conjunto, situada en un lado del ábside, femenina y con un cirio en la mano, se le adjudica el papel de patrocinadora o donante de las reformas y pintado de la Iglesia. 


Figurar los patrocinadores de las pinturas a un lado del ábside (lugar más importante del mensaje pictórico) es una curiosa singularidad del románico pallarense, de la que nos extenderemos un poco más en el monasterio de Sant Pere de Burgal.


Volvimos a bajar hacia la calle Mayor y en el primer cruce a la derecha ascendimos por la calle València. La vertiente norte pertenece a la Casa Carrera, al otro lado de la calle la mayor parte de las edificaciones están ruinas.



 En contraste algunas están modernamente restauradas, conservando la piedra y modernizando las ventanas. Fijaros cuando bajéis, desde la carretera de la Bonaigua, la curiosa y moderna adaptación lumínica de sus fachadas.



Traspasando las últimas casas, se inicia la milenaria senda en dirección a Valencia d’Àneu y su Castillo.



En un paseo en suave y continua ascensión de poco más de cuatrocientos metros, después de sobrepasar por encima el “forat de l’aguineu” (hueco del zorro), conseguiréis alzar la mirada sobre la villa y el valle de origen glacial del que es cabecera.


Llegaremos a la humilde capilla de Sant Antoni, lugar apropiado para hacer un pequeño descanso contemplativo antes de regresar, a menos que hayáis decidido continuar hasta el castillo, unos treinta minutos os separan.


Al bajar, ahora lo haríamos por las escaleras que nos permite pisar la carretera de la Bonaigua, desde allí nos dirigimos hacia la calle Mayor.



Por ella descendimos hasta encontrarnos en las puertas de la actual iglesia parroquial de “Sant Vicenç d’Esterri”.


  “Sant Vicenç d’Esterri d’Àneu”


Fue la residencia hasta 1624 de una comunidad Benedictina, después sería colegio mayor de éstos y por último, sobre sus terrenos y conservando muros, se levantó entre los siglos XVII-XVIII el actual edificio, con varias restauraciones posteriores (s. XIX y XX), en la última se rebozó el segundo cuerpo del campanario.


Quedan algunos restos del enlucido barroco decorando la fachada, nos aporta una idea de lo que fue, aunque la piedra vista domine hoy la mayor parte.


El tejado es a dos aguas de pizarrasobresaliendo en las esquinas por encima de los tejadillos de las capillas laterales. 



En el muro sur hay una portada en arco de medio punto rodeada de dos arcos en degradación y un elegante guardapolvo. Se dice que era la puerta de la iglesia de “Sant Pere Vell”.



Dispone de una alta torre campanario de base cuadrada y primer cuerpo rectangular, con un estilizado segundo cuerpo octogonal irregular, rematado por una estilizada y puntiaguda cúpula piramidal octogonal con inclinada inflexión en la base. Del amplio alero que lucía, hoy tan sólo se conserva un lado (2022).


El portalón neoclásico de la entrada principal, contiene en el centro del frontón triangular una hornacina con la figura de San Vicente; encima hay un óculo trompeteado con un sobrio rosetón geométrico, coronado bajo el piñón del tejado por una alargada ventana con arco de medio punto.


 


Traspasando el portalón, encontramos en su interior una labrada pila bautismal románica, se supone estuvo en la anterior iglesia, pero se cree originaria de Sant Pere Vell.



Su grandioso interior, coquetea a la vez con el barroco y el neoclásico, mostrando una construcción sólida y sobria de una sola nave de amplia cabecera y seis capillas laterales. 



La nave principal está cubierta por bóvedas de lunetas y con bóveda de arista las capillas, sobre las que se alzan en la segunda planta ventanales en arco de medio punto con barandillas, cegados hoy con portalones de madera.



El puente medieval


Frente a la iglesia se encuentra una de las joyas del románico de la comarca, el puente de dos ojos (arcadas) del siglo XIIISegún dicen, en un principio tenía tres arcos.


El puente formaba parte del Camino Real” hacia Francia, por lo que mantuvo siempre un continuo cuidado. Se presume una importante reforma a principios del siglo XVIII.



El elegante puente angular cuenta con un muro norte más alto, con el fin de frenar el impetuoso viento del puerto de la Bonaigua. En un lado del puente se puede apreciar una pequeña capilla. Según indican pruebas escritas, a finales del bajo medievo contaba en un lateral con una ermita dedicada a San Roque.


Alrededor de 1850 se reformó la antigua acequia para facilitar la industrialización apoyada en el agua: serradora, fábrica de limpieza y cardado de la lana, un batán, que con sus gruesos mazos de madera movidos por un eje, golpeaba, desengrasaba y enfurtía paños y tejidos de los telares , y varios molinos de harina que más tarde alguno se convertiría en productores energéticos.


Una fotografía de 1903 de Joaquím Morelló nos muestra esta acequia, pasando por debajo del ojo lateral, mostrándonos también su uso doméstico por parte del pueblo.



Se mantienen cuidados con esmero los alrededores, en los que podréis descubrir bellos rincones, desde los que admirar la única construcción medieval en pie de la villa, con él se expresa orgullosa la impronta histórica de su soberanía condal.



Recorrimos las dos calles que en ascendente paseo se visitan en la otra parte del río, en las que algunas casas presumen de ser de las más antiguas. 


Ascendimos hasta la calle “camí de Isavarre”, tal indica su nombre, desde allí se inicia la antigua senda que desde Esterri, por la vertiente izquierda del cauce, nos conduce a dicho pueblo.


Por cierto, dicen que en este lado del puente se alquilan las habitaciones más cercanas al río, especialmente indicadas para aquellos amantes de soñar al amparo de su continuo murmullo.



Bajamos y volvimos a frenar los pasos sobre el bello puente, para desde allí disfrutar del Noguera Pallaresa, antes de que sus aguas bravas se tranquilicen en el embalse de la Torrassa.



Podíamos volver a la calle Mayor, pero decidimos dejarlo para más tarde y continuamos bordeando el río por su vertiente izquierda hasta el puente de la hidroeléctrica.



Cruzándolo, regresaríamos por la vertiente contraria. Por el camino encontraremos preciosas postales del conjunto que componen el empedrado rio, el puente y el estilizado campanario; pero en esta ocasión abandonaríamos pronto la corriente para internarnos por el moderno Esterri.


La ciudad moderna, fruto de la expansión turística y con tan solo dos décadas de historia, se expresa en general integrada con edificios de cuatro plantas, fachadas de piedra revistiendo el  ladrillo, modernas ventanas de madera, tejados inclinados de pizarra y buhardillas.


Franquean la calle Mayor con tráfico rodado, un conjunto de apartamentos modernos que se extienden tal barrio en el sector sureste, lugar en el que se sigue realizando el tradicional mercado de los domingos.



Las actuales dimensiones, las pocas paradas y sus productos poco tienen que ver con el famoso mercado medieval activo hasta el s. XX y al que acudían todos los domingos la mayor parte de los vecinos de los pueblos colindantes. De todas formas, no deja de ser una oportunidad para adquirir los exquisitos quesos y embutidos de la comarca.


En la vertiente suroeste de la villa, bajo mi gusto, se les fue un poco de las manos la complicidad arquitectónica; por suerte, en los amplios campos cercados que preceden las edificaciones, los caballos pasturan una vez utilizados en los solicitados paseos de la mañana, otorgando un contrapunto pastoril a los discordantes edificios amarillos.



Habíamos recorrido la ciudad, dejando parte de la peatonal calle Mayor para el final. Es una calle que disfruta de un encanto especial, mezcla de modernidad y tradición, en el que podemos impregnarnos de su relajado dinamismo estival, sentarnos en una de sus terrazas y degustar buenas tapas acompañadas con una excelente cerveza artesana.




Esterri tradicional


Esterri conserva tradiciones centenarias, así en la danza destaca su singular baile plano, la zurda y la corrida, de los que en su fiesta mayor hacen gala en el segundo fin de semana de agosto.


La leyenda de la zurda, en la que los hombres bailan escondiendo la mano izquierda, cuenta que en el medievo el hijo de un conde perdió dicha mano. El padre, frente a esta circunstancia, encargó que se compusiera un baile en el que tan solo se utilizara la mano derecha, posibilitando así que su hijo participara.

Hay dudas sobre la veracidad de tal leyenda, dado de que en otras localidades, son las mujeres las que danzan la zurda ocultando la mano izquierda.


Otra de las singulares tradiciones y que ha adquirido gran interés turístico, es la procesión y el viacrucis del viernes santo.



Es una procesión, muy extendida en Cataluña, de “manatíes”, es decir, soldados romanos que en Gerona llaman “armats”, en Verges: “manages” y en lugares tan distantes como Badalona y Besalú: “estaferm”; pero en Esterri se denominaba: la processó dels jueus (la procesión de los judíos).


En la actualidad, la procesión recuperada en 1992, parece nombrarse oficialmente del “Armats”, aunque la vecindad la sigue llamando dels “Jueus”.



No encontré explicación de su singular colorido y en apariencia bastante disparatado ropaje.


De guerrero romano sin escudo, tan solo se identifica el casco con protector facial, decorado con cintas de colores y rematado con un gran plumacho rojo.


Llevan lanza corta y robusta, con la que marcan el paso.


Les cubre los hombros una pequeña capa roja, a modo de chal, con luminosos ribetes amarillos o verdes, sobre una camisa blanca y un chaleco cerrado. 


La cintura la ciñe un mantón de Manila que cubre una falda sobre bombachos con flores estampadas.

Lucen medias largas blancas de lana con bellos encajes bajo una alpargata pallaresa. 


Otra de las tradiciones, en este caso recuperada en los 80 y de carácter lúdico-deportivo, son los 

bolos pallareses.


De origen medieval, mantienen similares características con los bolos en “la Vall d’Aràn” y “l’Alt Ribagorça”, pero muy diferentes de los tradicionales bolos catalanes. 

Posiblemente paseando cerca del ayuntamiento encontraréis algunos grupos jugando, incluso quizás podéis tener la suerte de asistir a un torneo veraniego.


Son renombrados sus carnavales y “L’Esbaiola’tuna muestra de teatro de calle que se realiza a mediados de julio.


Especialmente interesante es el festival de Dansaneuque después de 30 años de existencia, en 2021 se le otorgó el premio Nacional de Cultura por su propuesta artística, articulada a partir de la danza, la música y el patrimonio natural, inmaterial y arquitectónico (en especial los templos románicos de la “Vall d’Àneu”). 

Ha sido hasta ahora un punto de encuentro artístico experimental e innovador en diálogo permanente y respetuoso con las raíces del entorno. Si la última semana de julio y primera de agosto andáis cerca, tenerlo en cuenta.



Senderismo desde Esterri


Caminando, en bicicleta o en caballo, recorrer los humedales de la Torrassa, visitar el santuario románico de Santa Maria d’Àneu, ascender al Castillo o a la Mata de València d’Àneu, al Valle de Unarre, al pueblo abandonado de Àrreu, o simplemente los paseos circunvalatorios de media tarde bajo la sombra de una arbolada senda, para acabar saboreando una cerveza artesanal en la calle Mayor, hacen de Esterri un lugar ideal para recorrer desde ella en coche o a pie la espectacular subcomarca de “la Vall d’Àneu”. 


La mayor parte de las rutas 2, 3 y 4 tienen bellos y variados objetivos que se pueden alcanzar desde Esterri, por lo que simplemente os dejo la amplia selección de rutas de Wikiloc.



Servicios turísticos


La valoración media de los usuarios es de google (2022)


Servicios lúdico/deportivos

Para los amantes de deportes de aventura, en la calle Mayor está Alta ruta Aventuracon los que podréis practicar barranquismo, rafting, hidrospeed, etc...


Obagues activitats, es un servicio que propone una variada e interesante oferta de actividades de ecoturismo, desde rutas con raquetas de nieve, observación de las estrellas o el “berreo del ciervo”…, su entusiasmo por la flora y la fauna del lugar os contagiará.


Por la calle Rinau encontraremos a cinco minutos la Hípica XicReconocida por el entusiasmo y el buen hacer de sus guías, es ideal para recorrer en caballo y en familia los bellos alrededores de Esterri. También hacen salidas nocturnas.


La Villa dispone de una piscina municipal, que a pesar de la frialdad de sus aguas suele estar concurrida y dispone de bar en su interior.


Campings

Aigüestortes  Camping Resort. Amplio camping con parcelas, bungalows de 2 a 6 plazas y Refugio de 8 plazas. Tiene piscina, bar/restaurante, barbacoa, alquiler de neveras, etc.. Su valoración media es de 8,6.

Pirineos Cent Llacs. Especial y peculiar camping bajo permanente sombra y extraordinario ambiente nocturno, muy valorados guías y actividades: rafting, barranquismo, ferratas, paseos nocturnos, piscina, etc…Tiene una valoración de 9,4.


Hoteles/hostales/Pensiones


Hotel Bruna. Hotel de 1 estrella, con una alta valoración de los usuarios de las funcionales habitaciones, del completo desayuno y una atención de primera, pero lo más valoran es la media pensión, con una muy buena cocina casera. La valoración media es de 9,4.

Posada d’Aneu bed BreaKfast. Los usuarios valoran especialmente la atención y el trato familiar, pero tiene muchas valoraciones contradictorias, mientras que unos valoran el desayuno, otros lo encuentran demasiado sencillo, lo mismo pasa con la cocina y las habitaciones, pero de todas formas alcanzan una Valoración media de 8,6. 

Fonda Agustí. Hotel de 2 estrellas, uno de los más antiguos de Esterri, tiene una valoración de 7. Destacan la buena relación calidad/precio de su cocina tradicional casera y la atención de la anfitriona. Señalan estupenda la ubicación dentro del casco antiguo, pero a la vez está al lado del campanario.

Pensió La CreuDelante de la cruz de término se encuentra esta pensión que todos resaltan la limpieza, habitaciones cómodas, la familiaridad del ambiente y la situación al lado del río. La valoración media es de 8,8.


Hotel Apartaments Trainera. Es un complejo turístico en el que podréis optar por un Hotel, Hostal o apartamentos. La valoración del complejo es de 8,4.

El Hotel Trainera, con de tres estrellas y en uno moderno edificio , presume de gimnasio, spa, guarda-bicis/esquís y un excelente restaurante de cocina mediterránea, con menús especiales para deportistas. y el  Hostal Trainera. Situado en un edificio histórico, más económico y por lo que parece enfocado al deporte, cuenta con 12 habitaciones. también presume de las mismas instalaciones que el hotel, por lo,que no sé si se comparten instalaciones.


Hotel / Restaurante (abierto al transeúnte)

En el extremo noroeste a pie de la carretera de la Bonaigua, está el Hotel Restaurante Les Puis. Un sencillo hotel 1 estrella, habitaciones funcionales, pero con cuidados detalles y buena limpieza, los usuarios destacan todos la excelencia de los desayunos, la atención del servicio y el nivel gastronómico de su restaurante abierto al público que algunos consideran el mejor de Esterri. Con una carta entre 25-35 € (2022). Con delicada presentación presumen de una excelente cocina casera de montaña con un toque del chef. Tiene una valoración media de 9,4.


Tal complejo turístico se presenta el Hotel Vall D’Àneu, Es un hotel de dos estrellas, en la que se destacan las habitaciones, el desayuno y la media pensión. Tiene una valoración de 8.

Por lo que parece tiene delante el restaurante en el El Hostal Vall d’Àneu, con habitaciones con lavabos interiores, también resaltan el bufet del desayuno, la media pensión  y las habitaciones, no tanto la limpieza. Tiene una valoración de 8. 

Por lo que parece el Restaurante Vall d’Àneu, abierto al público, está en el Hostal. 

Ofrece un extenso menú a 18 € (2022). Cuenta con una valoración de7,6, se realza la abundancia de los platos.

Al lado del hotel se encuentra la Pizzería Vall d’Àneu, con muy pocas valoraciones hasta ahora pero todas entusiastas, no tan solo destacando sus pizzas sino especialmente sus exquisitas tapas de cocina casera.


Restaurantes  

Delante de la casa Gassia es L’esquella, está la considerada por algunos mejor brasería de “la Vall d’Àneu”, cuenta además con unos postres caseros espectaculares. El precio de la carta está entre 30/40 € (2022).Tiene una valoración media del usurario de 9.


Restaurante Tarrado, presenta un menú de cocina mediterránea a 18 € (2022), sus comensales destacan la buena relación precio/calidad de la cocina, todos destacan su flan de huevo. Tiene una valoración media de 8.


Delante de la piscina, está el restaurante Bonabe d’Àneu, con un ambiente juvenil y buena música, cuenta con un buen menú en relación calidad/precio y son reputados los bocadillos nocturnos, posiblemente es el bar más concurrido por los vecinos de Esterri, por lo que os puede resultar difícil encontrar mesa en las noches veraniegas.  Cuenta con una  valoración de 8.

Las mejores hamburguesas las sirven en Sheryburger & bar, detrás de la Iglesia. Una delicia para los amantes de este bocado. La valoración es de 9,4.


La Busxeta. En un amplio jardín y cocinando en un bus de dos pisos se presenta este restaurante con un precio de 10 /20 €. Por la tarde es un sitio ideal para tomarse un mocito. Le otorgan un 9,2.



En la peatonal calle Mayor hay cuatro bares/restaurantes.

Si lo que queréis es ir de tapas, al extremo sur de la calle se sitúa Els Cremalls, afamado por su tortilla de patatas. La valoración media es de 8,8.

Si buscáis una buena pizza bebiendo una cerveza artesanal, a su lado se ubica el Gastrobar. La valoración media es de 8,4.

Casa Costa, hasta 2020 fue una cafetería, hoy es la mayor competencia en tapas tradicionales, en las que destacan sus carrilleras y el bocadillo de palpís. Tiene una valoración de 8,6.

Antiga casa Tendenou. Bar de buenas tapas y una buena propuesta para tomarse una copa de vino. La valoración es de 8,4.


Apartamentos 

Dado que la oferta se aproxima a los ochenta, os dejo este enlace con la exposición más amplia que he encontrado de apartamentos en Esterri.

Delante de la cruz de término, está la cervecería La Cerve, con una amplia variedad de cervezas artesanales y de importación. También está muy bien considerada su coctelería. La valoración media es de 9,6.



En esta primera ruta, dada las posibilidades que ofrece Esterri (recordar que algunas requieren reserva) tan solo completaremos el día visitando a 2 km el Santuario de Sta. María d’Àneu y Escalarre a 4 km. Ruta 1 (II) Os animo a hacerla caminando, tan solo necesitaréis poco más de una hora entre ir y volver.


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La caza de brujas en el Pallars Sobirà


El origen de la palabra bruja se dirime entre los que se lo otorgan celta y los que lo determinan de raíz latina, pero en todo caso, según Lara Martínez, etimológicamente quería decir: “mujer sabia”.


Hasta entonces, en estos pueblos se creía que habían reputadas personas con habilidades mágicas y conocimientos médicos ancestrales a las que acudían para sanar, adivinar el futuro, etc…, pero la iglesia, desde principios del siglo XI, en el intento de desterrar toda creencia de raíz pagana, comenzaría a relacionarlas con el demonio y sus poderes la causa de los males que azotaban el pueblos. 


Por desgracia el género humano ha sido fácilmente manipulado por el poder (así nadie cuestiona su gobierno) para encontrar el culpable de sus desgracias en el otro, en el diferente. Recuerdo como ejemplo, que en el siglo XIV (como siempre promovido por intereses económicos ocultos) serían arrasadas las juderías de grandes urbes por la enloquecida comunidad cristiana, acusados de traer la peste por matar a Cristo….


En el siglo XV se produciría una importante crisis social y económica, con fenómenos climáticos destrozando cosechas, periodos de hambruna y pobreza, registrándose una gran mortandad infantil a corta edad.


En 1424 el conde de Pallars Arnau Roger IV promulgó, junto con los pro-

hombres del Consell de la Vall d’Àneu, las “Ordinacions i costums de les Valls d’Àneu”, un conjunto de nueve capítulos legales, reglamentando el  gobierno y gestión del territorio (Os remito al interesante documento de Laura Casas Díaz, por si queréis ampliar el conocimiento de su texto y repercusión).


En ella se tipificaba legalmente por primera vez en Europa el delito de brujería y se reglamentaba cómo actuar gobierno y vecinos frente a ella. Se dictaminó también la persecución de aquellas personas “que andasen con brujas”, por lo que todo aquel que vulnerase la ley perdería sus bienes.


Si con ello lograba el poder eclesiástico romper definitivamente con las creencias paganas, a temor ser denunciado, los señores feudales, que a final de la Edad Media estaban perdiendo poder y riqueza, consiguieron expropiar terrenos y bienes a la población, mantener el control señorial feudal rígidamente anclado, a la vez que perdía la población derechos comunales…


La Corona catalanoaragonesa y el reino de Navarra tenían fueros y leyes propias, la Inquisición carecía de competencia en los juicios civiles, es decir, eran los alcaldes o los señores los que ejercían de jueces.


Los vecinos, adjudicando sin duda a las brujas el traer enfermedades o malas cosechas, no tardaron en señalarse los unos a los otros, llegando a ser durante dos siglos los juicios civiles los que condenasen a muerte a la mayor parte de las denunciadas, superando con creces a lo largo de los siglos, las víctimas juntas de los autodenominados “cazadores de brujas” y las condenadas por el tribunal de la inquisición.


Hablaremos del caciquismo paralelamente ejercido en la nota final del Valle de Siarb (Ruta 13 -III-), probablemente el municipio actual de Soriguera fue el territorio de la comarca en el que más mujeres (por habitante) fueron asesinadas en el siglo XVI, una muestra maquiavélica de cómo utilizó el poder señorial y religioso la superstición y el miedo del pueblo.


También expondré los perversos juicios, sufragados por los propios vecinos, y las torturas que sin presunción de inocencia se les aplicaba, evitarlas comportaba declararse culpable y denunciar a otra “bruja”. La muerte o el exilio irían acompañados con la expropiación de todos sus bienes.


La cristiandad misógina


El miedo, los prejuicios, las supersticiones y la inquisición, miserias que el catolicismo promocionó, transformaron una sociedad matriarcal pagana en una sociedad cristiana misógina. Culpabilizando a la mujer del pecado original, acusada de ser la mano del diablo y expresión de sus tentaciones, le arrebataron su protagonismo social, relegándola a la procreación y al cuidado del hogar, hijos y marido.


En un inicio la ley no apuntaba directamente a las mujeres, sino a supuestos herejes de la fe católica, pero en 1487 los monjes dominicos alemanes Heinrich Kramer y Jacob Sprenger escriben el Malleus Maleficarum. Según ellos el diablo puede encarnar una figura terrenal y tener relaciones sexuales con humanos, por lo que las mujeres con su "maldad femenina natural "son muy vulnerables ante él. A partir de este tratado la tendencia en la persecución se ensañará con las mujeres.


En un inicio se fijan en aquellas unidas al ámbito mágico-medicinal (arraigadas a tradiciones y conocimientos paganos) : curanderas, comadronas y cualquier mujer que utilizara plantas medicinales y oraciones ancestrales como remedios.


Tachado de pagano y temiendo el poder de su conocimiento, desautorizaron el saber transmitido durante milenios sobre botánica y medicina, un poder comunal que habían cultivado especialmente las mujeres, ejerciendo la responsabilidad de mantener la salud familiar.


Pronto se amplía con mujeres vulnerables: forasteras, solteras, viudas, raras, viejas…convirtiéndose los vecinos en los principales denunciantes, paradójicamente siendo la mayoría mujeres: madres que se le han muerto los hijos, por envidias vecinales, reproches familiares, intereses económicos….


No se tenía duda de que las brujas podían entrar en las casas sin ser vistas, provocando la muerte súbita de los niños o el rapto. Así serían acusadas de infanticidio, mal de ojo, maleficios, embrujos... 


Tan solo por presunciones tendrían que huir, otras serían exiliadas del pueblo, eso si se tenía la suerte de no ser condenadas a la hoguera o a la horca.


Recuerdo que muchas mujeres corrieron la misma suerte por pérdida de virginidad, infidelidad o rebeldía, por lo que posiblemente todas compartieron el rechazo a la fe que las había desamparado y el odio hacia los vecinos que las habían desterrado. Por lo que era normal quererse reunir, especialmente en San Juan, fecha de recogida de la mayor parte de las plantas medicinales, compartían conocimientos y festejaban el encuentro, a la vez su poder y venganza lo alcanzaban con el temor que infundían.


Sus reuniones se dictaminaron el preludio de grandes catástrofes climáticas (sequía, granizados, plagas…) y enfermedades, condenándolos a sus dos grandes temores: las epidemias y la hambruna.


Tal era lo normal, dada su persecución, las reuniones de las “brujas” se realizaban en la más absoluta clandestinidad, nadie sabía lo que hacían, pero pronto se fabuló la idea de los aquelarres, en los que las orgías, drogas, danzas y misas negras daban paso a que satanás, convertido en macho cabrío, se comiera algún niño previamente raptado.



Tres siglos de persecución 


En el siglo XVII se produce el periodo de mayor denuncias de brujas en Cataluña.

En 1618 centenares de mujeres fueron acusadas, haciéndolas responsables de desastres climáticos, enfermedades o por la muerte de algún vecino.


Observando las autoridades virreinales que se estaba desmadrando el asunto, decidieron tomar el control de los juicios.


La conjunción del fanatismo comunitario y su utilización por el poder señorial y eclesiástico continuaría, se producirían denuncias individuales hacia supuestos brujas y brujos hasta mediados del siglo XVIII, pero tan solo una décima parte iniciarían trámites judiciales ordinarios y un número ínfimo sería juzgado por el tribunal de la inquisición.


En muchos otros pueblos y en la mayor parte de los valles de la comarca: Ribera de Cardòs, Esterri de Cardòs, Sort, Llesuí, Alins, el valle de Àssua, Siarp, Soriguera, Peramea, etc..., descubriréis leyendas, bosques y cumbres recordando a estas figuras, pero especialmente también en los altos llanos en los que la tradición indicaba que se reunían: El Pla de Beret, Pla de Negua, Pla de Fubestré, Sant Joan de l’Erm (Vell), l’Altar de les bruixes (Puiforniu), etc… En algunos pueblos, la única referencia histórica encontrada ha sido el juicio a una endemoniada.


Según parece en el siglo XIX algunos brujos (pocas brujas), colaboraban con la iglesia en expulsar demonios, embrujos o maldiciones de las casas y las personas.

Está confirmada la existencia de brujas y brujos en “la Vall d’Àneu” hasta mediados del siglo pasado.


Recuerdo que la famosa dispensadora de lotería “La Bruixa” está en la capital de la comarca: Sort.

Aunque hoy la imagen de la bruja adquiere un fin comercial, una narrativa infantil, incluso como vemos unida a la buena suerte, no hay que olvidar que esta figura fue real, creyeron que volaban sobre escobas y se sentaban en sus chimeneas, fornicaban con el demonio y eran las culpables de todo mal, un temeroso e infantil imaginario por el que fueron asesinadas miles de mujeres, se calcula que en Cataluña fueron juzgadas alrededor de 900 mujeres (90 hombres), de las que más de 700 serían torturadas y condenadas en más de 200 poblaciones catalanas.


Por lo que se tiene que "reivindicar el restaurar la dignidad" de estas mujeres asesinadas por la superstición, tal como se está haciendo en otros países europeos, quitémosle la escoba y el gorro… para descubrir con vergüenza y perdón el ser humano torturado y asesinado por la ambición, la intolerancia, la superstición y el miedo.


Os dejo un enlace de un pequeño artículo sobre las brujas en el Pallars Sobirà, por si queréis ampliar la información con otras curiosidades.


Volveremos a hablar de las brujas en la fiesta dedicada ellas en Ribera de Cardós (Ruta 10 -IV) y en Puiforniu (Ruta 13 -III-).


Tampoco os olvidéis de asistir a uno de los monólogos teatralizados de la Esperanceta en la Cassa Gassià. 




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