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28 octubre 2024

RUTA 16 (II) . S. Benet del Pui. Vilesa. BAÉN. S. Andreu. BUSEU. S. Serni. S. SEBATIÀ de BUSEU. CASTELLNOU de Peramea. SARROCA.


El presente post recorre los pueblos orientales del antiguo municipio de Baén, visitando Vilesa, Baén, Buseu, Sarroca e identificando El Pui, Sant Sebastià de Buseu y Castellnou de Peramea.

Antiguo municipio de Baén. Web: ICGC

Salimos de Useu, recorriendo los cerca de tres kilómetros que lo separan del cruce con la carretera de Baén, capital del antiguo municipio, hacia allí nos dirigimos.

Toda la zona está salpicada de masías y templos, la mayor parte románicos, situándose sus construcciones entre los siglos X-XII, templos que señalan la pronta cristianización de la zona en relación con el resto de la comarca. 

También se observa común la regeneración realizada en el siglo XVIII de sus templos, aunque muchos acabarían siendo abandonados en el siglo XX, igual que las pequeñas aldeas rodeadas de frondosos bosques de encinas y pinos.

 

Ascendiendo por la vertiente meridional del Serrat de Corrotes pasaremos junto al Pui de Useu, en el que a 1034 m. de altitud se encuentra Sant Benet del Pui, templo junto a una antigua y amplia masía que por lo que parece sigue activa. 

Recuerdo que en catalán “Pui” hace referencia a la cumbre de una colina, tan solo de Useu a Baén encontrareis un par de “Puis” ocupados.

Una vez dejamos a nuestra derecha por la carretera la colina, a unos quinientos metros encontraréis a la derecha el acceso por un estrecho y pedregoso camino de tierra. Nuestra intención de acceder en coche se vio frustrada por una cuerda que impedía el paso, dándonos a entender que en este momento la privacidad mandaba.

El Pui se compone de una sola casa, una fuente y una pequeña iglesia dedicada a San Benito, dependiente el templo de la parroquia de Baén y la masía de Useu.

                             Sant Benet del Pui

Tengo que decir que la Wiquipedia señala la construcción del templo barroco en el siglo XVII/XVIII, indicando el buen estado de conservación actual. Pero en otro amplio artículo indicaba que es uno de los templos más antiguos de la zona, remontándose su historia a principios del siglo XII, siendo un importante lugar de encuentro y peregrinación en el medievo, conservándose la tradicional romería hasta el siglo XIX.

Es un edificio de pequeñas dimensiones de una sola nave. En su interior se pueden apreciar pinturas murales del siglo XVII, así como esculturas barrocas y elementos decorativos interesantes, quizás el más importante es el altar mayor con una imagen de San Benito en el centro.


En el exterior, destaca la sencillez de la fachada, con una puerta de entrada de arco de medio punto y una pequeña torre campanario. El entorno natural que rodea la iglesia sigue la tónica de la zona ofreciéndonos espectaculares panorámicas.


Según parece, a pesar del carácter particular adquirido por la masía, el templo acoge diversos eventos a lo largo del año, conciertos de música sacra, encuentros culturales y en su festividad (11 de julio) la iglesia se llena de feligreses. Lo tendremos en cuenta para poderla visitar algún día.

A menos de un Kilómetro, en este caso  a la derecha de la carretera,  se encuentra el abandonado caserío de Vilesa.

Situada a 1060 m. de altitud en un pequeño valle que forma una pequeña llanura, bajo el frondoso bosque de Baén y dependiendo de este pueblo se ubica esta abandonada y amplia masía amurallada (“Casa Forta” en catalán) del siglo XII–XIII.


En sus alrededores abundan las fuentes y la caza de liebres, perdices y conejos. 


El edificio presenta un amplio portalón de arco de medio puntodando entrada al interior del recinto amurallado por su vertiente suroeste.



Tiene adyacente, hoy sin culto y en claro abandono, una capilla dedicada a Sant Antoni de Padua, se desconoce la fecha de su construcción, siendo ampliamente reformada en el siglo XVIII.


Se trata de un templo pequeño, de una sola nave, con ábside cuadrado que no destaca del conjunto de la nave.



A unos centenares de metros más arriba, engullida en el espeso bosque se encuentran los restos de una torre, aunque nos dijeron que era visible desde la carretera nosotros no la acreditamos. 


La torre es de planta trapezoidal con unos muros de 70 cm de grosor, y unas medidas interiores de 445 x 350 x 360 x 410 cm. La altura actual es de unos 8 metros distribuidos en tres niveles. 


La función y fecha de la construcción es difícil de precisar, aunque se supone que podría tratarse de una torre de otra casa fortificada del siglo XI o XII.


No hay duda que aunque todas las aldeas de la zona dispusieron de pequeñas fortalezas, la dispersión de aislados caseríos fortificados sería muy común, tal observamos también en Useu y más tarde lo haremos en los alrededores de Baén y Buseu, aunque ésta es la única torre que se mantiene erguida prácticamente en su totalidad. 



Antes de irnos del lugar, nos entretuvimos unos minutos observando en dirección contraria los tejados del Pui de Useu, bajo la lejana silueta de la “Geganta adormida”.


Continuamos avanzando motorizados hacia la antigua capital de la zona.

BAÉNBAIEN o BAHIEN.


Según Joan Coromines es un topónimo iberovasco: “bage-nn”, significando vertientes elevadas poco fértiles.


Está situado el pueblo en la vertiente noroeste de la Sierra de Boumort, sobre una roca entre dos elevadas montañas y bañado por oriente por el impetuoso torrente de Enseu.



Cuenta con numerosas fuentes y poblados bosques de pinos, abetos, robles y encinas. La fauna salvaje es numerosa, tal se puede intuir al estar tan cerca de la Reserva de Caza de Boumort, pudiéndonos encontrar con ciervos, jabalís, zorros, liebres, perdices y aves carroñeras.

 

Historia


En terrenos de esta población se refugiaron muchos cristianos durante la invasión agarena (musulmana).


Se tienen muy pocas referencias históricas, consta que su castillo (s.X-XI) fue sustraído por el conde del Pallars al monasterio de Gerri, pero poco después el caballero Roger Arnau una vez comprado al conde en 1086 se lo devolvería.


Recuerdo que menos el castillo de Castellnou de Peramea, el resto de los templos y castillos de la zona acabarían siendo propiedades, confirmadas en la bula papal de 1163, de la Abadía de Gerri de la Sal.



En 1553 se contabilizan 5 fuegos laicos y 1 eclesiástico, reuniendo unos 40 habitantes.

En 1717 se agrupan alrededor de 85 habitantes.


A mediados del siglo XIX contaba con 14 cabezas de familia, reuniendo alrededor de 80 habitantes. 


Contaba la villa con numerosas fuentes y gran cantidad de madera y leña de sus bosques. En tierras pedregosas pero bastante fértiles (a pesar de lo que según parece indica el nombre) se cultivaba trigo, cebada, centeno, patatas, legumbres, heno, peras y manzanas. Criaban vacas, ovejas, cabras y se recriaban mulas, siendo durante los últimos siglos el comercio de éstas el más importante. 


En 1970 figuran 31 almas, pero en lenta despoblación se incorporan a este siglo 19 censados, alcanzando el mínimo poblacional en 2008 agrupando 11 habitantes. 

En 2013 son 14 los vecinos. En 2023 figuran 8 almas, 3 hombres y 5 mujeres.


Igual que Bresca la ocupación en verano me pareció mucho mayor, especialmente al pensar que al menos dos masías externas al pueblo estaban ocupadas todo el año.


“De Baién, ni dona ni ventA Baién bones terres i mala gent” (De Baén, ni mujer ni viento. En Baén buenas tierras y mala gente).

Desconozco las razones de esta mala fama en sus dichos populares.


La fiesta mayor se celebra el segundo fin de semana de agosto.



Llegando por la carretera, que se convierte en su prolongación en la única calle del pueblo, en su entrada encontraremos una fuente de agua procedente del río, los lavaderos y el abrevadero, lugar en el que se concentraban los rebaños en su trashumancia. 



En el centro de la Villa se encuentra  la única y pequeña plaza.


Muy cerca de la entrada al pueblo a mano izquierda se ubica el templo parroquial y el cementerio.


   

    

              Sant Andreu de Baén


Se carece de referencias documentales e históricas de este templo románico (s. XI) de una sola nave de planta rectangular, dividida en su interior en dos pequeños tramos por un arco fajón y un ábside semicircular orientado a levante, unido a la nave por un arco presbiterial en degradación.


En el ábside se sitúan tres ventanas atrompetadas con arco de medio punto y doveladas con un solo bloque de piedra pómez.



La puerta original con arco de medio punto está tapiada, se sitúa en el muro sur, en el que se adosó modernamente la sacristía


En la actualidad el acceso se realiza por la fachada de poniente, por una puerta con arco de medio punto dovelado con piedra pómez, igual que el pequeño óculo que se abre por encima de ella.


La cubierta a dos vertientes de la nave la conforma una estructura de madera revestida con tejas árabes, aunque también se pueden apreciar por debajo de algunos tramos de la nave y el ábside, las losas de piedra que la cubrían en su origen. 



La fachada está coronada por una espadaña de dos ojos luciendo las campanas que en época reciente se tapó con un muro por detrás, adquiriendo una imagen de torre campanario rectangular bajo el tejado a dos aguas cubierto con teja árabe. 


Los muros son de piedra pequeña vista sin desbastar y unidas con mortero de cal. Mantuvo en los muros laterales dos ventanas en la actualidad cegadas. 


Aunque mantiene la categoría de parroquia dependiendo las iglesias sufragáneas de Buseu, San Sebastián de Buseu y Useu, actualmente ella depende de la parroquia de Sort.


Continuamos ascendiendo hacia la parte alta,  en el noroeste del pueblo se encuentra a 1069 msnm. el promontorio “Roc de la Torre”, lugar en el que se alzaba el castillo, del que no quedan vestigios. A sus pies se distingue lo que posiblemente fue una balsa circular para almacenar agua.


En su vertiente norte hay un precipicio de 150 metres de altura sobre el barranco d'Enseu.


Hacia occidente podremos observar a lo lejos la “Geganta adormida” y en las proximidades del pueblo una masía en el denominado el Pui de Baén.


Al otro lado del barranco hacia el noreste, también en las proximidades al pueblo, encontraremos dos masías en el camino que asciende desde Baén hacia Sant Sebastià de Buseu.


Los antiguos caminos que salen de pueblo estàn en bastante mal estado, siendo el principal el que se dirige a Gerri siguiendo el curso del rio Enseu hacia occidente y hacia oriente el que se dirige hacia el despoblado Lo Rial. 

Situado a 1400 m de altitud se encuentran las ruinas de este pueblo medieval y su iglesia: Sant Sebastià de “Lo Rial”, templo del siglo XI del que aún se puede apreciar su estructura, a pesar del estado de abandono, degradación y el haber sido reaprovechado como borda, motivando que se rebajara el muro sur. Se puede distinguir su única planta rectangular con un ábside semicircular en su cabecera.

Continuando hacia el este, por la antigua senda hacia Sant Sebastià de Buseu se encuentra en la actualidad abandonado, el antiguo caserío y posterior casa forestal del Soi.

Barranco de Enseu, de Baén a Sant Sebastià de Buseu. ICGC



Senderismo desde Baén

Para recorrer espectaculares panorámicas por los alrededores de Baén pasando por Vilesa, os hago referencia de esta corta propuesta circular de Wikiloc que en hora y media podréis recorrer los 5 km, con una dificultad técnica moderada y un desnivel positivo de 225 m.

La otra propuesta es en dirección contraria, es decir, hacia el noroeste de Baén, pasando por Lo Rial, también de 5 km, con dificultad técnica moderada, desnivel positivo de 290 m. y que en un par de horas podéis recorrer. 

Circular desde Baén, pasando por Soi, Sant Sebastià de Buseu, Solans, Buseu. Recorreremos 16 km en unas 5 horas, con un desnivel positivo de 533 m. y con una dificultad técnica moderada

Espectacular propuesta circular de Wikiloc de alrededor de cinco horas para recorrer cerca de 15 km, con un desnivel positivo de 711 m y de dificultad fácil, Transitando po los antiguos caminos pasaremos por Gerri de la Sal-Enseu-Baén-Vilesa-Useu-Bresca-Parc Rapinyaires…

Otra ruta, también iniciándose en Gerri de la Sal, pero en este caso de ida y vuelta por el mismo camino, 11,27 km, necesitando 4 h y afrontando 1129 de desnivel positivo y de dificultad técnica moderada, recorriendo el barranco de Enseu, pasaremos antes de llegar a Baén por el Roc de Maira y su bella cascada. Alcanzaremos desde Baén la antigua  casa forestal de Soi y recorriendo el espectacular bosque de les Pletes alcanzaremos Sant Sebastià de Buseu, descendiendo hasta Sarroca de Baèn.

Por último, también de Wikiloc, os propongo este recorrido circular de altura, desde el Puig Negre (1917 m) pasando por el Soi y Castellnou de Peramea, alcanzaremos el pico de la corona alta (1864 m )12 km, con un desnivel positivo de 621 m y de dificultad técnica moderada que en poco menos de 4 horas podéis recorrer. 


Después de visitar tranquilamente Baén y degustar el panorama que alrededor del pueblo se otea, continuamos la ruta por la carretera asfaltada en dirección a Buseu, 6 km nos separan.


A poco más de un kilómetro un indicador nos señala la pista de tierra y piedra hacia la antigua Casa forestal del Soi y Sant Sebastià de Buseu, la pista pedregosa entre frondosos pinares empeora un centenar de metros después. Tengo que decir que en septiembre/octubre el parking se llena de coches en busca de setas.


También por esta pista en 4x4 podréis hacer una preciosa ruta circunvalatoria por la que, a la vez que llegáis a los despoblados mencionados, podréis visitar Castellnou de Peramea, llegaros hasta “les Valls d’Aguilar” y retomar dirección a Baén por Sarroca de Baén y Buseu, pueblos que visitaremos seguidamente.


 

Después de 6 Km por una estrecha pero asfaltada carretera llegaremos a un cruce, en el que a trescientos metros a la derecha se encuentra otro de los pueblos en su día abandonado, pero que hoy cuenta con futuras y singulares pretensiones de repoblación turística.



BUSEU


Según Joan Coromines su origen topónimo es iberovasco, formado por “ibas” (agua de montaña, lago o lagunas) y itze (sufijo colectivizador).


Elevado en un loma a 1342 m, domina la ruta hacia “l’Alt Urgell”. Situado en el valle cerrado del río Mayor con el telón de fondo de la Sierra de Boumort.


Este pueblo abandonado a finales del siglo XX durante más de un década, sería documentado desde comienzos del s.IX por la venta de unos terrenos de un tal Daniel al abad Espanell de Gerri en el año 817. En el año 839 el monasterio vuelve a realizar nuevas compras de tierras en el término de la villa de “Buiseze”.


En el año 1011 la abadía acaba de poseer todo el término territorial y parroquia de Buseu, otorgados por el conde Guillem, pero la jurisdicción de Gerri no estaba clara para los condes Artau II y Eslonça, dado que éstos venden “villarun ulis de Buseç” con sus diezmos y servicios a Guillem Guitard de Vallferrera en el año 1089.


Diez años después se devuelven parte de las iglesias y tierras a la Abadia, pero no será completa la devolución hasta 1105 gracias a la intervención del Obispo Ot. De todas formas volverán a aparecer problemas entre los condes y el abad de Gerri en 1315 y 1428. 


Bajo el dominio del vizcondado de Castellbó continuará la jurisdicción de estas tierras por el monasterio de Gerri hasta el siglo XIX.


En el fogaje de 1553 cuentan tan solo con 4 cabezas de familia entre Buseu i Sant Sebastià de Buseu, reuniendo una veintena de habitantes, por lo que parece Buseu entonces tan solo contaba con una familia.


En 1717 agrupan los dos pueblos alrededor de 67 habitantes, unas 13 cabezas de familia.



Con las cortes de Cádiz formaron una entidad municipal propia junto con Sant Sebastià de Buseu, pero a mediados de ese mismo siglo tuvieron que unirse a Baén para formar ayuntamiento al carecer juntas del número (30) de familias requerido.


A mediados del siglo XIX ya se inicia la decadencia poblacional, pasando a reunir 9 cabezas de familia, alrededor de unos 50 habitantes


En tierras montañosas rodeadas de espesos bosques se cultivaba centeno, cebada y patatas, se criaban vacas y ovejas. La caza de liebres, conejos y perdices era abundante. 


Se carecen de noticias de su población hasta 1970, en la que tan solo se registran tres almas en Buseu, una década después serán 2 y a la siguiente década se despobla totalmente hasta 2011, que con el Buseu Project aparece el primer censado, registrándose 2  habitantes en la actualidad (2024). 



En el centro del pueblo se levanta la iglesia románica dedicado a este santo tan popular en la comarca y del que ya hemos hablado varias veces: Sant Serni o Sant Sadurní (San Saturnino) de Buseu. Está catalogada en el inventario patrimonial de la Generalitat de Cataluña, aunque carece por ahora de una protección específica.


Sant Sadurní (San Saturnino)


La construcción románica de la primera mitad del siglo XII se encuentra en buen estado y adyacente al pequeño cementerio.


Consta de una sola nave rectangular con ábside semicircular, decorada en estilo lombardo con arcos de piedra pómez descansando sobre pequeñas ménsulas lisas. Muestra en el centro una ventana de doble derrame y con arco de media punta dovelado con piedra pómez. 



El tejado de la nave a dos aguas cubre una  bóveda de cañón y el del ábside una bóveda de cuarto de esfera. Originariamente estaba cubierto de losas de piedra, siendo en el siglo XVIII reemplazadas por tejas, tal es lo habitual en la zona. En el alero del edificio aún se puede apreciar el material original. 


La primera puerta, hoy tapiada, se encontraba en la pared sur adlátere al cementerio. La entrada actual es de menor tamaño y con arco rebajado, se abre en la fachada oeste, encima se sitúa un pequeño óculo rodeado de piedra pómez.


 


Está coronada por un campanario de espadaña de dos ojos, añadido siglos después de la construcción inicial. Carece hoy de campanas.


La espadaña se cubre con un moderno rebozado de cemento. En el resto la piedra es vista y unida con mortero de cal. El aparejo es irregular, siendo menos pulido y escuadrado en los muros laterales y en la fachada de poniente. La mamposteria de mayor tamaño se sitúa en el ábside, los laterales y la base.


En el interior se muestra la piedra bajo un grueso rebozado blanco. Sobre la puerta de acceso había un pequeño coro barroco derrocado a finales del siglo XX. En 2020 se realizan pequeños trabajos de mantenimiento, identificándose inquietantes grietas en la bóveda del ábside.


Se puede apreciar un conjunto de obra con un blanco y elegante altar y un pequeño retablo barroco que por lo que parece fue muy común en la comarca, pero dado los pocos que han sobrevivido y su buen estado actual, se muestra especialmente interesante su conservación.

Altar y retablo de Sant Serni de Buseu. Fotg. Artíà Arquitectes. Web


En 2012 la sociedad “Altre Pallars”  propietaria taria de las cinco casas de Buseu, creó BUSEU PROJECT, con el objetivo de impulsar el desarrollo de actividades tradicionales relacionadas con el uso del territorio compatibles con la preservación del paisaje, de las especies de fauna y flora y de los sistemas naturales asociados.


En 2024 la comisión territorial de urbanismo de “l'Alt Pirineu” otorgó el permiso pertinente a “Altre Pallars” para iniciar el plan urbanístico tramitado para recuperar prácticamente todo el pueblo abandonado en el siglo XX, reconstruyendo: casa Cabó, casa Carboner, casa Tresoi, casa Toni, casa y corral Txotxo. El séptimo conjunto es casa Felip, rehabilitada en 2012 y convertida en casa rural.



Buseu se sitúa en medio del valle cerrado del Río “Major” con el telón de fondo la Sierra de Boumort, reserva nacional de caza y único lugar de Europa en el que se reproducen las cuatro especies de buitres continentales.


Buseu Proyect participa plenamente en el Proyecto internacional MONACHUScon el objetivo de recuperar las poblaciones extintas de buitre negro (Aegypius monachus) en Europa. 


Dedicamos la nota final del post a todo esto.



Servicio ecoturístico


Sin duda, lo más interesante del pueblo parece ser su futuro, iniciado con la rehabilitación de Can Felip, una casa rural con la capacidad de alojar 8/10 personas en dos grandes habitaciones con sus respectivos aseos, cocina bien equipada y mantenida totalmente con energía sostenible.



No tan solo es un reclamo para convivir en un entorno único el encuentro con el silencio, la tranquilidad y el aislamiento, sino especialmente es una aventura fotográfica del mundo salvaje del pre-pirineo y,especialmente el de las aves rapaces.


Desde la terraza de Can Felip los amantes de la observación, coincidiendo con el día que se pone comida en el muladar, pueden disfrutar con la ayuda de un catalejo (500 m) de los cuatro tipos de buitres continentales: buitre leonado, buitre negro, alimoche y quebrantahuesos, junto con algunas águilas, milanos, etc…


Para los amantes de la fotografía, desde tres hides más cercanas podréis observar las aves carroñeras cuando le sirven la comida, desde el carrizo o cercanos a la balsa (lugar de hidratación de las aves) y uno especialmente dedicado a la águila dorada.


Se ofrecen también itinerarios para poder observar otras aves típicas del prepirineo, acompañados de un experto ornitólogo, entre 3 y 5 horas recorriendo diferentes ambientes situados entre los 1300 y 1800 metros de altitud. 


También organizan otras actividades: observación del cielo nocturno, paseos para la observación de mariposas y en otoño (septiembre-octubre) la “brama” del ciervo en 4x4.


Recordar que se tienen que prever con tiempo las visitas, ya que no es diaria la reposición de comida y tener presente de llevar prismáticos.


Senderismo desde Buseu


Pasear por sus alrededores es un placer, ya sea por los bosques poblados densamente por altos pinos de Cuberes o Baén, o caminar por los antiguos caminos que la unían a Baén, Useu y en bastante mal estado en algunos tramos hacia el lejano Castellás o Tahús (Les Vall d’Aguilar) por Castellnou de Peramea.


Circular de Baén a Buseu, un recorrido de que en poco más de un par de horas podréis recorrer los 9 km. Con un desnivel positivo de 268 m. y una dificultad técnica moderada.



Volvimos a situarnos en la carretera de Baén, pero en esta ocasión en dirección contraria hacia Sant Sebastíà de Buseu y Sarroca de Baén.


A unos 500 metros se abre una desvencijado senda a la izquierda que nos orienta hacia la abandonada aldea medieval de Recallers.


RECALLERS (despoblado medieval)


Se situaba de forma estratégica sobre un espolón rocoso, dominando la antigua ruta entre el Pallars y el “Alt Urgell”.


Se levantó el castillo y la iglesia entre finales del siglo XI y principios del siglo XII sobre una aldea del siglo VIII, siendo abandonado el lugar en el siglo XIV, por lo que muy poco queda que otorgue testimonio de ello.


Mapa de la zona de Buseu. Google Maps.


SOLANS (despoblado)


Está situado este despoblado y aislado barrio de Sant Sebastià de Buseu por encima mismo de la carretera. La estrechez de la calzada lindante al barranco hace imposible aparcar el coche en sus proximidades.


Aunque aparece en los “documentos falsos de Gerri” en una donación del conde Frèdol al mismo monasterio en el año 849, la primera datación fiable es del año 1011. No se tienen más noticias ni fechas de su despoblación. 


Alrededor de algunos restos de edificaciones y aislados muros engullidos por la abundante vegetación se identifica el templo parroquial.


Sant Joan de Solans


Aún se pueden apreciar los restos de esta pequeña iglesia de planta rectangular (2,8 m. x 6 m.), cuenta rematada hacia levante con un ábside semicircular sin decoración externa, en el que se abren tres aspilleras.


El ábside comunicaba por medio de un arco toral apuntado con la nave, estando ésta dividida en dos tramos por un arco fajón. Ya no quedan restos de la bóveda de cañón que cubría la nave.


Los muros laterales están reforzados por arcos de descarga. En el muro sur se abre la puerta y una pequeña ventana de doble derrama doveladas con piedra pómez. 


La mampostería de los muros es mediana, irregular y sin desbastar, de mayor tamaño y ligeramente escuadradas se muestran las piedras dispuestas en los bajos y esquinas.


A menos de medio kilómetro llegamos a un cruce, la carretera de asfalto continúa hacia Sarroca, mientras que una pista de tierra y piedra nos orienta hacia el norte en dirección a Sant Sebastià de Buseu y Castellnou de Peramea.


En la misma esquina del cruce se muestra un desvencijado oratorio de madera, recordándonos que durante siglos fue común encontrarlos próximos a los cruces de caminos por toda la zona. Llegando a Baén aún se puede apreciar otro realizado en piedra.



Nosotros continuamos por el asfalto hacia Sarroca de Baén, dejando a la izquierda la pista de piedras y tierra hacia Sant Sebastià de Baén y Castellnou de Peramea.


SARROCA de Baén

A 1.431 msnm se sitúa esta antigua casería, actualmente una aislada masía, bajo la ladera Oeste de la Corona Alta (1842 m) sobre el barranco de Sant Sebastià.


Como las distintas “Sarrocas” que hay en Catalunya, procede de la expresión latina “ ipsa rocca (sobre roca)”, describiendo el lugar sobre la que se levantó el pueblo.


A mediados del siglo XIX contaba con 1 cabeza de familia reuniendo 10 habitantes. En 2013 hasta 2024 figuran 2 censados.



Sant Roc de Sarroca 


La pequeña capilla está en el interior de los terrenos de la masía. Es una edificación moderna del siglo XVII sufragánea desde su inicios de Sant Andreu de Baén. Se trata de un templo de una sola nave con ábside cuadrada sin destacar del conjunto.


La pista que ya había perdido el asfalto, en mi visita ocupada por el ganado lanar, continúa hasta el puerto de montaña de las Iglesias incorporándonos al municipio de Valls d’Aguilar  (“Alt Urgell”) y enlazando con la asfaltada C-1313 en dirección a la “Seo d’Urgell”.


Al noroeste de Sarroca se encuentran los restos del antiguo poblado de Castellnou de Peramea, en lo alto de un cerro estratégico sobre la antaño importante ruta, pues comunicaba los condados del Pallars y Urgell.


CASTELLNOU de Peramea


Castellnou de Peramea está en el extremo oriental del término actual del Baix Pallars, nombrado también Castellnou de Baén o simplemente Castellnou. Situado en los contrafuertes sur-occidental de la Sierra de Mollet y a la izquierda del barranco de Sant Sebastià.


Se trata de un topónimo románico de carácter descriptivo : castillo nuevo de Peramea.


Durante la edad media fue el único dominio de los condes del Pallars del antiguo municipio de Baén, dispuso de una situación estratégica sobre el tránsito de Gerri de la Sal a la Seo d’Urgell.

 

Nunca tuvo ayuntamiento propio, entre 1812 y 1847 formó parte del ayuntamiento de Buseu i Sant Sebastià de Buseu y a partir de 1847 se uniría a Baén. En 1969 se incorpora al  municipio del "Baix Pallars". 


Los primeros datos de su población se tienen en 1717, reuniendo 46 habitantes. A mediados del siglo XIXen la vertiente noroeste de la colina coronada por el antiguo castillo, ya cuenta tan solo con una masía en la que residen 12 personas. 


Cultivaban cebada, trigo y patatas, criaban vacas y ovejas y disponían de buena caza de perdices, liebres y aves de paso. 


En el 2000 la masía declara 5 habitantes, en 2008 se reduce a 3 vecinos y desde 2013 hasta 2024 se registran 2 censados.



Sant Sebastià de Buseu (despoblado)


Situado en medio del collado de Sant Sebastià, dominando hacia el sur el valle del río Mayor y encabezando el barranco de Enseu.


Hay que decir que dado la ambigüedad del nombre sus registros históricos se confunden si se hace mención a la iglesia o a la villa, pero por lo que parece, a pesar de la latinización del nombre su origen se remonta al siglo VIII.


En el documento conocido como falso III de Gerri, entre las diversas donaciones de bienes otorgadas por el conde Frèdol al monasterio de Gerri, se incluye Sant Sebastià, pero sin especificación de si se trata de la Iglesia o de la Villa.


La primera referencia territorial se hace en el año 1049, al establecer en una venta de terrenos el conde Artau I cerca del castillo de Arcalí, hace constar que por levante limita el terreno con: “in ipsa via qui pergit ad Sanctum Sebastianumb”.


Vuelve aparecer en 1164, en la bula del papa Alejandro III confirmando los bienes del monasterio de Gerri, en la que se menciona la "villam Sancti Sebastiani". 


En 1179 Pedro de San Sebastián y su esposa Constanza dieron al monasterio de Gerri la mitad de una amplia extensión de tierra cerca de la iglesia y villa de San Sebastián, que al año siguiente era reconocida por el abad Hug de Gerri.


Aunque en el año 1300 se le otorga al monasterio el censo anual de un albergue de la villa y el castillo de Sant Sebastià, en 1368 el abad Berenguer d'Erill y el conde de Pallars, Hugo Roger II, establecen que la jurisdicción del lugar era compartida.


En 1425 la cuarta parte de Sant Sebastià era vendida por el abad de Gerri al conde Juan I de Foix, vizconde de Castellbò. En 1519 dependiendo del vizcondado de Castellbò, Sant Sebastià continúa formando parte de la abadía de Gerri.


En el fogaje de 1553 se contabilizan tres cabezas de familias, reuniendo una veintena de habitantes.


Con la promulgación de las cortes de Cádiz adquirió ayuntamiento propio, pero 1847 se adhiere a Baén y en 1969 pasaría a formar parte del Baix Pallars.


En este territorio pedregoso y montañoso con pequeños altos llanos y frondosos bosques de pinos se cultivaba cebada, centeno, patatas y legumbres. Criaban vacas y ovejas, gozando de una buena caza de liebres, perdices y aves de paso.

 

La población a mediados del siglo XIX era de 13 cabezas de familia, reuniendo alrededor de 80 habitantes. 


Sant Sebastià


El templo bastante deteriorado se alza en el extremo suroeste del pueblo. Sufragánea de Sant Serni de Buseu, en la actualidad se agrupa sin parroquia a Sant Feliu de Sort.


Pequeña iglesia de una sola nave con cabecera rectangular hacia Levante y fachada de entrada hacia poniente, sobre el piso superior se muestra una amplia espadaña de dos ojos con arcos de medio punto.


En el muro sur se encuentra la adovelada puerta de acceso de dimensiones reducidas y arco rebajado, que al disminuir la distancia al final del arco nos recuerda un arco de herradura. 


La mampostería de piedra vista presenta en los ángulos piedras de mayor tamaño y mejor escuadrado, mientras que en el resto son de menor tamaño, irregulares y poco pulidas. 

El tejado, en la actualidad derrumbado, era a dos aguas


Una reliquia romana única en la comarca


En este siglo se recuperó una pequeña mesa de altar (ara) de características únicas en la comarca, en la actualidad permanece guardada para su protección en una casa particular.


Es una pieza de mármol gris, de procedencia de Sant Beat en la vertiente alta del Garona, en la que figuran inscripciones romanas desde el I siglo d.n.e.


Es un bloque rectangular de 70 × 52 × 7, 5 cm que se conserva casi entera, tan solo se muestran deteriorados dos ángulos opuestos .


El tema después de un primer rellano de 2 cm de ancho está seguido por dos cordones lisos separados por unos surcos aplanados de 3 cm. Tanto en el límite del rellano como en el vértice de los cordones existe una incisión muy delgada que delimita todo el perímetro de las molduras. 


En la primera incisión que enmarca la pieza se pueden ver, en los ángulos, unos pequeños agujeritos de donde sale en diagonal otro cordoncillo liso que une los dos ángulos.


En la superficie plana hay varias inscripciones, grabadas todas ellas junto a la moldura. Por la poca dureza de la piedra, muchos de estos nombres son totalmente ilegibles. Sin embargo, se pueden identificar diferentes anagramas de presbiteros, una costumbre habitual encontrada en otras mesas.


Es decir, se supone que la mesa era una pieza original paleocristiana que mantiene su uso hasta época moderna.

La importancia de esta pieza hace pensar en un origen romano tardío de Sant Sebastià. Se cree que llegó a este lugar entrado el siglo X, momento en el que se podrían empezar a grabar estos nombres, lo que promueve el pensar que el templo se levantó en el siglo IX.



Regresamos hacia Gerri de la Sal sin el pausado tránsito que nos hubiera gustado para disfrutar del agreste e impresionante entorno, ya que la reserva del restaurante la habíamos realizado a las 14:30, pero estaba claro que volveríamos con mucho más tiempo, Can Felip era un reclamo muy interesante.



Nuestra próximo post (III) será el recorrido circunvalatorio por el desfiladero de Collegats y el monasterio de Sant Joan de les Maleses.


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El Buitre Negro. Proyecto Monachus.


Las aves carroñeras son fundamentales para el mantenimiento de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas. No solo reducen el número de cadáveres malolientes o en estado de descomposición, acelerando la desaparición de los cadáveres y evitando la propagación de enfermedades entre los humanos, ganado y animales salvajes, dado que muchos de los virus y las bacterias mueren por el ácido presente en los estómagos de estas aves inmunes a ellas.


El buitre negro, el más grande de los buitres europeos, es también el más escrupuloso y rápido en la comida. Desgarran con maestría la piel y se alimentan casi exclusivamente de materia muscular, evitando las vísceras. En caso de tragar piel o pelos los expulsan más tarde.


Complementan su dieta con animales pequeños que capturan al vuelo y llevan a sus nidos: ardillas, lagartos, tortugas, etc…

Especie monógama que anida en los árboles y cría en el mismo nido usado año tras año. La hembra pone un solo huevo que la pareja incuba conjuntamente por turnos durante 55 días. 


Buitre negro. Wiquipedia. Fotg. Juan Lacruz


El ave ha sido perseguida por los pastores que la consideraban (erróneamente) un peligro para sus rebaños.

La mayor causa de mortalidad de la especie ha sido hasta ahora el veneno y la gestión inadecuada de determinadas masas forestales, provocando la eliminación sistemática de carroñas.


Esta especie está protegida hoy en varios países. Asia es el continente con mayor presencia, pero en África ya desapareció, continente que tiene otras siete especies de buitre en peligro de extinción de las once especies que volaban por ella.


La población de buitre negro sufrió desde principios del siglo XX un acusado declive a nivel europeo que lo llevó a desaparecer de la mayor parte del continente, reduciéndose el último bastión poblacional en España y algunos pequeños núcleos en Grecia y Turquía.


Pero también en España el buitre negro estuvo al borde de la extinción. En el año 1973 se contabilizaron 206 parejas en la península. Por entonces el veneno, la persecución directa y la destrucción del hábitat seguían causando un grave impacto sobre esta y otras especies, llevándolo a desaparecer en gran parte del territorio, quedando su población relegada al cuadrante suroccidental de la Península Ibérica.


Ante esta situación en los años ochenta comenzaron a trazarse los primeros planes de conservación, impulsándose múltiples iniciativas a nivel europeo y nacional tanto por grupos conservacionistas como por la propia administración, contribuyendo significativamente a su recuperación. 


Así nació EL PROYECTO MONACHUS, con el objetivo de recuperar las poblaciones extintas de buitre negro en Europa, actuando inicialmente en dos sistemas montañosos peninsulares: Pirineos y Sistema Ibérico.


Se procede con la liberación de buitres negros provenientes de centros de recuperación de animales salvajes o nacidos en cautividad, integrando una serie de acciones dirigidas a garantizar la supervivencia y la fijación de los ejemplares liberados al nuevo territorio.


En 2007 se inició la reintroducción del buitre negro en los Pirineos, una década más tarde después de liberar más de 70 ejemplares, se asentó en la Sierra de Boumort una colonia que supera los 50 ejemplares residentes y una veintena de parejas territoriales. En la actualidad la población peninsular de buitre negro ronda las 2400 parejas. 


El proyecto fomentó la creación en el barranco de “Riomajor” de un segundo núcleo reproductor de buitre negro dentro de la colonia del Prepirineo catalán, mediante alimentación suplementaria especifica y el mantenimiento de ejemplares irrecuperables en semicautividad dentro de un amplio cercado, actuando como reclamo sobre los individuos silvestres e interactuando con ellos. 


El lugar, muy tranquilo dada la escasa población y el disponer de un hábitat óptimo dada la abundancia de altos pinos negros, muy adecuados para la reproducción de la especie, lo convierten en un sitio ideal para desarrollar el proyecto.



Así hoy en Besau, junto con otras rapaces, es el único lugar de Europa que se puede observar  las cuatro especies de buitre continentales: el buitre leonado (Gyps fulvus), el buitre negro (Aegypius monachus), el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y el alimoche (Neophron percopterus).


Tal explicamos desde Buseu, la sociedad Altre Pallars” con su proyecto “Buseu Project” participa activamente en el proyecto europeo MONACHUS.


  

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