PUJALT
Pujalt parte de un topónimo románico de caracter descriptivo : puig (monte) y alt (alto). Lo que provoca que sean varios los pueblos con el mismo nombre en Cataluña. Por lo que no os confundáis si buscáis información por la red.
Está situado a una altitud de 1.163,5 m., al noroeste de Sort y a la derecha del barranco de la Font de Llessui.
Un poco de historia
La referencia más antigua, sin dejar de presentar dudas, se documenta en el año 979 por una donación de tierras en “Pugalto”.
En el año 1082 el conde Arnau II, su hermano Ot y su madre Llúcia dan al monasterio de Gerri entre otros bienes la iglesia de Sta. María de Pujalt.
Si la cita es cierta, quiere decir que se produjo un cambio de advocación antes de la visita pastoral de las iglesias del decanato de Montenartró en el año 1314/15, en la que se nombra titular del templo a Sant Pere. En las visitas pastorales de 1575 y 1758 figura perteneciendo al oficialato de Sort. En la actualidad depende de la parroquia de Sort.
En el fogaje de 1553 declara 5 fuegos laicos y uno eclesiástico, reuniendo 30 habitantes.
En 1857 figuran 106 vecinos. Rodeado de numerosas fuentes y tierras de cualidad media, se cultivaba trigo, cebada, centeno, frutas de invierno y recogían muchas nueces. Se recriaban mulas para el comercio y se mantenían bueyes para las tareas agrícolas. Había abundante caza de liebres y perdices, con unos pocos conejos.
En 1900 se registran 70 almas. En un paulatino y lento descenso alcanzarían el mínimo de 18 habitantes en 1991, incorporándose en el nuevo siglo reuniendo 24 almas. En 2011 eran 32 vecinos y en 2023 figuran 37 censados.
Pujalt, conocido también por El Pujalt, hasta 1976 formó parte del municipio de Enviny. En la actualidad la actividad ganadera bovina continúa. El turismo, aunque tímido, parece comenzar a formar parte de su economía.
Dadas sus características iremos presentando los diferentes servicios de alojamiento a medida que los vayamos descubriendo por el pueblo.
Recordamos que nuestra política documental presenta los servicios, pero no identificamos su fachada, evitando agravios comparativos al no hacerlo con todos.
La Fiesta Mayor se celebra el primer fin de semana de setiembre.
La carretera recorre la pequeña vertiente oriental del alargado pueblo, aparcamos en las proximidades de la moderna iglesia de Sant Pere.
Sant Pere de Pujalt
La iglesia se levantó en 1959, utilizando una silleria de alargadas y pulidas piedras pizarrosas (esquistos) y los techos se cubrieron de losas de pizarra.
Integrándose en equilibrio con las iglesias del Batlliu, muestra un estilo ecléctico con inspiraciones gaudinianas y amante del triángulo que, aunque distanciada de las formas tradicionales, su singularidad no deja de aportar una humilde belleza propia de las iglesias que la rodean.
Se levantó en 1959 esta obra de Isidre Puig i Boada, el mismo arquitecto de la nueva ermita de Sant Joan de l’Erm de la que hablamos en la Ruta 10 -I-.
La iglesia es de planta rectangular orientada a levante, presenta en el muro sudeste un cuerpo adosado en el centro, sobre el que se levanta la torre campanario.
En su base se abre la puerta con arco rebajado, con dovelado angular y montantes inclinados a los lados. Lo cubre un saliente angular en el centro y horizontal por los lados.
Por encima del nivel de la cubierta de la nave, el campanario tiene forma de tronco piramidal, volviendo a adquirir por debajo del vano la forma cúbica.
En el piso superior se abre en cada cara un alargado vano rectangular con arco angular dovelado, en los que distinguimos tan solo una campana.
Está coronado por una pequeña cubierta piramidal sin inflexión con una amplia cornisa revestida de pizarra.
Las cuadradas ventanas, rodeando la nave, por el exterior se muestran sobrias con una triangular y dovelada cabecera tapiada. Pero en su interior, el cuadrado de luz se inclina formando un rombo regular, manteniendo en el centro la cruz enmarcada por un cuadrado dentro de un octógono.
De su humilde y luminoso interior, es de destacar la falsa bóveda sobre el altar, formada por estilizadas pirámides invertidas a modo de ¿blancas estalactitas o estrellados rayos de luz divina?
No lo sé, posiblemente los dos, pero es indiscutible su belleza.
Nos habíamos fijado en la cantidad de oberturas triangulares que recorren la parte superior de todos los muros en su exterior, pero en su interior no descubrimos su función, al menos lumínica.
A su lado del templo, incorporándonos al interior de la villa, se encuentra la antigua escuela, la que sería más tarde la primera sede del Museo de la Mariposa.
Recordamos que el antiguo camino de Olp a Pujalt es conocido por el camino de las mariposas, lo que hacía apropiado el lugar para el museo, pero los visitantes eran muy pocos, especialmente pensando en la cualidad y categoría de la muestra, por lo que en 2018 sería trasladada a Ribera de Cardós a pie de carretera.
En estas dependencias se rodaron también algunas secuencias de la miniserie “les Veus del Panamo”.
Frente a la rectangular plazuela, abierta delante de la escuela, al otro lado de la calle, se aprecia otro amplio espacio abierto que supuse era la plaza Mayor, con su correspondiente fuente.
A la derecha se encuentra el florido Albergue Ca l’Anton.
Una amplia casa rural que ofrece habitaciones con baño para parejas o grupo familiar, o toda la casa para una capacidad de 37 (50 en grupo de colonias).
Ofrecen completa y media pensión. Valorándose mucho la cualidad de su cocina tradicional con productos km 0, igual que la atención que dispensan sus anfitriones Josep y Anna. Tiene una añeja y numerosa valoración que le otorga un 9.
Por lo que vimos también tiene un servicio de bar (en verano) con varias mesas en la calle dispuestas para el transeúnte, un cartel ofrecía platos combinados, bocadillos, etc…
Continuando ascendiendo nos incorporamos al núcleo más antiguo del pueblo, en el que la casas presumen todas de muros anteriores al siglo XX, la mayor parte muestran buenas restauraciones, conservando las tradicionales ventanas y puertas con arcos rebajados adovelados.
El paseo por su interior se hace por calles limpias, pequeños jardines, el enrejado tradicional, bellos rincones luciendo el enrejado tradicional en sus ventanas, pasos por debajo de las casas…
Descendimos por la derecha por debajo de un puente uniendo dos casas hacia los límites orientales, punto en el que podemos contemplar el despoblado de Pernui sobre Sort.
Descendimos hacia los antiguos lavaderos, cercanos a los campos de siembra. Hoy están convertidos en balsas para uso agrícola. Se obtienen desde aquí una excelente perspectiva de los límites del pueblo.
Retomamos el ascenso hacia la parte alta, pasando por debajo de las apiñadas edificaciones.
Nos dimos cuenta que en algunas casas las ventanas eran todas cuadradas, estando tapiados antiguos arcos.
Nos preguntamos : ¿la rehabilitación de las casas ahondan en devolver la curva o las que ya lo perdieron se restauran con dintel?
Aunque este tipo de ventanas y puertas parece que se desarrolló en todo el Batlliu de forma singular, en Pujalt se conserva su vestigio en casi todas las casas.
En la parte alta del pueblo se encuentra Casa Beta, un apartamento rural totalmente equipada para 4 personas, con dos habitaciones y dos baños. Cuenta con terraza y está adherida a una granja. Tiene una valoración media de 9.
El apartamento forma parte de un conjunto arquitectónico con fundamentos del 1530, fecha que consta ya la familia Beta dedicada a la cría de ganado bovino.
Continuando hoy con la tradición, ofrecen una venta de sus carnes ecológicas de vaca bruna.
No pretendíamos comprar carne, dado que el calor del día y dentro del coche no ofrecían la seguridad de un buen mantenimiento, pero tampoco encontramos una puerta que nos abriera esta posibilidad, por lo que pensamos que la casa rural sería la referencia.
En el extremo del pueblo se alza Casa Forn (Horno), supongo que el antiguo horno no tiene nada ver con la moderna edificación dedicada al turismo rural.
Casa Forn oferta un apartamento con un elegante interior totalmente equipado para un máximo de 6 personas, cuenta con 3 habitaciones dobles, 2 baños y un amplio comedor con chimenea. Con un número pequeño de valoraciones (2023) alcanza la media de 9,6.
Desde aquí, en el que las edificaciones están levantadas durante este siglo, obtendremos hacia el oeste la espectacular vista del macizo de la pica d’Estat, un telón de fondo de postal señalando los altos límites comarcales y nacionales.
Regresamos hacia el aparcamiento por el límite norte del pueblo, a mitad de la calle nos incorporamos de nuevo por su interior, observando pronto la torre de la iglesia.
Aunque el paseo fue demasiado rápido, nos encantó este pintoresco pueblo, un sitio perfecto desde el que recorrer el Batlliu. Al margen de su oferta de alojamiento, era el único pueblo del Batlliu en el que podemos comer (en verano), aunque sea solo un plato combinado en la plaza Mayor.
Senderismo desde Pujalt
Tal como iremos repitiendo, os remito a las propuestas de recorridos por el Batlliu que hicimos desde Sort, sendas ancestrales que lo unían pasando por Castellenviny o su caminos occidentales pasando por Enviny, Montardit de Dalt, Llarvén….
Recordar que la ruta andando hacia OLP es el camino de las mariposas (primavera-verano) unos 2 km de paseo familiar que en poco más de media hora podéis hacer.
Uno de los más espectaculares trayectos es hacia las Bordas de Enviny, pasando por la ermita de Sant Roc. Os dejo esta propuesta circular que parte de Sort, pero que podéis iniciar desde Pujalt.
Si queréis alcanzar alturas, os propongo el Tossalet Roi (1983 m), Tuc de la cometa (2446 m), Cap de Cabristà ( 2373 m) y Cap de l’Aubaga d’Ancs (2223 m), un circuito circular desde Pujalt, en el que necesitaremos alrededor de 7 h. para recorrer los 22 km de dificultad técnica moderada.
Por el camino y al lado de la calzada nos cruzamos en lenta marcha con un rebaño de ovejas. Paramos y oteamos los alrededores, ni perro pastor ni dueño vimos. En Enviny descubriríamos que no estaban solas, simplemente era la avanzadilla de un gran rebaño.
Nos acercamos a los perfectos desbrozadores arbustivos de los límites de la carretera, percibiendo que nuestra presencia, ignorándola ellos, no alteraba lo más mínimo su labor alimenticia.
Sabíamos que a poco menos de un kilómetro antes de llegar a Enviny, hay un cruce a la derecha que nos orienta hacia Alpaca Pirineu por un camino de tierra.
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Alpacas. Foto: web. Alpaca Pirineu |
Llegamos a Enviny, aparcamos en los límites sureños del pueblo, situado al lado de la carretera.
ENVINY
Joan Coromines dictamina que el topónimo románico proviene del latín: in vicinio, aunque su traducción parece tener dos significados distintos : “en el viñedo o en la vecindad”, polémica de la que ya hablamos en Castellviny.
Está situado en la vertiente meridional de una cresta en el extremo sudeste de la Sierra de los Planes, bastante elevado a la izquierda sobre el Barranco de Montardit, cercano y al este de Llarvén y un poco más lejos al norte de Montardit de Dalt. Domina un amplio territorio con abundantes zonas de pasto.
Un poco de Historia
Posiblemente la primera referencia histórica se tiene por la necrópolis de cinco nichos datados entre el siglo IX/X, encontrados a unos cien metros delante de la Iglesia, enterramientos en tierra con apoyo lateral y superior de piedras.
Ya hablamos en Castellviny del misterio de su castillo, pero lo que también está claro que Enviny mantenía una importante fortaleza desde el siglo XI.
En el 970 se documenta la “villa Imbicinio”, la que se supone hace referencia a la actual Enviny.
El castillo sería nombrado en 1081en referencia a su término territorial, en el que Artau I da una importante masía y sus tierras al monasterio de Gerri.
También sería escenario de los pleitos de Artau II con la Seu de Urgell, de los que hemos hablado en diversas ocasiones, en los que también participan su hermano Ot, su tío Ramón Guillem y la condesa Llúcia.
Por lo que parece desde 1088 pertenecería sin interrupciones a los condes del Pallars Sobirà hasta 1497, en el que perdiéndose la soberanía condal pasaría al Marquesado de los Cardona.
En el año 1553, “Cuviny” testimonia 16 fuegos laicos y 2 eclesiásticos (unos 90 habitantes).
Tres siglos después alcanzan los 177 habitantes.
Comenzarían el siglo XX con 149, pero en 1930 ya se había reducido a 119, no dejando de despoblarse hasta alcanzar un mínimo de 13 vecinos en 1981. Entrarían en el actual siglo siendo 26 vecinos, el mismo número de censados que encontraremos en 2022.
Enigma histórico
En marzo de 1944 un avión de cuatro plazas alemán cayó cerca de Enviny, encontrándose el cadáver del piloto alemán. Basado en el testimonio de vecinos del pueblo y de un especializado historiador, Jaume Albert Ollé escribirá “Els llops sempre tornen” (los lobos siempre vuelven) en los que sugiere una explicación a estos extraños acontecimientos guardados en secreto.
Servicios turísticos
Casa Camp (¿antes casa Poble?), es una casa del pueblo con fundamentos del finales del siglo XV, en la que durante medio milenio se ha ido transformándo,, la última en este siglo, luciendo hoy una elegante restauración moderna.
La casa íntegra es para un máximo de 15 personas, con 7 habitaciones con baño. Cocina totalmente equipada, barbacoa, aparcamiento, adaptada para personas con movilidad reducida.
Festividades
La Fiesta Mayor se celebra el penúltimo fin de semana de septiembre.
El primero de mayo se realiza desde aquí una concurrida romería a la ermita de la Virgen del Soler.
Un pueblo con trazado medieval y bella iglesia barroca.
La villa está situada en la inclinada ladera de una colina, en lo alto se situaba el Castillo con las casas dispuestas como si bajaran en escalonada cascada desde él. Conserva la silueta rectangular de la villa cerrada que la configuró en su origen.
El pueblo de Enviny conserva la memoria del apellido de 21 familias, muchas de ellas habitadas por sus descendientes, sean primeras o segundas residencias.
En su interior tan solo hay tres edificaciones que mantienen muros anteriores al siglo XX, el resto fueron levantadas en el primer tercio del siglo XX y muchas reformadas a finales del mismo.
Desde la carretera, observando el frontal del pueblo que nos da la bienvenida, destacan
las grandes edificaciones a dos aguas enlucidas de blanco con aquellas de piedra vista levantadas a principios del siglo XX con tejados de cuatro, dos o una vertiente. Algunas son fruto de la habilitación de cuadras y pajares, otras humildes casas que muestran importantes reformas a finales del mismo siglo o principios del nuevo.
La mejor observación de esta variedad de formas arquitectónicas es desde la carretera. Desde el interior del pueblo, dadas las grandes dimensiones de las viviendas y la estrechez de las calles es imposible obtener una foto completa de la fachada.
En los límites occidentales del frontal del pueblo se encuentra la única casa levantada en este siglo (por ahora), bonita, pero no tiene nada que ver con el resto del pueblo, incluso desiente con la piedra al ser la madera la que cubre sus muros.
Al otro lado hay una edificación levantada a principios del siglo XX, manteniendo con paredes de piedra vista las tradicionales ventanas con arco rebajado y tejados de pizarra. Entre ellas dos se distingue arriba una casa enlucida de blanco con un frontón a dos aguas con un friso sobresaliendo en su interior que le otorgaba un aire neoclásico.
La disyuntiva moderna se expresa observando las edificaciones hacia el este, encontrando la rehabilitada Casa Camp (casa rural) en el que los rasgos tradicionales prácticamente han desaparecido, mientras que al lado un poco más arriba se puede ver la hermosa y blanca masía, en la que aún se muestran antiguas ventanas de medio punto cegadas, mientras las rectangulares puertas de las balconadas individuales mantienen el arco rebajado en su moldura. Bonito reloj de sol.
Aunque estábamos cerca de Ntra señora de la Candelera, dejamos su visita para vuelta y nos dispusimos a ascender por la milenaria villa. Elegimos hacerlo por una una calle en la que el verde lo pavimentaba. En la primera esquina continuaremos por un inclinada calle asfaltada con escaleras dividiéndola.
Lo primero que se descubre es un pueblo bien cuidado, limpio y lleno de escaleras con floridas plantas en sus peldaños o en los portales de las casas; todo ello acompañado por largos pasos por debajo de las casas.
Por el interior del pueblo la piedra vista se hace la protagonista y no tienes la sensación de la disparidad arquitectónica que sientes desde abajo.
En el extremo suroeste encontraremos la antigua escuela, con aire modernista, las ventanas y puertas rectangulares del primer piso están enmarcadas con arco rebajado, mientras que en la planta baja mantienen el arco rebajado. A su lado observaréis una bella puerta con ovalado arco de herradura cerrado y pequeño.
Continuando ascendiendo hacia el noroeste, encontramos lo que supusimos un antiguo depósito de almacenamiento de agua. Al estar cubierto en parte, le otorgaba una imagen de gruta, no encontré ninguna fuente que lo llenara, ni descubrí su posible uso hoy.
Continuando ascendiendo unos metros, llegamos a lo que parecía ser el acceso bajo las casas, del espacio que un día ocupó el castillo.
Pocos testimonios quedan de la fortaleza, tan sólo se observan algunos trozos de lo que posiblemente fue la muralla, distinguida por el tamaño y pulido de la piedra.
Ascendimos a la derecha hacia el extremo noreste, desde aquí los posibles muros antiguos se confunden en el interior con los modernos límites agropecuarios escalonando la colina. Se hace difícil imaginarse la fortaleza, pero sí podemos reconocer la amplia extensión militar que coronó durante cuatro siglos la villa cerrada.
Desde aquí se accede por una senda a la ermita de Sant Roc, situada a un kilómetro del pueblo.
Sant Roc d’Enviny
A pesar de que se sitúa su construcción sin precisión a finales del medievo (entre finales del siglo XIII y principios del XV), sigue las formas de construcción propias del románico tardío.
Es un templo de una sola nave con ábside semicircular abriéndose a toda la nave que ha perdido el techo, se pueden ver los fundamentos de la bóveda de cañón que la cubría.
La puerta actual del muro se abre a poniente, pero en su origen se situó en el muro sur, entre los tres robustos contrafuertes, se puede apreciar tapiada la puerta original con arco ligeramente apuntado. También tapiada se puede distinguir una ventana.
Sin disponer de tiempo para ascender a la ermita, después del deleite contemplativo del entorno verde, iniciamos el descenso. Fijaros en la floración de la estratificada piedra pizarrosa sobre la que se aposentan las casas, utilizando en sus muros la misma piedra.
Un laberinto de pasos subterráneos nos volvió a situar en la vertiente suroeste de la villa.
Nuestra intención era alcanzar la vertiente contraria, por lo que por la primera calle que encontramos giramos a la derecha, cruzando por un bonito paso inferior envigado.
Pero la calle finalizaba sin poder continuar recto, ni descender. Regresamos sin opción sobrd nuestros pasos.
Giramos por la segunda calle a la izquierda, en su límite se presentaba la opción de descender o ascender, nos decidimos por lo segundo. En esta ocasión pudimos alcanzar nuestros objetivos, el primero lo traspasamos en pocos pasos: la Casa Aytés (una de las familias más importante de la comarca desde mediados del siglo XVIII).
El personaje más ilustre sería Salvador Maluquer Aytés, nacido en Enviny en 1810, abogado, jurista y político, llegaría a ser presidente de la Diputación de Barcelona (1864-66) y alcalde de la ciudad condal (1866-69).
El apellido también está unido al desarrollo hidroeléctrico, el desvío del río y la industria turística (familia originaria del hotel Pessets en 1851) de Sort; en la actualidad dos hermanos Aytés son miembros fundadores de las Bodegas el Batlliu.
A unos cincuenta metros de la Casa, se encuentran las ruinas de su ermita particular del siglo XVIII.
Santa Llúcia de Casa Aytés.
Aunque es un Bien integrante del patrimonio cultural catalán, se permitió a finales del siglo XX el derrumbe del techo.
Es una humilde construcción de una sola nave rectangular. La mampostería es de piedra pizarrosa ligeramente desbastada de tamaño medio, siendo mayor en los ángulos.
Sobre la puerta con arco de medio punto dovelado se abre un pequeño y deteriorado óculo bocinado.
Corona la fachada una espadaña de un solo ojo que perdió el tejado. Pocos restos señalan que en su día lo cubría un enlucido blanco.
En los muros laterales se pueden apreciar un contrafuerte a cada lado.
Regresando al inclinado rectángulo vecinal, a los pocos metros descendiendo, nos encontramos los antiguos lavaderos bajo dos arcadas de medio punto cubriéndolos.
La verdad es que el paseo por el interior del pueblo está lleno de detalles e imágenes dignas de atención que nos transportan constantemente al pasado, por lo que os recomiendo que no andéis con prisas al recorrerlo.

Acabamos la visita descendiendo por la salida suroriental, al otro lado del lugar en el que habíamos aparcado.


Después de unos minutos de contemplación de la fachada, pensando que me gustaba más su interior a pesar de sus interesantes singularidades, observamos una mancha blanca descender por la carretera, un rebaño de varios cientos de ovejas la ocuparía en su ordeñado tránsito sin pausa durante más de quince minutos.
Nos dirigimos a la parroquia, que en su conjunto: iglesia, cementerio y alrededores ofrece bonitas postales, cooperando el municipio con un simbólico ajardinamiento.
Un asiento de piedra bajo la sombra de un fresno nos convida a sentarnos, arropados por el murmullo del agua de la fuente sentiremos la profunda paz del entorno.
Mare de Déu de la Purificació o de la Candelera.
Ya hablamos en OLP de la procedencia canaria de La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelera y del cambio de nombre eclesiástico realizado a finales del siglo XIX.
En la visita pastoral del 1575 incluida en el oficialato de Sort, el templo estaba advocado a Santa Maria. En la visita pastoral de 1758 estaba dedicado a la Virgen de la Candelera. En 1904 el templo aparece con la titularidad de “Nostra Senyora de la Purificació”.
La iglesia es la sede de otras seis parroquias del Batlliu, además de la ermita de Sant Miquel, la capilla de Sant Roc y la capilla particular de Santa Lucía de Casa Aytés.
Es un edificio con fundamentos entre los siglos XI y XII, siendo totalmente transformado en el siglo XVIII. Los únicos restos del templo románico se pueden apreciar en los muros exteriores de la fachada de poniente, en el ángulo noroeste de la nave y parte de la fachada de la curva absidial, caracterizándose por una mampostería bien cortada y pulida, disponiéndola de forma ordenada en hileras uniformes y regulares.
Aunque no se observan en estos muros antiguas entradas de luz, en la fachada noroeste se pueden apreciar unas dovelas por encima de los tejados de las capillas que podían haber sido ventanas.
Desde esta posición podréis observar que la base del ábside, situada en un lado del torrente que separa el templo del cementerio, se encuentra a un nivel más bajo que el pavimento de la nave.
También desde aquí podréis apreciar que la cruz que corona el campanario, parece ser que el pajarito de metal la inclinó hacia su lado.
Hacia poniente se encuentra la puerta de entrada con arco de medio punto adovelada con piedra pizarrosa en hojas de libro, sobre la que se abre un pequeño óculo con un perfecto dovelado circular.
El campanario es de base cuadrada, transformándose a nivel de tejado en octogonal irregular, en la que se abre en cada cara un amplio vano con arco rebajado. Está dividido por tres molduras horizontales de piedra desbastada que circundan la torre.
Lo cubre una cubierta octogonal irregular revestida de pizarra con baja inflexión a la base.
Nos habían comunicado que la entrada a la iglesia era libre de 10 a 19 h. Por lo que nos incorporamos a su inesperado elegante interior.
La nave está dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de aristas, con dos capillas en cada lado, las próximas a la entrada están cubiertas con bóveda de cañón con arco de medio punto, siendo ligeramente apuntado en las cercanas al ábside, mostrando la situada a la izquierda una bóveda también apuntada.
El arco apuntado o arco ojival, se desarrolló en los templos cristianos alrededor del siglo XII, rompe con el clacisismo basado en la arquitectura romana del arco de medio punto, dada su verticalidad las presiones laterales son menores y permite crear espacios más amplios y altos.
El tramo cercano a la puerta no tiene capillas, a la derecha encontraremos la pica bautismal y una escalera de caracol que asciende al campanario y al coro.
Sorprende ver alzado en la pared, una vez pasado el coro, un amplio televisor. Si disponéis de dos monedas de euro podréis ver un interesante audiovisual interpretativo del hermoso retablo gótico que tras el altar Mayor lució hasta principios del siglo XX, hoy lo hace una copia.
Es la única obra firmada por el pintor Pere Espallargues en 1490, a partir de ella se ha reconocido el extenso trabajo de este maestro.
Ya hablamos de la vergonzosa primera década del siglo XX, por la expoliación sin control realizada en los Pirineos, arrebatándoles a los pequeños y humildes pueblos las obras de arte comunales que le conferían orgullo y singularidad a su milenaria personalidad histórica, religiosa y turística.
En 1909 el retablo fue troceado y vendido, así hoy podemos ver el cuerpo superior en la Hispanic Society of America (Nueva York) y el cuerpo inferior en el Philadelphia Museum of Art.
En 2009 (después de un siglo) se inauguró la reproducción íntegra del retablo realizada con la técnica del Papelgel. Técnica de la que puede presumir Cataluña de ser pionera. Me gustaría también que fuéramos pioneros en devolver a los pueblos el orgullo de mostrar sus expoliadas joyas, aunque sea en una copia.
Después del audiovisual nos entretuvimos en observar el retablo de cerca. Pero no es el único detalle intersante que podréis descubrir: bellas tallas en los laterales, hermosas lámparas de bronce, etc.
Ascendimos al coro, en el que a un sobrio atril tronco piramidal de madera estaba acompañado por una preciosa lámpara de bronce luciendo un delicado calado.
Nos volvimos a situar fuera del templo. Por debajo del puente que une el cementerio con la iglesia, se desciende por escaleras al torrente seco, en el que se inicia la milenaria senda hacia la ermita de Sant Miquel.
Si continuamos podremos acceder por el noroeste a Llarvén y por debajo hacia el sur alcanzaríamos el pueblo de Montardit de Dalt.
Sant Miquel d’Enviny
Situada a poco más de 200 metros desde el puente, tan sólo os comportará unos diez minutos llegar, aunque su estado está bastante mejor que el de los dos anteriores santuarios, posiblemente lo más interesante es el paseo por su encantador bosque.
El Templo se le supone del siglo XI/XII pero sin documentación medieval que lo acredite.
El templo es de una sola nave con estructura de vigas de madera y con una ábside semicircular orientada hacia levante, precedido por un pequeño arco presbiterial que se puede observar sobresaliendo en el muro exterior.
En la fachada hacia poniente se sitúa la puerta y en la fachada sur se abren dos ventanas, una en el arco presbiterial de doble derrame y la otra de un solo derrame.
En el muro sur se muestra una junta vertical que también se repite en el interior, según parece en 1940 sería modificada la nave, alargando hacia poniente la cabecera y ampliando ligeramente la pared norte.
La mampostería es irregular y vasta, en la que tan sólo en el ábside se muestra mínimamente ordenada, especialmente cerca de las ventanas en la que se emplea piedra pómez para dovelar y enmarcar las ventanas.
Hasta el último tercio del siglo pasado, los habitantes de Llarvén detrás del sacerdote y su bandera marchaban desde la parroquia de Santa Coloma hasta la ermita, lugar en el que se celebraría la misa y se cantarían los “goigs” dedicados al arcángel.
Senderismo desde Enviny
Es un núcleo poblacional perfecto desde el que podemos recorrer todo o parte del Batlliu por los milenarios caminos de herradura que unían Bordas y pueblos.
El camino hacia las dos ermitas de las que hemos hablado, e incluso la visita a Alpaca Pirineos, pueden formar parte de circuitos más largos y circulares en todas las direcciones.
Son tantas las propuestas de senderismo para todos los niveles y tiempo que os dejo esta extensa recopilación de Wikiloc.
Nos sentamos en el coche a las 11:40 h., nuestro próximo objetivo era Llarvén, Montardit de Dalt y Bressui, para acabar almorzando en Sort (Ruta 12 -IV-).
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El Almez. Celtis Australis.
El almez o ladón (Lladoner, Lledó o Gaiater en catalán) es un árbol fuerte de tronco recto y de lisa corteza gris. La hoja es caduca y puede sobrepasar los 25 m de altura, presentando una copa redonda y ancha. Muy empleado históricamente como árbol ornamental. Puede llegar a vivir 500 años, siendo muy resistente a la sequía y a la contaminación, descubrimiento que ha provocado su presencia en las vías urbanas de muchas ciudades.
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Almez del Real Jardín botánico de Madrid. Wikipedia |
No admite la poda y es sensible a las muy bajas temperaturas, por lo que es difícil encontrar por aquí una longevidad muy larga y su altura no suele sobrepasar los 15 m.
Un árbol envuelto en el mito, desde el mencionado Loto de la Odisea, en el que algunos estudiosos piensan que el loto de Ulises hace referencia a la almecina o alatón, fruto del almez. Sería árbol sagrado para los griegos, etruscos, celtas, pueblos iberos costeros y de Baleares, romanos… Incluso el madroño del oso madrileño, dicen que en realidad es un almez.
En el mundo rural catalán se plantaba un “Lledó” al nacer el primogénito. El cristianismo lo elevó a árbol sagrado en el siglo XIV, cuando la Imagen de la Virgen, venerada con el nombre de "Mare de Déu del Lledò", apareció bajo un “lledoner” en Castellón.
Se extendería la tradición de plantar esta especie junto a los santuarios, sobre todo en aquellos monasterios, templos y ermitas dedicados a la Virgen, la costumbre se ampliaría con los templos advocados a la santas mártires vírgenes.
Si observamos El Batlliu de Sort, veremos que la mayoría de las iglesias están advocadas a Vírgenes y santas, igual que Sort y Rialp.
El Batlliu presume tener la mayor cantidad de almeces por metro cuadrado de la comarca, ¿han sido sus agraciados barrancos?
Queda aún en el recuerdo de los ancianos la costumbre de recoger las casas su fruto, golosinas para los niños y un rico complemento alimenticio para los animales, pero sobre todo la base para confeccionar las saludables y exquisitas mermeladas de invierno.
Pero sus frutos y hojas tuvieron otras muchas valiosas propiedades, hoy prácticamente olvidadas, al margen de producir buenos licores fermentando su fruto cargado de azúcar.
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Hojas y fruto del almez. Wikipedia |
Los frutos y las hojas se emplearon para preparar infusiones medicinales con la intención de rebajar la tensión arterial, mejorar el funcionamiento del sistema digestivo, prevención de diarreas y disenterías, tratamientos del sistema genito-urinario: diuréticos, regulación del flujo menstrual, etc…
Posiblemente sin saberlo, pero su consumo les permitía rebajar el nivel de colesterol, el nivel de azúcar en sangre, el exceso de ácido úrico…
Sería largo exponer todas sus propiedades medicinales, las cualidades de su madera, de la que tan solo expongo que las horcas de almez están consideradas las mejores del mundo. Hay otras muchas propiedades asociadas a este hermoso árbol, por ello os dejo este ameno artículo que os complementará el enlace de la wikipedia que os dejé al inicio.
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