21 julio 2021

RUTA 2 (IV) . VALLE DE LA BONAIGUA. Gerdar de la Mata. Salt de Comials. El Gerber. Mare de Déu d’Ares. Port de la BONAIGUA.

Eran las 14:05 de la tarde cuando salíamos de Sorpe en dirección a su espectacular “Mata”, con el compromiso de llegar antes de las 14:30 al Refugio del Gerdar, lugar en el que habíamos reservado mesa para almorzar.

Poco antes de alcanzar el cruce con la C-28 (la carretera comarcal a la Bonaigua), hay un mirador desde el que podréis contemplar la pintoresca estampa del pueblo de Isavarre y de su precioso valle a los pies de las majestuosa cadena montañosa.

Incorporándonos a la C-28 en dirección al puerto de la Bonaigua, ascenderemos paralelos a la mata de Valencia, apreciar su frondosidad arbustiva al otro lado del profundo e inclinado cauce del río Bonaigua.


A los pocos kilómetros, cuando la mata de Valencia parece acabarse, siendo horadada por el torrente  de Cabanes, descubriremos la Mata de Sorpe bajo el majestuoso pico de la Bonaigua. 


Juntos forman el mayor abetal del sur de Europa. Aquí se encuentra el salto de agua más elevado del parque Nacional de “Aigüestortes” y de la comarca: “El salt del Comials”


Encontraremos en la primera curva a nuestra izquierda una indicación hacia el “Refugio del Gerdar”, siete minutos nos separan del lugar y del encantador bosque homónimo.


Se tiene que señalar que desde 2004 se crea aquí el moderno pueblo de la Bonaigua de Baix, un conjunto disperso de edificaciones a cada lado de la carretera. La Casa Sastrada es la más antigua, levantada en la primera década del siglo XX, la podremos observar a nuestra derecha unos cien metros antes del cruce.

Prácticamente el resto fueron levantadas a finales de la década de los 80. En 2004 figuran inaugurando el pueblo 16 vecinos, en 2024 son 9 los censados.


Nada más internarnos por el desvío cruzaremos por una urbanización que, aunque tan solo sean unos pocos minutos, vale la pena detenerse.


Admirar la belleza del ajardinado lugar, poblado por gran cantidad de altos árboles, en los que predominan diferentes y espectaculares variedades de abetos, árbol que da nombre a la selecta urbanización y al hotel.


Hotel Els Avets con tres estrellas, cuenta con piscina, restaurante, amplias y luminosas habitaciones y un servicio según los usuarios impecable. Se destaca su cocina tradicional de montaña, la calidad del producto, sus excelentes desayunos y a cinco minutos de las pistas de esquí. La valoración media es de 8,4.


                         El refugio del Gerdar


Continuamos la marcha hacia el refugio, en nuestro caso para el almuerzo, un kilómetro nos separaba.


Situado en la zona oriental de la Mata de Sorpe, el Refugio del Gerdar dispone de 5 cálidas habitaciones de distintos tamaños (4, 6 y 8 plazas), con lavabos y duchas fuera de las habitaciones. 

El servicio de bar y restaurante, con un buen nivel gastronómico está abierto al personal de paso solo en verano, siendo difícil encontrar mesa sin reserva previa. Tener en cuenta que hasta ahora (2022) no se puede pagar con tarjeta, por lo que prever contar con dinero en metálico.

En una anterior visita (2017) ya nos había sorprendido su almuerzo, que aunque carece de menú y su carta es corta, gozan de una buena cocina tradicional de montaña con un toque original y productos Km 0, en el que todos los usuarios señalan excelente el desayuno y la cena.

Nosotros confirmamos que también lo seguía siendo el almuerzo.


La valoración media (2024) de Google es de 9.


Senderismo desde el refugio 


Si ascendéis en coche, a menos de quinientos metros hacia el sur desde el refugio, encontraréis el parquing el Callau, desde el que se puede ascender andando en quince minutos al puente de madera del Gerdar, paso sobre el río de los caminos medievales hacia Valencia d’Àneu y Son, junto a los múltiples itinerarios por la Mata de Valencia: el Paso del collado del Coro, el castillo de Renau, el refugio del Pla de la Font…


Hacia el sur el lago negro de Cabanes o hacia el suroeste el Pui de Bonaigua, el valle de Gerber…


El refugio es un punto de partida hacia multitud de rutas de todo tipo y dificultades, desde familiares a expertos alpinistas que acceden a las altas cumbres del parque Nacional d’Aigüestortes, de las que os informarán con gusto en el propio refugio.


Os doy referencia de este amplio número de propuestas senderistas para todos los intereses.


El Refugio forma parte del circuito internacional y mítico de “Carros de fuego Plus”.


Foto detalle mapa Edit. Alpina.


El más popular de los itinerarios familiares de senderismo desde el Refugio, de baja dificultad, corta distancia (poco más de 2 horas y media entre ir y volver) y espectacular belleza, es la travesía por el Gerdar hasta el Salt de Comials o de Gerber”.


Se inicia el camino por un sendero señalizado, situado a pocos metros del Refugio ascendiendo a la derecha. Entre coníferas, con un suelo húmedo con poco sotobosque y abundante musgo,  ancianas raíces otorgando misterio al bosque, mantenido por la enigmática luz que le otorga el paso por el alto y espeso ramaje de sus copas….. al final la hermosa cascada de El Comials. la mayor cascada del Parque Nacional y de la comarca.



Sin duda hacer el paseo por la tarde, si contamos con un buen día no presenta inconvenientes, pero en este caso la amplitud de la ruta no nos permitía contar con tiempo para ello, pero sí para acceder a la cascada desde un lugar más próximo.


De todas formas y siendo una excepción en la guía, la nota final del post la dedicamos a esta fascinante excursión. 



Eran las 15:30 cuando comenzamos a mover de nuevo el coche. Iniciamos el recorrido por la calzada de tierra de la antigua carretera de la Bonaigua que atraviesa el Gerdar hasta alcanzar la carretera C-28, saliendo unos kilómetros más arriba del acceso por el que nos habíamos incorporado previamente al refugio.


Aunque no es lo mismo que pisarlo y menos recorrerlo alejados del río, espero que podáis intuir la belleza de su bosque y os animáis a recorrerlo otro día, seguro que no os importará volver a visitar la cascada.



Iniciando la ascensión por la serpenteante carretera de la Bonaigua (C-28), podréis observar la cascada a vuestra izquierda, os aconsejo si queréis disfrutar de la visión parar el coche.



Continuando la marcha, en la primera pronunciada, a vuestra izquierda observarías un pequeño espacio, en el que podéis dejar el coche, pero no es posible incorporaros ascendiendo, por lo que tendréis que continuar hacia arriba, hasta encontrar un lugar en el que girar.


Desde la carretera, ahora bajando, podréis volver a ver descender el agua, pero también si el pequeño aparcamiento está completo, dado que solo caben cuatro coches y bien puestos.



Desde aquí se inicia el sendero que recorriendo unos 700 metros nos conduce hasta el salto de agua de Comials, 40 minutos entre ir y volver, más el tiempo de contemplación que dispongáis.



La cascada de Comials (desde la carretera de la Bonaigua)


Posiblemente el descenso se os hará corto, sintiendo el agua acompañaros por pequeños torrentes regando el frondoso sotobosque, en el que los helechos presumen de grandeza y los jóvenes abedules ofrecen su compañía.



Entre coníferas llegaremos al pie de la alta escalera de piedra y barandillas de madera que acompaña el descenso de la mayor cascada del Parque Nacional de Aigüestortes : El “Salt de Comials o de Gerber”.



Hace 50.000 años estas tierras estaban ocupadas por grandes glaciares, siendo el de la Bonaigua el mayor, lo que provocaría la profunda erosión en el valle del Gerdar y la poca en el valle de Gerber. Dada la dureza de su piedra y la menor presión erosiva, se creó la importante diferencia de nivel que el cauce del río Gerber salva en su inclinado descenso, unos aproximados 120 metros de altura.


Después del último esfuerzo ascendiendo por escalones de piedra y barandillas de madera, llegaremos al mirador, desde el que obtendremos el premio de la preciosa estampa del salto de agua que en su devenir sonoro impide escuchar el habla. Manda ser contemplada en silencio esta belleza en permanente transformación. ¡Una maravilla!


El regreso no es tan descansado al tener que ascender, pero las imágenes guardadas en la retina seguro que os lo facilitarán.





Después del paseo retomamos la marcha motorizada hacia el “Port de la Bonaigua”. En la próxima curva a la derecha, bajo una empedrada colina sobre un pequeño muro, se encuentra la fuente de la resaca, una placa de metal a su lado señala su nombre.

No podemos parar cerca, por lo que pensamos en fotografiarla cuando bajáramos, pero dadas las prisas nos olvidamos.


Continuando ascendiendo y después de unas cuantas curvas, nos encontramos con la estampa del santuario de “La Mare de Deu d’Ares”.



  Santuario de “la Mare de Déu d’Ares”


El topónim Ares, según Joan Coromines, es de procedencia latina y quiere decir altar (Ara en catalán antiguo), unido a la disposición de ser paso de montaña y por lo tanto lugar en el que los romanos solían venerar a sus dioses, siendo Mercurio el más ofrendado. El ara fue en el alto medievo la piedra consagrada que habitualmente se colocaba en el centro del altar.


Pero en este caso, Nuria Garcia Quera reivindica su origen iberovasco, significando “Ar” Valle y “es”salida. Es decir: salida del Valle.


Lo que tampoco descarta la idea de la romanización del lugar con un altar, ni que se edificara una primera y humilde ermita cristiana sobre éste.



El moderna templo neorrománico se restauró profundamente en 1960, incorporando el campanario de dos vanos dispuestos a modo de espadaña. Su origen se desconoce, pero se supone que se levantó a finales del s. XIX, posiblemente sobre las ruinas de un anterior y más humilde santuario.

Mantuvo una edificación adosada, de la que hoy tan solo quedan restos de sus muros.


El 1 de julio se realiza aquí una romería (Aplecs en catalán) muy concurrida.


Frente al templo, al otro lado de la carretera, está el Refugio Les Ares.

Se cuenta que desde el medievo hubo aquí un lugar para pernoctar y comer caliente en el tránsito por el puerto de la Bonagua.


    Refugio Les Ares. Archivo C.E.C. autor Josep Ribera Borrell (alrededor de 1930)


Se desconoce la fecha de su inicio, pero se sabe que a principio de siglo XX ya existía este refugio que con algunas reformas se mantuvo funcionando hasta 1964. En 1970 pasó a ser propiedad del MOPU. 


No se hizo nada hasta la década de los 80, en la que un particular abrió sus puertas después de una amplia reforma subvencionada por la Generalitat, pero nunca llegaría a funcionar como refugio. 


El lugar tan solo tiene el compromiso de dar hospedaje por aislamiento o por otros avatares climatológicos, convirtiéndose en el reputado restaurante refugio Les Ares.

Con una cocinatradicional de montaña, cuenta con una excelente carta entre 20/30 €, (2022) en la que se destacan las tiernas carnes a la brasa, sus tradicionales guisos, sus caracoles a la cazuela, etc. Su valoración media es de 9,2. Difícilmente encontrareis mesa en verano si no reserváis previamente.


Continuamos ascendiendo hasta el parquing de la estación de esquí de Peülla-Baqueira. Aquí tendríamos que dejar el coche, si quisiéramos visitar el pequeño, espectacular y alto (1250 msnm) valle de Gerber.



Senderismo por “La Vall de Gerber”


Alberga en su interior una veintena de lagos y lagunas de origen glaciar que despiertan el  interés de todo tipo de senderismo: familiar, largas travesías y profesionales de las altas cumbres, siendo la más concurrida el Pui de la Bonaigua (4:30 h.).


Pero sin duda el circuito familiar más popular, dado que es de poca dificultad y entre ir y volver os comportará menos de tres horases el itinerario hacia el lago de Gerber.


Foto detalle mapa Ed. Alpina

El camino, sin grandes dificultades, sigue la ladera de la montaña por debajo de los Tres Puis en dirección sur, en el que podréis observar a la dura y blancuzca piedra (granodiorita), horadada lentamente durante milenios por las impetuosas aguas del río Gerber.


En media hora alcanzaremos la primera pequeña laguna: L’estanyer; seguidamente en veinte minutos más, aproximándonos paralelos al barranco del Gerber, alcanzaremos “L’Estanyer del mig”. Para algunos el más bello de los tres lagos, dado que sus cristalinas aguas al estar encerradas entre montañas crean un encantador espejo.


Se continúa por la ladera del río hasta alcanzar el lago de Gerber, el lago más grande del Valle, utilizando unos veinticinco minutos más en llegar.


Si continuamos por la senda, pasado el lago, podemos aproximarnos en diez minutos a una pequeña y bella cascada, desde la que podréis obtener unas hermosas postales del lago.


Os presento este blog sobre esta ruta con un buen material fotográfico.


Si vuestra intención es continuar paseando entre lagos, en poco más de una hora, pasando por “L’Estany Llong” y “l'estany Redó, llegareis al lago “Gelat o de l'Illa”, en el que está el refugio de Gerber, conocido con el nombre de refugio Mataró, propiedad de “l'Unió Excursionista de Catalunya”.


Un refugio metálico de 16 plazas bien acondicionado y de libre acceso. Desde aquí podremos ascender al pico de Amitges, al pico de Saboredo .... o continuar la ruta por los lagos.


Os dejo el enlace de este blogsobre la espectacular ruta por los lagos, un recorrido de 12 km, para el que necesitaréis alrededor de seis horas.



Continuando la ascensión por carretera hacia el puerto de la Bonaigua, el paisaje comienza a estar salpicado por los telearrastres del mayor atractivo turístico de estas montañas en invierno: La estación de esquí de Baqueira-Beret.


La estación de esquí de Baqueira-Beret está situada en el término de Vaqueira (escrito con V de vaca, palabra de la cual deriva). La empresa Baqueira-Beret S.A. iniciaría la explotación de la estación de esquí en 1964, bautizándola con B. 


Del bando reivindicativo de la V, aún se pueden ver en muros o en los paneles indicativos o en señales de tráfico de las carreteras, reclamos para la corrección del error gramatical. Conservado por la empresa tan solo justificado por cuestiones de marqueting.


El Ayuntamiento, sin hacer caso al informe lingüístico de la academia, ha utilizado sus competencias, en las que se puede apreciar el poder y la influencia de la empresa, para aceptar rebautizar la población como Baqueira.


Por suerte la zona continuará llamándose Vaqueira, ya que sobre los nombres geográficos no tiene competencia el consistorio.


La verdad es que amparar las irregularidades lingüísticas, no es peor que amparar las ilegalidades urbanísticas y actuaciones contra el medio ambiente, todas las múltiples denuncias que tiene la empresa han sido archivadas.


Se irá ampliando la estación en la década de los 70 por el port de La Bonaigua y Beret. En 2003 lo harán por la otra parte del puerto hacia la Vall d’Àneu (Pallars Sobirà).


Se pretendía ampliar las pistas por el valle de Gerber, por suerte fue desestimado y espero que para siempre. Pertenece al Parque Nacional de Aigüestortes, por lo que tendría que ser razón suficiente para invalidar cualquier especulación futura, pero ya expliqué el talante de la empresa y su poder en la comarca aranesa.


La situación privilegiada de las pistas de esquí, ubicada en la vertiente norte del Pirineo, hace que sea la estación pirenaica que más metros de nieve natural recoge anualmente. 

Sus 166 km esquiables en 111 pistas (6 verdes, 43 azules, 45 rojas y 17 negras) y 7 Km de circuito de esquí nórdico, hacen que se la considere una de las mejores estaciones de esquí de Europa. Su capacidad de remonte es de 61.024 personas/hora (en 2024) 



Pasaban veinte minutos de las cinco de la tarde, cuando interrumpimos el acceso, decidimos observar sentados el inclinado valle por el que habíamos ascendido, siendo conscientes junto con su majestuosa belleza, de la sinuosa e inclinada ascensión que en menos de diez minutos nos había conducido a alcanzar los 1920 m. de altitud.


Anduvimos en estado contemplativo un buen rato, descubriendo la amplia fauna doméstica que por los inclinados prados se movía.



De golpe nos pareció que habián abierto una nevera detrás nuestro, el aire hasta entonces suave se tornó agitado, la temperatura descendió a una velocidad inusitada, tanto que comenzamos a temblar, por lo que nos dirigimos raudos a refugiarnos dentro del coche.


Desde allí contemplamos un espectáculo dantesco, al observar como la niebla se iba apoderado del horizonte al que pretendíamos ascender.



Aunque en esta situación lo mejor es regresar, estábamos muy cerca del puerto, por lo que continuamos ascendiendo con precaución, comprobando, al internarnos en la niebla, que a una distancia mayor de diez metros no se identificaba nada y la temperatura había bajado hasta los nueve grados.


El PUERTO DE LA BONAIGUA


La milenaria senda que unía el Valle de Arán con el Pallars Sobirà, se convirtió a principios del siglo XX en un amplio camino de tierra, por el que comenzarían a trasladarse motores, transformándose al asfaltarse en la actual C-28.


Nunca, de las cuatro veces que había cruzado el puerto en verano y a distintas horas del día, nos habíamos encontrado atrapados por la niebla, pero supimos que más bien habíamos tenido suerte, ya que es habitual su aparición en verano, tanto de buena mañana como por la tarde.


El puerto también es la puerta de entrada de las borrascas atlánticas hacia el sureste, por lo que es frecuente padecer cortos pero impetuosos chubascos (incluso con granizo) en las tardes de verano. En invierno suelen convertirse en tormentas de nieve.


Acabamos de ascender hasta el puerto de La Bonaigua o “pòrt dera Bonaigua” en aranés, sin posibilidades de ver nada, por ello la mayor parte de las fotografías que os presento del lugar están registradas en una anterior visita.



Una señal a pie de carretera nos indicaba haber alcanzado el punto más alto del puerto: 2072 msnm. Si paramos el coche en su proximidad, al otro lado a la derecha, podréis observar si el tiempo os lo permite, el inclinado descenso del valle de la Bonaigua y el tímido nacimiento del río que incansablemente lo horada.


Continuando la marcha, cincuenta metros después de la señal, a la derecha, se alza una cruz de metal sobre una columna de ladrillos más alta que ella, el conjunto no alcanza los dos metros.



Según parece, en su lugar se ubicó hasta la guerra civil y desde mediados del siglo XIX, la Cruz Van Halen de seis metros de altura.


En sus brazos se leía 1841 y el nombre del general que firmó con las autoridades andorranas, un tratado compromisario para la defensa del territorio de contrabandistas y malhechores

El puerto puede estar intransitable durante semanas, dado que es una carretera que suele presentar peligro de aludes. Hasta 1984 podía estar cerrado entre seis y ocho meses al año.


Ya en la vertiente aranesa, después de pasar el restaurante “cap del port”, advertiremos a nuestra derecha la máquina que posibilitó en invierno el traslado: La Peeter, la primera quitanieves en el puerto activa desde 1944 hasta 1962.


Curiosamente en nuestra anterior visita (por la mañana) nos fue imposible fotografiarla, dado que los equinos se distribuían bajo la sombra que le otorgaba el protector tejado a cuatro aguas.



Los robustos equinos de alta montaña, acostumbrados a soportar las duras condiciones del invierno, padecen mucho bajo el ardiente sol de verano a dos mil metros de altura, tendiendo a protegerse bajo los árboles.



En estos altos y amplios prados de suculenta hierba es inexistente la sombra, provocando que se agrupen en torno a cualquier espacio que se la proporcione, por lo que las cerradas instalaciones de esquí son muy concurridas, incluso las antesalas de los servicios son de uso animal.


Tengo que comentaros que uno de los platos típicos del Pallars Sobirà es el potro, aspecto que no promociono, dado que me parece ingrato con la nobleza de este hermoso animal el comérnoslo, especialmente a tan corta edad. Reconozco mi contradicción discriminativa, al no disponer la misma actitud frente a las encantadoras terneras.



Sin duda los caballos son uno de los mayores atractivos del lugar, la cercanía de este animal en estado casi salvaje es fascinante. Pero lo que hace espectacular su visión es el telón de fondo en el que se expresan, un escenario majestuoso, solemne, en el que te sientes capaz de tocar las nubes. Aunque en esta ocasión la nube había bajado hasta nosotros.


Desde el puerto se abren senderos que conducen a las desnudas colinas que le rodean, desde las que podréis observar desde diferentes ángulos la belleza del paisaje, los alejados picos de más de tres mil metros con nieves perpetuas: el Maladeta, el Aneto.... Delante, el descendente y sinuoso valle de Arán, escondiéndose los pueblos bajo altas cumbres…



Desde el puerto de la Bonaigua  (para ello tendréis que aseguraros una buena mañana), se puede ascender por pistas de montaña al Mirador del Pla de Beret, pasar por las fuentes del Garona (río que desemboca en el Atlántico) y del Noguera Pallaresa (sus aguas desembocan en el mediterraneo nutriendo al Segre y éste al Ebro) conocer los testimonios megalíticos del Pla de Beret y ascender desde allí a Montgarri.


Desde Montgarri, si contamos con un 4x4 podremos alcanzar los Bosques de Bonabé y  regresar a Esterri por el valle de Isil. Un itinerario espectacular.


En el puerto y a pie de pistas se reúnen dos restaurantes y una cafetería. Creo que tan solo el Cap del Port abre también en verano.

 

La valoración media es de Google (2024).

El restaurante Bonaigua, es el más antiguo (1996) y por lo que parece tan solo funciona en invierno.

Aunque la valoración media de los usuarios es de 7,6, se presenta históricamente bastante contradictoria, nadie valora excelente algún plato y varios se quejan de su relación con el precio (normal al ser un restaurante a pie de pista), pero parece que a partir de 2020 hay una mejora de su cocina, llegando a ser recomendado por la guía michelín.

A su lado está la Cafetería Bonaigua, se alaban sus desayunos y propone un menú económico (en relación con los otros). La valoración es de 7,2.


También a su lado se sitúa el Refugio de Sant Miguel. Un bar/restaurante de buenas tapas y amplia gama de cervezas. La valoración media es de 8,4.



Por lo que parece, el único lugar abierto en verano es el CAP del Port, un antiguo refugio reconvertido en restaurante, su carta no presume de barata, pero sí de exquisiteces de gran simplicidad pero con excelentes resultados gastronómicos. Son muy reputados los huevos estrellados, la sopa de ajo, su paté casero o sus tiernas carnes a la brasa. La valoración media es de 8.



En esta ocasión, nuestra estancia en el “Port de la Bonaigua” se condensó en tan solo quince minutos, la lluvia comenzó a caer suavemente y nosotros a descender.


Nada más sobrepasar la niebla y la lluvia observamos la elevada, inclinada y sinuosa carretera por la que descendíamos, descubriendo que aún proliferaba la vida animal entorno a ella, impasibles en la llanura, no les parecía molestar que nos siguiera una oscura nubosidad que pronto los bañaría.


La frustración frente a su invisibilidad en el puerto, provocó que disfrutáramos un rato de su visión sin salir del coche (nuestro vestuario no estaba adaptado a la temperatura exterior), sintiendo antes de volver a arrancar que la húmeda niebla ya nos había vuelto a alcanzar.


Pocos metros abajo, por suerte manteniendo buena visibilidad, nos encontramos con un grupo de rumiantes que se cruzaban en medio de la carretera. Frente a ello hay que tener paciencia, ya que están más desconcertadas que vosotros y no son precisamente rápidas en tomar decisiones.


Desde el Santuario de la Mare de Déu de les Ares, no dejaríamos la C-28 hasta el cruce con Valencia d’Àneu, capital de L’Alt Àneu, en la que haríamos la última parada de este largo circuito.


Abandonamos la niebla y la lluvia, pero cuarenta minutos después la tormenta nos volvería a atrapar.





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El Gerdar y el “Salt de Comials o de Gerber”


Se inicia la senda hacia poniente a pocos metros del Refugio, descubriendo desde el inicio las coníferas reinando sobre un suelo húmedo con poco sotobosque y abundante musgo, otorgando misterio las añejas raíces, iluminadas por la tenue luz que permite pasar el denso y alto ramaje de sus copas. 



En unos diez minutos y en contraste, nos incorporaremos a un pequeño claro, cruzando el riachuelo convertido en humedal sobre un sencillo paso de madera.


Continuamos avanzando por un bosque ahora menos tupido, en el que predominaban junto a las coníferasavellanos, abedules y sauces.

No tardaremos en encontrarnos de nuevo en medio de un amplio claro, desde el que podremos observar el pico de la Bonaigua (2777 msnm).

Desde esta cumbre se producen muchos años aludes que son los causantes de la deforestación de estos claros. En el invierno del 2006/07 se produjo el último, si os fijáis aún se pueden descubrir descabezados (entre 4 y 5 m) pinos y abetos, testimonios insignes de la arrolladora fuerza de la naturaleza.

Volveremos a cruzar un pequeño bosque para internarnos en una última y alargada planicie soleada. 


Descendimos por el bosque, en el junto a los abetos predominaba el pino negro, hasta encontrarnos de nuevo con la antigua carretera de la Bonaigua, a los pocos metros nos incorporaríamos al “pla de la Dinada


Es una zona poblada por corzos, jabalíes y ardillas, que tan solo y con suerte a estas últimas podréis observar, el tránsito humano es lo suficiente numeroso para que no se dejen ver. Los únicos animales con los que nos cruzamos fueron vacas pastando cerca del río.

Ascenderemos hasta una pequeña y abandonada borda, con corrales de pastoreo levantados con muros de piedra seca. Es el único punto desde el que podremos observar con plenitud el otro lado del valle.


Volveremos a encontrar pequeños claros, en los que nos sorprenderá descubrir un despistado roble junto con un grupo de fresnos, espacios mágicos en los que buscaremos duendes ocultos tras los abundantes, blancos y finos abedules o tras los rododendros, que por estas tierras los llaman “bardelans”.



La llegada al objetivo final del paseo comienza veinte minutos antes, viendo a lo lejos, entre el espeso bosque de abetos, el irrumpir las aguas en la ladera montañosa. 



A partir de aquí no dejamos de sentir cada vez más cerca el canto del Salt de Comials o de Gerber”. 


Después del último esfuerzo ascendiendo por escalones de piedra con barandilla de madera, llegamos al mirador que, adlátere al torrente, nos permitirá embobarnos frente al espectacular salto de agua. 





Cuando descendáis por el “pla de la Dinada”, dispondréis de telón de fondo el abetal de la Mata de Valencia d’Àneu, separada por el torrente de Cabanes de la Mata de Sorpe. Apreciar sus grandes dimensiones y frondosidad, sin duda un buen aliciente para recorrerlo otro día.


El regreso al refugio se puede hacer sobre los mismos pasos o por un camino paralelo de poco más de 1 Km. pero más llano, por el que iremos abandonando y volviendo a pisar el asfalto, tengo que deciros que por aquí pierde ese punto salvaje, especialmente al observar las torres de alta tensión alineadas paralelas al río Bonaigua.















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