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01 septiembre 2021

RUTA 3 (III) . EMBALSE DE LA TORRASSA. Mirador occidental. LA GUINGUETA D’ÀNEU. BERRÓS JUSSÀ. S. Jaume. Berrós Sobirà.


Nuestro objetivo después de recorrer el valle de Unarre y el torrente de Llavorre, era almorzar en la Guinguera d’Àneu (reservado para las 14:30), dado que faltaba más de una hora, aprovechamos para visitar el mirador occidental del embalse de la Torrassa y adentrarnos en el corazón de la ciénaga de Escalarre (Ruta 3 -IV-)

Después de almorzar visitaríamos los minúsculos y altos pueblos de la vertiente oriental del embalse de la Torrassa: Dorve y Berrós, para acabar en el observatorio oriental del humedal y dar un paseo por la ciénaga de dicha vertiente (Ruta 3 -IV-)

Presentamos la nota de este post en su inicio, documentando el paraíso verde, húmedo y salvaje del embalse de la Torrassa.




EMBALSE DE LA TORRASSA


El embalse se ubica en el mayor lago glaciar que hubo en los Pirineos hace 10.000 años

Su nombre deriva del torreón homónimo, situado detrás de la hidroeléctrica y cercano al dique de contención del embalse.



Moll” en catalán quiere decir mojado, húmedo. De aquí el nombre de “Mollera”, en castellano ciénaga, zona pantanosa arbórea y el de “Aiguamolls” en referencia a los humedales.


Contiene uno de los pocos humedales del Parque Natural del Alto Pirineo, por lo que se ha convertido en un espacio protegido de gran valor ecológico.


La biodiversidad que alberga hoy es consecuencia de la construcción en 1995, con finalidades hidroeléctricas del embalse de la Torrasa.



Los sedimentos del río se depositaron en el fondo, disminuyendo su profundidad y posibilitando el desarrollo de las raíces de una rica flora semiacuática, predominando el carrizo y el juncoentre los que se oculta la vida salvaje.


Mantiene una variada formación herbácea típica de las zonas húmedas, contando con la única presencia en los Pirineos de la Hippuris Vulgaris (cola de caballo acuática).







Por desgracia también se tiene que estar combatiendo cada año la presencia de la planta invasora Elodea Canadensi.


En la ciénaga de Escalarre se une el bosque de montaña con el bosque húmedo, formándose en la vertiente oriental del río un espeso bosque de altos sauces, fresnos, chopos, alisos…, entre los que se esconden jabalís, ciervos, rebecos y corzos, aunque para verlos tendréis que internaros a primera hora de la mañana o al caer la tarde, contar con paciencia, silencio y suerte. 





En sus aguas conviven las protegidas nutrias, el murciélago de agua y una variedad importante de libélulas, junto con serpientes, ratas de agua y peces: la madrilla, el piscardo, la anguila o la trucha, siendo ésta la más apreciada en la actividad de pesca.





Pero sin duda la mayor atracción de los humedales es la población de aves. Todo el año podremos observar la ánade real, el pato cuchara, la lavandera blanca, la polla de agua..., siendo centro estacional de diferentes tipos de patos, el cormorán, la garza real, la cercena común... Quizás podréis ver volar sobre vuestras cabezas un buitre común o una despistada águila.




Por desgracia la cantidad de turistas que acceden al pantanal en primavera (época de cría), está provocando una considerable disminución de nidos y aves, por lo que desde 2020 en el paseo por la vertiente oriental bordeando la mollera de Escalarre se prohibió el tránsito de motores y bicicletas (se siguen manteniendo los paseos en bicicleta de las casas comerciales, aunque no me parece ético que pagando se mantenga el privilegio, así están las cosas). 


De una forma u otra, por favor, en las visitas respetemos la intimidad de su fauna en silencio, posiblemente nos lo agradecerán dejándose ver.

Es un lugar apropiado para la relajación y la observación, por lo que no lo recorráis con prisas, pero recordar que también es el reino de los mosquitos y prever protección.


Desde Esterri se puede hacer un bello itinerario (adaptado) oval, recorriendo su perímetro.


El sendero adaptado comienza desde Esterri paralelo a la carretera. A poco más de un kilómetro después de traspasar la borda de Salito, se encuentra a la izquierda una senda señalizada (no adaptada) que se adentra a la ciénaga de Escalarre por puentes de madera.


Unos 600 m. después del cruce se encuentra uno de los dos miradores de los humedales de la Torrassa. Después de un rato de observación continuaremos hacia la Guingueta, por la que cruzaremos al otro lado del río, en el que podremos visitar el segundo mirador de los humedales. Ascenderemos paralelos a la ciénaga de Escalarre, acercándonos al pueblo homónimo y desde allí descender hasta el templo de Sta. María d’Àneu antes de volver a Esterri.


En una dirección u otra, os puede comportar alrededor de unas cuatro horas.



Nosotros nos habíamos incorporado a la C-13 a las 13:30, dejando atrás Esterri. Aproximándonos a la Guingueta d’Àneu, observamos un reducido espacio a la izquierda con desnivel a la entrada (cuidado con los bajos del coche), justo al lado del mirador de la vertiente derecha del embalse



La verdad es que no vale la pena dejar el coche aquí, ya que desde la entrada al pueblo, con un buen aparcamiento, hay un sendero que en cinco minutos nos conduce al observatorio.


Antes de sentarnos en él, para hacer una pausada y silenciosa contemplación, lo dejamos para vuelta y continuamos la senda que bordea las aguas en dirección norte. 


Por el camino fijaros en la acumulación de cola de caballo acuática en los bordes del cauce. Posiblemente entre el carrizo observaréis surgir una pata con sus crías.



En menos de diez minutos llegamos a un cruce, desde que parte un sendero hacia el interior arbolado de los humedales. Sorteando los cauces por puentes de madera, llegaremos al corazón de la ciénaga de Escalarre.


Es un paseo de una gran belleza, que entre ir y volver no os llevará más de veinte minutos, pero vale la pena entretenerse en largas pausas contemplativas, acompañados por el sonido de cientos de aves que difícilmente podremos identificar, al situarse en las altas copas de los árboles. Un canto alado que se convierte en estridente sinfonía en primavera.



En su interior conviven jabalíes, ciervos y corzos. Nosotros no nos cruzamos con ninguno, a pesar que estuvimos unos diez minutos sentados en su interior expectantes de que alguno apareciese.


La única fauna que pudimos distinguir fue la sumergida en las aguas de final del recorrido, en la vertiente más oriental del pantano. Destacaba la trucha por el tamaño y por la costumbre de estacionarse para comer contra corriente.



Retomamos los pasos con cierta prisa dada la hora, pero disfrutando de la banda musical y admirando su flora en pequeñas pausas.



Llegamos al mirador cercano al coche, nos sentamos para gozar de la maravillosa panorámica de meandros e islas verdes, de las que veréis en paciente observación surgir o entrar las aves por el agua o por el aire. 


Para identificarlos, si no sois expertos en sus cantos, necesitaréis largavistas, mucha paciencia y silencio.



En esta ocasión el tiempo lo habíamos distendido en la ciénaga y la reserva del almuerzo era a las 14:30, por lo que después de poco más de cinco minutos de deleite contemplativo ya estábamos en dirección a La Guingueta y diez minutos después sentados en uno de sus restaurantes.






LA GUINGUETA D’ÀNEU


A la derecha del Noguera Pallaresa se encuentra la capital del extenso término municipal de “La Guingueta d’Àneu”. En 2023 figuran censados 61 vecinos 


Llamada también La Guingueta de Jou, dado que se mantuvo unida a este municipio hasta el siglo XIX, siendo entonces una aislada masía agropecuaria, a la que con el tiempo se le agruparían otras a cierta distancia, apareciendo al lado del camino una “guingueta”.


Una posada en el camino real hacia el Valle de Arán, situada entre Escaló (pueblo fortificado de entrada al valle) y Esterri d’Àneu.



En el siglo XX, la central hidroeléctrica y el turismo lo convirtieron no tan solo en un pueblo, sino en la capital de un extenso término municipal que se triangula entre los tres antiguos municipios que perdieron la categoría: Unarre, Jou y Escaló, agrupando catorce pueblos.


Me era curioso pensar, delante de su moderno ayuntamiento, que su término municipal alberga entre ermitas e iglesias una veintena de templos con fundamentos románicos, mientras que la capital, sin pasado parroquial, tan solo cuenta con una humilde y moderna capilla dedicada a la Inmaculada.


El pueblo no tiene mucho interés, pero no así sus actividades y alrededores, en el que el protagonista es el embalse de la Torrassa. 



Desde la Guingueta podréis practicar en sus aguas: pesca, kayac, piragua, paddle surf, etc., junto con actividades de trekking, barranquismo, senderismo por la mollera, paseos a caballo, bicicleta, tiro con arco....



La prácticamente única actividad productiva del pueblo hoy es el turismo, por lo que cuenta con una amplia oferta de servicios turísticos y lúdicos deportivos. 


SERVICIOS TURÍSTICOS


La valoración media de los usuarios es de Google (2024).


Campings

En el extremo sur del pueblo se encuentran dos populares campings, el pequeño y familiar Vall d’Àneu, en el que destacan la atención del servicio y su restaurante. Tienen una valoración de 9.

Un poco más grande es el camping Nou Bungalows, cuenta con 150 plazas y catorce bungalows de madera. Tiene una valoración media de los usuarios de 9.


Entre los dos campings se inauguró  modernamente la brasería el Paller. No dispongo de información de su menú, pero la mayor queja es el precio. Tiene una valoración de pocos usuarios que le dan de media un 7,6.


Hotel /Restaurante

Hotel Cases  este hotel que presume de tres estrellas, aunque no correspondan sus precios y habitaciones a tal categoría, lo valoran los usuarios con un 8,8. Destacan su media pensión y la atención del servicio.

El restaurante Cases, abierto al transeúntetiene un menú (2022) a 14 € de dos platos y postres, o de 18 € con tres platos y postre (bebida al margen). Con opiniones de todo tipo en relación calidad/precio, parece que depende de los platos y el día, presume de comida tradicional y mediterránea aunque no se destaca ningún plato en especial, de todas formas en verano sin reserva previa es difícil encontrar sitio. La valoración media es de un 8.


El Hotel Poldo de una estrella, cuenta con habitaciones para 2 y 4 personas. Los residentes destacan sus confortables habitaciones y la gastronomía de su media pensión. Es el único hotel de la Guingueta que cuenta con piscina. Mantiene una valoración media hotelera es de 8,8.

En otra liga gastronómica juega el restaurante Poldo (abierto al transeúnte)se le reprocha el precio de su carta, pero bajo mi  criterio no se puede obviar su alta calidad gastronómica, son excelentes los productos tradicionales de manufactura casera: xolís y patés caseros, los canalones de setas, el “civet” de caza, bacalao con pasas y piñones o el rabo de ternera, con excelentes postres caseros, su flan de huevo es un ejemplo.


Hostal 

Tengo que decir que curiosamente en relación al alojamiento, el mejor valorado calidad/precio con un 9,6 es el Hostal Orteu. Una pequeña pensión de dos estrellas con seis habitaciones dobles.



Después del almuerzo hicimos un corto paseo por la ribera de la Guingueta, antes de reiniciar la marcha hacia el sur. Nuestro primer objetivo era cruzar el río por el dique del embalse de la Torrassa.


En su dirección y a poco menos de un kilómetro de la Guingueta, encontraremos al lado del río las instalaciones de Roc-Roí, la entidad con mayor oferta de la comarca en deportes de aventura (con delegaciones en Vilanova, Andorra…), ofrece todo tipo de deportes de invierno, siendo en verano el kayac o canoa su producto estrella por las aguas tranquilas del embalse de la Torrassa y a dos kilómetros de Llavorsí, en aguas bravas, mantienen una amplia oferta de rafting y barranquismo.

También desde aquí os proponen hacer trekking por el Parque Natural del Alto Pirineo, rutas en BTT alrededor del embalse, tiro al arco, etc… La valoración media del usuario es de 7,8.



Llegamos al dique del embalse de la Torrassa, situado delante del cruce a la derecha en dirección a Espot, puerta oriental del parque Nacional de Aigüestortes.

Si nos hemos pasado, descubriremos a la derecha la central hidroeléctrica con el torreón medieval que da nombre al embalse, por lo que tendremos que dar la vuelta.

Al cruzar el dique tendréis que estar muy atentos al paso en sentido contrario, dado que tan solo tiene un carril, lo que hace imprescindible no encontrarse a nadie. 

Detuvimos el coche una vez traspasado el dique, para poder pasear por él y observar el cauce del Noguera Pallaresa descender con la renovada impetuosidad de un río de montaña.


Retomamos la conducción continuando sinuosamente ascendiendo por la cimentada calzada. Pasaremos por un cruce hacia el parque de deportes de montañaPirineus Aventura Park”, una buena y familiar alternativa lúdico deportiva con tirolinas, kayak, etc., ofreciendo también rutas senderistas para conocer el rico entorno natural y biológico de la zona. Tiene una valoración media de los usuarios de 8,8.


Una vez alcanzado el segundo cruce nos dirigiremos hacia la derecha, a poco más de un quilómetro llegaremos a Berrós Jussà. 


BERRÓS  JUSSÀ


El nombre de Berrós parece ser de origen íberovasco, Joan Coromines le adjudica dos posibles traducciones: lugar de zarzas o lugar húmedo.


En el censo de 1553 se contabilizan cinco casas, duplicándose a final del mismo siglo, pero no parece incrementarse demasiado los dos siglos siguientes, manteniendo una cuarentena de habitantes.


Según parece a finales del siglo XIX y principios del XX, es cuando llegan a un máximo de población estimado en poco más de 60 vecinos.


La despoblación desde la década de los 70 sería lenta pero continua hasta principios de este siglo, figurando 19 habitantes, en 2010 alcanzarían los 34 vecinos, pero en 2023 volvían a reducirse a 21 almas. 


Mantuvo municipalidad propia después de pertenecer al término municipal de Jou. Hoy forma parte de la Guingueta d’Àneu.


Llegando al pueblo pasaremos previamente por su iglesia románica, a los pocos metros aparcamos. Antes de internarnos por el pueblo la visitamos. 


Sant Jaume de Berrós Jussà


A menos de cien metros del núcleo urbano y a pie de carretera se encuentra esta transformada iglesia románica de una sola nave, sin ábside y con dos pequeñas capillas laterales.  


La disposición de la puerta de entrada en el muro sur hace pensar en un origen prerrománico entre el siglo IX-X, siendo entonces una pequeña nave rectangular con ábside.


Se perdería ésta al ser ampliada la nave y construidas las dos capillas laterales entre el siglo XII y XIII, añadiéndose posiblemente entre el siglo XVII-XVIIl la sacristía en el surestejunto a una importante restauración general del templo.


En el muro occidental de la nave se aprecia la construcción adherida a la inclinada ladera de la roca, cuenta con un vano ligeramente oval enmarcado con un enlucido blanco. 

Coronando el tejado de madera revestido de pizarra a dos aguas, se eleva una robusta espadaña con dos vanos con arcos de medio punto luciendo las dos campanas, lo cubre un tejadillo de pizarra a dos aguas.



Nada más incorporarnos al pueblo nos topamos con la bonita imagen de orgullo vecinal, las casas con fundamentos del siglo XVIII y XIX se mostraban reformadas, cuidadas y las flores teñían de luz los balcones, dándonos la bienvenida.



El grueso de edificaciones del pueblo se asocian en colmena al lado izquierdo de la carretera. Todas las casas se levantaron antes del siglo XX, menos dos (2022) que lo hicieron a principios de éste, mostrándose respetuosas e integradas en la tradicional armonía constructiva que las rodea.


Nos adentramos por la calle Mayor (carretera) hasta llegar después de tres edificaciones a la plaza Mayor, formada por la ampliación de la calle. Poco antes encontramos la calle del río descender por nuestra izquierda, una vez pasada la plaza, continúa la calle hacia la derecha descendiendo hacia el objetivo homónimo. Si contáis con tiempo no dejar de bajar por ella.


 Pocos metros después encontraremos la segunda calle del mitg (del medio) a la izquierda. Ascendimos por la sinuosa y estrecha calle hasta alcanzar el alto noreste del pueblo. 


Se percibe la comunidad vecinal, orgullosa de continuar viviendo nutridos de la tranquilidad y belleza del lugarVale la pena pasear tranquilo por su interior, en el que encontraremos restauradas y floridas casas, acompañadas por alguna en proclama de abandono con más de dos siglos en sus fundamentos.


Al llegar al extremo noreste, se descubre el final del asfalto, dando paso en su continuación a un camino de tierra y piedras que nos orienta hacia el pueblo abandonado de Berrós Sobirà (unos 45 minutos caminando).


Nos dispusimos en dirección contraria para volver a descender por el interior del pueblo, ahora lo haríamos por la calle del río. Impresionante el paisaje que desde aquí se descubre.


Descendimos hasta la calle Mayor, observamos las cuatro casas que nos restaban por ver en el extremo de ésta y regresamos a las puertas del pueblo, lugar en el que habíamos dejado el coche.




Cerca se anuncia la oferta de apartamentos rurales Berrós. Dos apartamentos para un máximo de 6 personas, de tres habitaciones y tres baños, cocina totalmente equipada.Cuenta con muy pocas valoraciones pero todas entusiastas, otorgándole un 9,8 de media.


BERRÓS  SOBIRÀ (pueblo abandonado)


A menos de tres kilómetros se encuentra este milenario pueblo abandonado desde finales del siglo pasado a los pies del barranco de la Selva.


Conserva aún la mayor parte de las edificaciones que llegó a reunir a finales del siglo XIX, nunca sobrepasó en su historia la decena de familias.


El tiempo parece haberse detenido en sus orígenes, así podemos apreciar la iglesia a más de cien metros del núcleo de viviendas, agrupadas las edificaciones alrededor de un irregular espacio abierto (Plaza) y en este caso entre una docena de funcionales construcciones para el cobijo de animales, pajar, era, cobertizo, etc…


Las humildes construcciones adjuntas a las viviendas son las más castigadas por el abandono, por la poca fortaleza de su estructura, que al perder parte de sus techos pronto acaece el derrumbe del muro. Fijaros la solidez que aún presumen añejos muros de piedra seca.


Al llegar al núcleo vecinal a la derecha se sitúa la casa Surp, complejo de edificaciones inventariado en el Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.


Se ubican sobre el morro rocoso que parte del torrente y se adentra hasta la plaza del pueblo. Tras el amplio portalón de la entrada, se abre un gran patio cercado por el norte y oeste por la era, pajares y establos, todos de piedra vista sin desbastar. Al sureste se sitúa la casa solariega, un gran bloque rectangular de tres plantas cubiertas por un tejado de pizarra a cuatro aguas, coronado por una monumental chimenea. En la solana de la casa se abren numerosas ventanas y balcones bien conservados y sus muros aún presumen parte del rebozado.


 Sant Quirze de Berrós Sobirà


A unos 100 m. antes de llegar al pueblo está la pequeña iglesia parroquial. Es de una sola nave con la fachada rectangular y dos capillas laterales, tejado a dos aguas sobre bóveda de arista y cubierta de pizarra.


Aunque la actual iglesia es del siglo XVIII, se erigió sobre un primer templo románico del que no queda testimonio.


La puerta de entrada con arco de medio punto está situada al oeste, luce encima un ojo de buey, rematado en las alturas por una espadaña con dos vanos con arcos de medio punto. Al observar sus dos pequeñas campanas aún dispuestas tras los vanos, dicen que podréis percibir en el susurro del aire sobre ellas el canto de nostalgia del silencio. 


También se cuenta que los pobladores se fueron, pero las almas allí bendecidas decidieron quedarse. Si os encontráis con alguna, tranquilos, van de “buen rollo”, dado el entorno idílico y la paz que disfrutan.


Senderismo desde Berrós Jussà


El paseo más corto ( 2,5 km) circular y familiar es por sus altos prados, desde los que descubriréis en sus alturas unas extraordinarias panorámicas del embalse.


Desde Berrós se puede realizan múltiples y espectaculares rutas senderistas, destacan en popularidad las orientadas hacia: Berrós Sobirà, “coll d’Anas” y Dorve. 


Os dejo un enlace de Wikiloc con un amplio compendio sobre ellas.



Eran las 16:45 h. cuando iniciamos la marcha orientados hacia Dorve, pueblo que creíamos había sido abandonado en 2018, descubriendo más tarde que no era cierta tal información, al menos de forma censal.


Pretendíamos acabar esta ruta con un largo paseo por la Mollera de Escalarre alrededor de las seis de la tarde, pero poniendo peros a la previsión, la nubosidad en pausada y continua acumulación estaba oscureciendo la tarde, en el cielo habían desaparecido los claros, alrededor de las altas cumbres se condensaba espesa la bruma y hacia el noroeste las nubes dejaron de ser blancas.


Todo ello nos motivó desistir el visitar Berrós Sobirà. Pero recordar que si contáis con tiempo y no os importa acceder por una pista rural, no dudéis en conocer este pequeño, encantado y fantasmal pueblo anclado en el silencio y el tiempo, antes de que el deterioro se lo coma.


En nuestro caso fue acertada la decisión que adoptamos, ya que poco más de una hora  después la lluvia hizo impetuosa su presencia y nuestro paseo por la mollera hubiera sido imposible o al menos mucho más húmedo.


Próximas paradas: -Ruta 3 (lV)- Dorve, Bunkers, Mirador oriental y Ciénaga de Escalarre.