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11 enero 2023

RUTA 11 (I) . LA VALL D’ÀSSUA. ALTRON. Sant Serni. Casa Sobirà. La Mola de Sall. SORRE. Sant Esteve.


La Ruta 11 recorre todos los pueblos del “Vall d’Àssua”. Salimos a las 8:10 de Rialp siendo nuestro primer destino: Altron, nueve kilómetros que recorreremos en diez minutos.


VALL D’ÀSSUA


El Valle ocupa desde oriente el macizo del Montsent del Pallars (2.883 m), compartiendo frontera con la Vall Fosca (Pallars Jussà), hasta la vertiente derecha del Noguera Pallaresa, tocando Rialp.


El Valle de origen glaciar se delinea por los numerosos afluentes del río Sant Antoni, tributario éste del Noguera Pallaresa. Se forma en Escás con la reunión por el norte del río Caregue y el Berasti, uniéndose más tarde el Rialbo descendiendo del Montsent por el noroeste.

De oeste a este se trasladan también las aguas del río Pamano (o de Bernui), que desembocará cerca de Altron en el río Sant Antoni.


Un paisaje con una orografía llena de profundos y estrechos barrancos sobre los que se asientan los pequeños pueblos rodeados de altas montañas de cumbres rocosas pobres de vegetación.


La leyenda de Torena, que de generación en generación ha subsistido, nos cuenta que antes los bosques inundaban el valle, pero por el descuido de una señora del Llessui caminando con sus cerdos cerca de Torena, se encendió el valle consumiendo sus bosques.


Aunque no hay testimonio escrito de tal adversidad, pero aceptando que sea cierto, lo que no hay duda es que la acción del hombre para garantizar en la proximidad de las villas grandes zonas de pasto, no ha favorecido precisamente el desarrollo del bosque.


Tan solo un amplio bosques de coníferas se alzan por el norte de Surp y pequeños pinares sobre Sorre. Lugares en el que los vecinos del valle hacían suministro de leña y madera, pero por lo que parece nunca explotaron la industria de la madera, ni del carbón.


El Valle comprende los pueblos de Llessui (con el barrio de La Torre), siendo el pueblo más alto (1.407 m) del valle y su cabeza desde el Alto Medievo, Saurí (junto con el despoblado de Menauri) completan el término municipal de Llessui desde el siglo XVIII. Casi 500 m más abajo se sitúa el término municipal de Altron (955 m) al que se adhieren Sorre y Bernui. Todos estos municipios se incorporarían en 1970 al municipio de Sort.


En el norte y noreste del valle se ubican Caregue, Escàs, Surp y Rodés, los dos pueblos últimos unidos al municipio de Rialp.


Un poco de historia


Según parece el centro de poder del valle se estableció por primera vez en el siglo X desde el castillo de Torena, situado a 2 Km de Llessui y sobre el poblado de Torena (despoblado en el s. XVI). 

Las primeras noticias del pueblo y el castillo de Torena son del 980.


Joan Coromines considera la posibilidad etimológica de ser el nombre propio de un caballero franco, aunque no descarta que aunque desconociendo su significado el topónimo sea iberovasco: Otorena o Atorena. Es decir, puede ser que la Casa Torena cogiera el nombre del pueblo y no al revés. 


Desde la muerte del conde Sunyer en el año 1011 el castillo de Torena, centro del valle de Àssua, se debatirá entre las dos brancas condales. Sin precisión pero antes de 1035, el conde Ramón IV de Pallars Jussà vende su parte del castillo y la Vall d’Àssua a su hermano Guillem II del Pallars Sobirà.


En 1069 aparece el castlà Pere Roger jurando fidelidad al conde Artau I de Pallars Sobirà por los castillos de Caregue, Escàs, Rodés y Torena. 


No se conocen los detalles, pero en 1080 unos acuerdos con Guit Ató d’Àssua por el castillo de Torena, en el que éste cede la mitad del castillo a Ramón V conde del Pallars Jussà, con la promesa que si recupera la otra parte lo enfeude. En 1090 aparece como castlà del castillo.


Después de disputas condales pasa el castillo de Torena y el valle de Àssua definitivamente a los condes del Pallars Sobirá. En el año 1096 Guillem Guitard de Torena figura en la permuta a los condes Artau II i Eslonça del castillo.


Pero no será hasta el año 1181, cuando los condes Artau IV y Guillema de Pallars Sobirà le otorgan a Bernat de Torena los derechos feudatarios sobre los castillos de Torena, Surp, Vallcascar, Torroella, Cavahí  y Rodés.

Nueve años después recibirán los condes al rey Alfonso en el castillo de Torena, prestándole homenaje y pleitesía.


En 1252 en nombre del rey se enfeuda el valle y el castillo a los Bellera, dado el enlace de Guillem de Bellera y Gueraua (hija de los condes del Pallars Sobirà).

Jaume I se lo requerirá en 1272, siendo devuelto poco después.


Pero ocho años más tarde, dada la revuelta nobiliaria en Balaguer, Pere el Gran le retira sus posesiones.

En 1303 el apoderado de Guillem de Bellera otorga el castillo de Torena al veguer Real de Lleida y el Pallars, que se lo devuelve cuatro años más tarde.


Pere el Cerimoniós exigirá en 1380 a Joan de Bellera que le preste homenaje y tres años después que le otorgue la potestad sobre los castillos de La valll d’Ássua.

A partir de entonces el centro del valle lo regiria el castillo de Malavil·la, lo curioso es que no se sepa hoy el lugar en el que se levantaba ni la razón de su despectivo nombre.


A finales del siglo XIV sería el Castillo de Rialp el más importante de la baronía de los Bellera

En 1435, Jaume de Bellera vende al conde de Foix i vizconde de Castellbò “la vall d’Àssua” y la baronia de Rialb. En 1460 tomarían posesión organizando el territorio en el Quarter de Rialb (también llamado d’Àssua), comprendiendo Rialb (capital) y los valles de Àssua y Baiasca. 


La economía del Valle con una agricultura precaria, se seguiría basando hasta mediados del siglo pasado en la ganadería de todo tipo, predominaría la lanar hasta el siglo XVII, alcanzando a partir de entonces mayor protagonismo la bovina.


La població del valle en el siglo XIV andaba entre 350 a 400 habitantes. En el siglo XVIII eran entre 650 y 800 los vecinos, llegando a su máximo poblacional en el siglo siguiente sobrepasando los mil habitantes. En 1960 residían 659 almas, de las que dos décadas después quedarían 256.


Como toda la comarca del Pallars Sobirà, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, la crisis del modelo comunal tradicional dado el desarrollo del modelo liberal y del capitalismo, la desamortización de Madoz y los desastres agrícolas por una climatología adversa entre 1887 y 1897 produjeron el primer gran éxodo poblacional del Valle, agudizándose con la llegada de la filoxera.


Con un pequeño crecimiento en el primer cuarto de siglo XX, la gran crisis poblacional se completaría desde la década de los 60, la industrialización del área metropolitana de Barcelona, la crisis de la ganadería extensiva y el remplazo de la mula y el buey por el tractor, dejaron sin expectativas y en la pobreza la dura vida en el valle, por lo que buscaron salir de la penuria en la industria fuera de la comarca.


ALTRON


Según Joan Coromines, es un topónimo románico derivado de “d’Alt Tron” (encima del trono), hace referencia a la sierra plana en la que se sitúa en su extremo el pueblo, dominando en su vertiente norte todo el Valle sobre el barranco del río Altrón.


Como ya dijimos Altrón estuvo integrado en la Baronía de Bellera en el siglo XII, pasando el siglo siguiente hasta el final de la Baja Edad Media al Vizcondado de Castellbó dentro del “Quarter de Rialb i la Vall d’Àssua”.

En el censo de 1553 Altron contaba con 16 hogares laicos y 1 eclesiástico, reuniendo 85 habitantes.

El escudo de armas del pueblo es una ala de oro sobre verde, bordeada por un marco dorado.


Nos pareció curioso observar que en Cataluña hayan al menos un municipio en cada provincia que tenga el mismo distintivo heráldico, todas comienzan por “Al”, un ejemplo en la costa de Barcelona es Alella.


Pascual Madoz señala en su Diccionario geográfico que en el primer cuarto de siglo XIX agrupaba 30 casas pairales, con calles y una escuela de primaria que pagaban los padres. Contaba con la iglesia parroquial dedicada a Sant Serni, muy bien conservada, con rector elegido por el Obispo o el rey de forma alternativa.


La població a principios del siglo XIX era de 20 cabezas de familia, conviviendo 140 habitantes. Pero en pocas décadas lograrían su máximo poblacional alcanzando los 205 vecinos en 1857. En 1888 serán 171 habitantes.


Producían trigo, centeno, ordi, patatas, hortalizas y frutas, en las que destacan las manzanas de invierno. La ganadería era variada con cerdos, mulas, ovejas, cabras y los bueyes utilizados en las tareas del campo.


Se incorporan en el siglo XX agrupando 144 habitantes. Se mantiene más o menos estable la población hasta la década de los 60, produciéndose entonces el gran éxodo, así en 1970 son 71 los censados, llegando a su mínimo poblacional en 1990 conviviendo 36 almas. En 2010 serán 59, en 2023 son 52 habitantes.



La cría tradicional de vacas lecheras la mantienen algunas casas del pueblo, con una pequeña agricultura familiar. Cuenta con pequeña industria artesana de quesos: La Peça d’Altron.


Pero sin duda en la actualidad la actividad turística es la principal fuente de ingresos, con dos hostales y una casa rural, lo completan un número importante de segundas residencias.


Servicios turísticos 


La valoración media sobre diez es en base de Google (2024)


Hostal Vall d’Àssua

Es un hostal de 9 habitaciones dobles (con posibilidad de cama supletoria individual) con una capacidad máxima de 27 personas. Sus expectaculares desayunos incluidos en el precio, una cocina tradicional con productos km 0 y la buena atención de los dueños… hace que los usuarios le den una valoración media de 9,4.

Posiblemente el restaurante está abierto al público, pero en ningún momento lo explicitan en su publicidad.

Hotel Roch

Este hotel de una estrella, está situado en el interior del pueblo y cuenta con 5 Habitaciones, para un máximo de 12 personas. Tiene una valoración media del usuario de 9,6

Aunque no hay una publicidad específica del restaurante puedo asegurar por experiencia (dos años antes) que está abierto al público. Su variada carta con precio medio alto, en base de una cocina tradicional Km 0, se nos mostró exquisita y adecuada al precio. El Palpís de cordero y boletos, caracoles y su Filiberto en el postre, nos sorprendieron. 

Era del Sansa.

7 habitaciones. Alojamiento entero (casa) totalmente equipado para un máximo de 18 (3 de ellas en cama adicional) con 5 camas de matrimonio, 5 individuales y 3 supletorias. La valoración servicios/precio es de un 9,4. 


Su fiesta Mayor es el último domingo de agosto.



El pueblo en forma de “A”, con cuatro calles y una gran plaza, especialmente si se compara con la que cuentan el resto de los pueblos del valle.


Tuvimos la sensación de transitar por una antigua “Vila Closa”, pero no encontré referencias de ello, ni de que se alzara un castillo, tal fue lo habitual en el resto de los pueblos del valle.


Aparcamos al lado sur de la amplia rotonda, al otro lado se ubicaba el pueblo. Al salir del coche observamos delante nuestro el pequeño santuario dedicado a San Marco y Sant Antonio.



A su lado se situaba el camino hacia la quesería: La Peça d’Altron

El obrador y tienda se dedicaba a la elaboración de derivados lácteos artesanales. Su actividad empezó en 1991 con leche de su propia explotación, En la última década la leche de vaca la suministraba la empresa Brams (Pujol) y la de oveja Corroncui (Alt Ribagorça).


Producían desde requesón hasta los tradicionales Tupí y Serrat, con leche de vaca o de oveja (Libeto), el VellLa Creueta (tierno) o El Fumat (ahumado). Igualmente, comercializan queso en aceite de oliva y “L'Arrebossat”, queso sin prensar cubierto con sal de Gerri.


Dado que la hora de apertura era a las diez y a esa hora pretendíamos estar saliendo de Sorre, no pudimos visitarla, tal como ya hicimos en una anterior ocasión, pero por desgracia no lo podríamos volver a hacer dado que en 2023 supimos que habían cerrado. Creo que la comarca se quedó huérfana de una de sus mejores queserías, aunque según parece Sort recogió el testigo.


Al otro lado de la rotonda, dando la bienvenida al pueblo, está el gran pajar "l'Ubla de Sobirà" de la noble Casa Subirà, residència hoy de la familia Moner. Su espectacular dimensión, situación y características arquitectónicas con añejos fundamentos, la han convertido en la imagen icónica del pueblo y para algunos del Valle.


En 2015 el gobierno comarcal prometió intervenir para asegurar su conservación. Pero si no son algunos de los troncos dispuestos en apoyo bajo algún dintel, en 2022 me parece que todo sigue igual.



Nos internamos por el pueblo, detrás del pajar se encuentra la Casa solariega. Guarda en su interior la privada capilla de la Inmaculada.


Podéis internaros por el callejón “dels tres horts” (de los tres huertos) y ver su fachada principal dispuesta delante de pequeños campos de cultivo. De todas formas, sabiendo que cuando diéramos la vuelta al pueblo nos volveríamos a encontrar frente a ella, dejamos para entonces su observación.


Continuamos por la calle Mayor, en su inicio y a un lado, bajo un paso techado se anunciaba la Era de Sansa.



La sensación que nos daría el pueblo es prácticamente la misma que después nos iremos encontrando en los pueblos del sur de la Vall de Àssua, es decir, una remodelación importante de las casas del pueblo en las primeras décadas del siglo XX, junto con unas pocas convertidas en segunda residencia a finales de ese mismo siglo y principios del actual. Pero en general conservan la esencia de la arquitectura tradicional en piedra vista y techos de pizarra.


Pronto alcanzamos la iglesia parroquial de Sant Serni o Sant Sadurní (San Saturnino), santo del que ya hablamos en otro de los tantos templos románicos dedicados a él en la comarca.


Su fachada principal tiene un amplio espacio de separación con la calle, por lo que es habitual tener dificultad para observar completa su puerta, dado que siempre hay coches aparcados delante. En nuestra anterior visita encontramos un tractor.


Sant Serni d’Altron


Bien integrado en el inventario del patrimonio arquitectónico de Cataluña.


La primera mención específica de la iglesia sería en 1102, en el que Sendred hace testamento en favor de Sant Pere y Sant Sadurní d’Àssua.


En 1149, con motivo de la consagración de la Abadía de Guerri de la Sal, los hermanos Gacet y Oliver d’Àssua otorgan una importante masía a la iglesia de Altron. Lo que motiva a pensar que entonces el templo dependía de dicho monasterio.


La visitarán los delegados del arzobispado de Tarragona en 1314-15, en su recorrido por las iglesias de Decanato de Montenartró. En la visita pastoral de 1575 forma parte del oficialado de Sort. 



El actual rústico templo barroco sería levantado en el siglo XVII. En 1758 se hace constar en la visita pastoral que su interior y sacristía estaban en muy mal estado, ordenando arreglarlo en un término de seis meses.


El templo consta de una sola nave de planta rectangular, cubierta por una bóveda apuntada de lunetas con capillas laterales, sobre el que se alza un tejado a dos aguas cubierto de pizarra.


Orientada hacia poniente se muestra la cabecera, con una moderna puerta manteniendo el arco de medio punto ligeramente apuntado y dovelado en hojas de libro.Sobre ella se abre un óculo bocinado.


La mampostería es de piedra ligeramente desbastada dispuestas en hileras horizontales bastante regulares.


En el lateral sur se levanta la torre campanario de base cuadrada que por encima del nivel del tejado se transforma en octogonal irregular por suave rebaje de las aristas.


Cuenta con cuatro vanos con arco de medio punto rebajadoEl de la fachada norte está cegado. Solo apreciamos lucir una campana.


En la fachada frontal de la torre se pueden apreciar tres ventanas o aspilleras de diferente tamaño rectangulares alineadas verticalmente, la del medio es la más grande. Por encima de ellas y bajo el vano del campanario se abre otra estrecha aspillera. 


En el muro sur de la torre aún se puede apreciar marcos blancos rodeando vanos y aspilleras,  incluso posiblemente en el pasado los muros del templo estuvieron encalados.



Corona la torre una aguja piramidal octogonal irregular con baja inflexión a la base cubierta de pizarrra. Se observa bajo la amplia cornisa una moldura plana y es interesante la cruz que culmina sobre la punta de metal de la pirámide.



Continuamos ascendiendo por la calle Mayor hasta llegar a la plaza Mayor, su forma de tronco de cono abarca un gran espacio, lo que también posibilita que sea un amplio aparcamiento de utilitarios.


La plaza se cierra por el norte con la unión de dos antiguas familias: Casa Pona y Casa Cardaire. Las dos fueron restauradas o levantados muros sobre añejos fundamentos durante el primer tercio del siglo XX.


A la derecha y hacia el norte nace la calle del cementerio, está claro su destino.



En la vertiente occidental de la plaza observaréis un alargado lavadero o abrevadero, protegido por un tejadillo de pizarra. A su lado, sillas y mesas señalaban la dispuesta ocupación de la plaza para tomarse un refrigerio. Frente a ellas se sitúa el Hotel Roch, del que supuse dependía aquella terraza.


En la plaza nace o acaba la calle de la Font. El nombre se debe a la fuente “Vella” (vieja), situada hacia el oeste, a unos 200 metros saliendo del pueblo.



Volveremos a encontrar bellas estampas rurales, en las que contrastamos aquellas añejas entradas a los establos para descargar los animales el heno o la paja, hoy abandonado su uso, con aquellas reconvertidas en residencia humana.


Bien curiosa se presentó la autodenominada “tienda más pequeña del mundo”, con objetos y cajas de regalo sorpresa, que lo escoge y paga cada uno, sin aparente control. Una muestra de confianza en la honestidad humana, tan poco usual en la actualidad, que tan solo por ello vale la pena adquirir algo.



La calle acaba con los muros occidentales del conjunto de edificios de Can Arnau. En la esquina de la calle la casa presenta un muro circular, pensamos que podría haber correspondido a una torre, dado que la composición de la mampostería era mucho más antigua y podría corresponder a una de las entradas del hipotético pueblo amurallado medieval.



Salimos por la vertiente occidental del pueblo, en el que aparecen pequeños huertos familiares, una bella estampa uniendo huertos, árboles frutales, pueblo y la preciosa pirámide montañosa.



Nos encontramos al final de los huertos la Casa Sobirà, hoy Casa Moner.


La casa nace en 1501, con la unión de Pere Julià y Joana Bellera, heredando su hijo en 1674 el amplio patrimonio familiar y en 1676 los bienes de Francesc Julià, abad de Llessui.


Joana M. Julià se casa con Rafael de Sobirà, siendo esta casa de origen noble daría pie al cambio de apellido, dinero y poder la convertirían, no tan solo en una de las más ricas del Valle que desde el siglo XVII ya lo era, sino también en una de las principales Casas fuertes de toda la Comarca.


En la generación siguiente Josep de Sobirà se casará con Emerenciana Geraldina, cuñada del general Moragues. Por lo que parece Josep adquirirá los derechos señoriales del Valle de Àssua, lo que no encontré explicación de su temporalidad, ya que su relación con el principal general del ejército Catalán derrotado, hace prever problemas con el centralista rey vencedor.


Su nieto Francesc Ignasi de Sobirà contrajo matrimonio con Francesca Geralt, pero murió en 1798 sin descendencia, contrayendo la viuda segundas nupcias con Antoni de Moner en 1805. 

Su muerte dos décadas después también sin descendencia, haría que el viudo contrajera un segundo matrimonio con Francesca Bertran del que nacería Francesc Antoni de Moner, apellido con el que continúa hasta hoy en día la saga familiar de esta casa.



Por debajo de su protegido paso regresaríamos a la calle Mayor, desde la que nos orientaríamos hacia el coche.


La Mola de Sall


En el Pallars Sobirà, lleno de ríos y corrientes permanentes de agua ( a veces demasiado impetuosas), los molinos hidráulicos ya existían desde la Alta Edad media, aunque sería en el siglo XVII cuando se produciría un importante desarrollo.


Se calcula que en el Pallars Sobirá mantuvo activos hasta el siglo XX entre 130 y 140 molinos, de los que Rialp y la Vall d’Àssua tendrían una quincena.


Ya hablamos del abandonado y aislamiento que se produjo en la comarca con el modelo centralista industrial de Barcelona, en base de la autarquía económica hasta entonces vivida se buscaron la vida construyendo pequeñas centrales eléctricas y continuaron utilizando molinos y serradoras hasta la década de los 60. Cuando ya hacía muchas décadas que habían desaparecido en el resto de Cataluña.


En Altron desde el siglo XVI se conoce la existencia de un molino harinero. En 1924  Joaquím Moner de Casa Sobirà de Altron y Josep Bertran de la homónima casa de Surp, adquirieron los derechos de agua de una antigua concesión y construyeron el Molino de Sall y una mini central hidráulica. Aún hoy se conserva el edificio y la maquinaria que molía el cereal y dio luz a los pueblos de Altron, Rodés, Caregue, Escàs y Sorre.


Los propietarios se la vendieron a la C.M. Eléctrica de Altrón. S.L. que tenía la pretensión de construir una minicentral de nueva generación para vender la energía a las grandes hidroeléctricas, pero tal explicamos en otro post, el monopolio no permitiría desarrollar ninguna competencia ni particular ni municipal hasta entrar en este siglo.


La minicentral está situada en el punto que se unen las aguas del Barranco de Altron y del río Berasti formando el torrente de Sant Antoni. 

Se puede llegar por una pista forestal situada a la izquierda de la carretera de Escàs, pero según parece no hay ningún cartel que lo indique. 


Mapa de Altrón y ermitas colindantes. Web: ICGC.


ESPÓS (despoblado)


Según parece el topónimo Espós figura en el año 849 como CIvitate Expósita en un documento del conde Frèdol de Tolosa, otorgando al Monasterio de Guerri sus posesiones.

Apareciendo en la realción de los numerosos bienes del Monasterio de Guerri en el siglo XI la Civitate Expósita.


Este pueblo se situaba en una inclinada ladera de una colina, en la que en sus alturas se producía la explotación pedrera, compuesta por estratificados de roca calcárea marmórea.

Se pueden apreciar aún los tres frentes de extracción, conos de distribución y lugar de carga.

Unos cien metros por debajo, oculto bajo la naturaleza se encuentran los fundamentos del pueblo, en el que se aprecia un grupo de viviendas escalonado. Cercaba la colina un muro.


En el camino de 2,5 m de ancho que unía la cantera con el antiguo camino de OLP a Arton, se pueden apreciar a cada lado muros de piedra bien obrados.


Se ha comprobado que los pueblos de Altron, Sorre y Bernui la mayor parte de sus piedras son de esta cantera, por lo que parece desde el Alto medievo que Espós funcionaba como centro de extracción y distribución de piedra desbastada para la construcción.


De desconoce el siglo en que fue abandonada la explotación y el pueblo.


Mapa sudeste de Altron. Web. ICGC.


Senderismo desde Altron


Uno de las rutas próximas (unos 3 km ida y vuelta) es la fuente de Libeto, cercana a la borda de Bernadí y que un poco más adelante nos encontraremos con el magnífico bosque maduro de fresnos

Si lo vuestro es la espeología, atravesando el bosque hacia el noroeste llegaremos a la 


Sima o fosa del Tinc-Ca-Tinc.


La sima de 43 m. de profundidad, era conocida desde tiempos remotos por la población, pero no sería topografiada y fotografiada hasta 1974 por miembros del GES-CMB.

Unos dos metros de boca cuadrangular dan paso a un pozo vertical de 22 m con una base alargada. Dos fuertes pendientes siguen descendiendo unos 15 metros más en los que encontraremos las paredes y techos bellamente decorados con estalactitas.

Altrón y sus alrededores. Web. ICGC


La ruta a la Mola de Sall y el despoblado de Espós forman parte de otros recorridos más largos, en el caso de la Mola de Sall: Surp y Rialp, y en el caso de Espós nuestros pasos se orientan hacia Olp o Sort.


Recorrer los antiguos caminos que unen los pueblos de “la Vall de Àssua y el Batlliu”, forman parte de múltiples propuestas senderistas, de las que os dejo la colección de Wikiloc , con itinerarios para todos los gustos, tiempos y distancias.


Eran las 9:20 h. cuando salimos de Altron en dirección a Sorre.

SORRE


Según Joan Coromines, Sorre, igual que Surri y Sorpe proviene de la etimología iberovasca: “çur”: madera. Que con el sufijo -be (transformándose en -pe y en -re) significa: bajo de. Es decir, bajo de madera, bajo de bosque.


Sorre seguirá las vicisitudes medievales de Altron hasta final del bajo medievo. Vuelve a la corona en 1518 cediéndola a Bernat Areny, más tarde formaría parte del señorío del Marqués de Llo.



En el fogaje de 1553 se declaran 8 fuegos laicos y 1 eclesiástico, reuniendo 45 habitantes. 


A mediados del siglo XIX agrupaba el pueblo 11 familias (cabezas de casa), conviviendo 89 vecinos. Cultivaban centeno, patatas, judías y heno. Se criaban vacas y ovejas y disponían de abundante caza de liebres, perdices y truchas.


Siguiendo el mismo proceso de despoblación durante el último tercio del siglo XX, entraría en el nuevo siglo con 20 habitantes. En 2021 convivían 15 almas.

La fiesta mayor se celebra el penúltimo domingo de agosto.




















Dejamos el coche antes que la calzada se bifurcara hacia la derecha en dirección al interior del pueblo, después veríamos que dicha calzada circunda el pueblo por su vertiente oriental hasta alcanzar el norte.

Observaríamos al marcharnos de la villa que se puede aparcar bien en la parte alta cercana a la iglesia. Pero creo que el ir ascendiendo por el interior de este pueblo en el que se apiñan las casas con numerosos pasos bajo ellas y dividido tan solo por una calle, es un espectáculo de sensaciones que vale la pena disfrutar desde abajo.

Aunque muchas de las casas están modernamente restauradas conservan con empeño la esencia rural.


Tienes una sensación de protección comunal en el que en los rincones se transforman en puertas de otro tiempo.

 

Una vez en la única calle central de Sorre, nos dirigimos por ella hacia el noroeste, lugar en el que se sitúa la parroquia separada ligeramente del pueblo.

Sant Esteve de Sorre


Aparace por primera vez el lugar d’Assor (Sorre) en la acta de consagración de la Seu d’Urgell, pero no es mencionada la iglesia hasta la visita de los delegados del arzobispado de Tarragona (1314-15) en su recorrido por las parroquias del decanato de Montenartró.


En la visita pastoral de 1575 se hace constar que hace falta reparar con urgencia el techo. En la visita pastoral de 1758 se obliga en el plazo de ocho meses a renovar el Altar y el encalado de su interior.


Actualmente depende de la parroquia de Rialp y de ella las capillas de Santa Ana (la que visitaríamos por el camino en el ascenso de Llessui a Caregue)  y Sant Antoni ( no encontré referencias explícitas de dicha capilla).



El templo, situada su alza en el siglo XI, sería transformado en el siglo XVII añadiéndose las capillas en los laterales norte y sur de la nave, y la torre campanario en el sudoeste de la nave.


La sillería es de piedra pizarrosa alargada, bien cortada y dispuesta en regulares hileras, una característica que iremos encontrando en las iglesias del valle.



El edificio original románico de nave rectangular y un pequeño ábside semicircular encarado hacia levante por debajo del nivel de la nave. En el que hay en un lateral una ventana de medio punto rebajado.


En el muro sur, adhiriéndose una capilla y la torre campanario, aún se puede apreciar entre ellos un fragmento del muro original cubierto por un porche, en el que se pueden apreciar tapiadas una ventana de doble derrame y la puerta románica con arco de medio punto con dovelas bien cortadas y una hilera de losetas planas a modo de arquivolta.


Los mismos detalles los descubriremos en la Mare de Déu de Bernui, pero en este caso se muestra semi enterrada la puerta, indicando el nivel mucho más abajo que entonces tenía. Por encima se abre una moderna ventana cuadrada.



En la fachada principal orientada a poniente, bajo el piñón del tejado se abre una ventana cruciforme en apariencia original, bajo de la que se muestra el óculo trompeteado y la puerta rectangular con dintel de piedra de fractura moderna.


En el ángulo sudoeste se levanta la torre campanario de base cuadrada, convirtiéndose en octogonal irregular por encima del piñón del tejado.


Tiene cuatro alargados vanos (alguno tapiado medio cuerpo) con arcos de medio punto adovelados.


Lo corona una pirámide octogonal irregular revestida de pizarra con inflexión en la base muy baja. Cuenta con una amplia cornisa por encima de la moldura plana que circunda la torre.



Lo corona una pirámide octogonal irregular revestida de pizarra con inflexión en la base muy baja. Cuenta con una amplia cornisa por encima de la moldura plana que circunda la torre.



Continuamos ascendiendo hasta los límites del noroeste en el que figura el castillo de Miquel. No sé si se hace referencia a un antiguo o moderno castillo, en todo caso se unían modernas restauraciones con añejos rincones creándose bellas postales.



Orientándonos por la vertiente oriental del pueblo obtendremos una bella panorámica del valle, con Rialp insinuándose al final de éste.



Descendimos por la vertiente oriental en la que se encuentran un numeroso conjunto de edificios, que si no estamos mal informados eran dependencias de Can Tarré. Es indudable que si estábamos en lo cierto, era o fue la Casa pairal más importante de Sorre.


Volviendo a internarnos por debajo de sus casas, la verdad es que hubo un momento que ya no sabíamos en qué dirección andábamos, lo que estaba claro que era para abajo, por lo que no tardamos en llegar a la calzada que bordea por oriente el pueblo, en su inicio estaba el coche.



Senderismo desde Sorre


El objetivo familiar más cercano, a poco menos de un kilómetro y situado hacia el norte, es La capilla de Santa Ana, con fuertes pendientes pero a menos de un kilómetro.

Suele formar parte de recorridos más largos, por ejemplo Caregue y Escàs, con el desvío al oratorio de la Mare de Déu. Una ruta circular de unos 10 km, que podéis hacer en menos de tres horas con dificultad técnica moderada.


Hacia el este Llessui, Saurí y Bernui, que de forma circular podremos recorrer en poco más de dos horas los 7 km. Dificultad técnica moderada.


Hacia el noroeste pasando por la Mola de Sall, Cortinos, Surp, Escàs. Recorreremos 12 Km, necesitando menos de 4 horas con una dificultad técnica moderada.


Por último desde aquí en una excursión circular de 11 km, de unas  tres horas y con dificultad técnica moderada podemos alcanzar Altrón, la fuente de Libeto y el “forat” del Tinc-Ca-Tinc.



A poco menos de cien metros del lugar en el que aparcamos, a la izquierda y a pie de carretera se encuentra la Font de Torra.

Una fuente de piedra con arcada protectora, muestra sobre ella una roca granítica con la efigie cincelada de Josep Torra i Cairol. 


Este clérigo destinado en Sorre durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), promovió la construcción de la carretera hasta Sort, que el agua llegara a las casas, inició diversas obras de mejora en los pueblos y una gran campaña de promoción de los productos agrícolas y ganaderos del valle.


En su placa de agradecimiento, el pueblo califica a este clérigo comprometido con el pueblo y la vida rural: “Un mossèn com cal” (Un cura como tiene que ser)



Dijimos adiós a Sorre a las 10:40 h. Nuestro próximo destino sería por orden de visita: Saurí, Bernui y LLessui (Ruta 11-II-).


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“La Vall d’Àssua” un paisaje de novela


El paisaje y los pueblos del Valle inspiraron a María Barbal, descendiente de la Casa Pona de Altron, a escribir la Pedra de tartera.

Ambientada en el Pallars desde principios de siglo hasta los años sesenta, la vida de Conxa se ve fuertemente marcada por los acontecimientos históricos: el advenimiento de la República, la Guerra civil española y los primeros años del franquismo y por las características propias de su entorno: la pobreza de la familia, el tener que vivir en casa de los tíos y ser víctima del sistema patriarcal en el que se estructura la sociedad rural donde vive.


 Una escultura plana y de metal situada en el extremo del pueblo rinde homenaje a la obra literaria y a su autora.



Quizás la obra más reconocida literariamente sobre el valle es “Les Veus del Pamano” de Jaume Cabré. Un maestra encuentra 60 años después, tras la pizarra de una escuela a punto de ser demolida en este valle, una cajita con una larga carta que jamás llegó a su destinatario del entonces joven maestro del pueblo.


Es un retrato despiadado y lúcido de los entresijos de la sociedad española desde la guerra civil hasta nuestros días. Una novela extraordinaria sobre las luces y las sombras de los vencedores y los vencidos, de villanos, maquis, falangistas y héroes anónimos; poniendo acento en la fuerza de la vivencia humana y la fragilidad del recuerdo histórico.


Montserrat de Moner, hija de la Casa Subirà d'Altron, escribió  Catorze generacions d'una casa pairal del Pallars”, basándose en la saga de tres famílias del pueblo de Altron desde el siglo XV hasta nuestros días.


Verd madur, es un libro de Joan Virós,  que en 1961 se adaptó el libro con  la una película “Siega Verde” dirigida por Rafael Gil,  no sería estrenada su versión en catalán hasta 1968.

En Llessui conviven dos clanes centenarios,  uno rico y el otro pobre. Descendientes de estas familias se enamoran haciendo prevalecer el sentimiento frente a las clasistas y represivas convenciones sociales. Son muy bellas las descripciones del pueblo, sus altas montañas, lagos, Bordas…


“Dones de Ferro” de Margarida Codina, es una preciosa novela situada a principio del siglo XIX en Sorre, en el que aparece asesinado el heredero de la casa más rica de la comarca, intentando enterrarlo pronto para esconder su asesinato, pero se inician sospechas al llevar piedras en el bolsillo. Coincidiendo con la desamortización de Madoz, nos muestra un mundo en el que se abren nuevas oportunidades para cambiar la vida, hasta entonces negado a las casas pobres. Un retrato hiriente de la celosía y rivalidad humana en el pueblo y las nuevas ambiciones de hombres de negocios de Barcelona que ven en la montaña una nueva fuente de riqueza.


El Pueblo de Sorre sería el principal escenario de la serie televisiva el Gran Nord en TV3.


Cinco rutas literarias se desarrollan en la propuesta comarcal de rutas por La Vall d’Àssua, un paisaje de novela.



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