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29 julio 2022

RUTA 9 (V) . SURRI. Sta. Coloma. RIBERA DE CARDÓS. Sta. María de Ribera. Museo de las Mariposas.


A 3 km de Anàs se encuentra Surripoblación que corona Ribera de Cardós por el noroeste, talfortaleza sobre la Sierra de Aurati, descubriéndose en lo alto el “Mas” de Can Pubill y la iglesia de Santa Coloma.





SURRI


Según Joan CorominesSurri (igual que Sorpe) provienen del iberovasco: çur (o zur), significando: madera, con un sufijo de lugar que indica: “bajo de”. Es decir: bajo la madera (bajo el bosque)


En 1553 declara 1fuego eclesiástico y 4 laicos, reuniendo unas 25 almas.


Tres siglos después serían 9 cabezas de familia, conviviendo 66 habitantes.


El territorio es pedregoso, de baja cualidad sus tierras y aunque se ubica bajo una frondosa montaña, sus alrededores están despoblados de árboles.


Se cultivaba trigo, cebada, centeno, patatas, hortalizas, fruta y heno. Disfrutaban de buenas zonas de pastos, en los que se criaban todo tipo de ganadería especialmente mular y vacuna.

Disponían de abundante caza de liebres, perdices, urogallos y truchas.


Se incorporará a este siglo agrupando 12 habitantes. En 2023 agrupaban 16 censados. La cantidad de edificaciones de finales del siglo pasado y principios de éste, junto con otras modernamente restauradas, nos hizo deducir que en verano eran muchos màs.


La Fiesta Mayor se celebra el fin de semana más próximo al 10 de Agosto.



La actividad ganadera equina persiste, acompañada con inclinados y amplios prados de hierba y pequeños huertos para la autosuficiencia familiar, evidentemente todo ello en mucho menor medida que en el siglo XIX.


























No se puede negar que en general se ha conservado la esencia tradicional, utilizando la piedra del lugar en las fachadas, ventanas dinteladas con madera y techos de pizarra, aunque algunos la coherencia formal moderna es bastante relativa.



El pueblo organiza la veintena de edificaciones entre dos calles inclinadas e irregulares circundando el pueblo. 



El único plano recto lo encontraremos en la plaza Mayordelante del templo parroquial de Santa Coloma. En las proximidades de la bonita fuente de piedra y del abrevadero aparcamos.




Santa Coloma de Surri


Bien integrado en el patrimonio cultural, a una altitud de 1026 m. se encuentra este templo barroco del siglo XVIII que remplazó a la antigua iglesia románica, de la que tan solo queda un suelo de pequeños cantos rodados en la entrada de una casa particular.


El antiguo templo románico está documentado por primera vez en el acta de consagración de la Catedral de la Seu d'Urgell (s.XI), figurando entonces sufragáneo de Santa Maria de Ribera. 


La advocación a Santa Coloma me pareció muy interesante y en especial la polémica leyenda entorno a ella, por lo que le hemos dedicado la nota final del post



El actual templo barroco es de una sola nave dividida en tres tramos con bóvedas de aristas, dos capillas laterales y un ábside semicircular.


Hacia poniente se abre la puerta con arco de medio punto dovelado con la misma piedra pizarrosa de los muros. Dispone para su acceso de una escalinata semicircular de piedra y una rampa lateral. Por encima hay un óculo, alineado al piñón de la cubierta a dos aguas revestida de pizarra.



A nuestra derecha se levanta el campanario de planta cuadrada, con un alto primer piso a nivel del piñón de la cubierta, continúa con un segundo nivel mucho más corto ochavado irregular por rebaje de aristas.


Muestra cuatro vanos de arco de medio punto ligeramente rebajados, en los que descubrimos dos campanas.


Está coronada por una octogonal y puntiaguda pirámide con inclinada y baja inflexión a la base, en la cara sur se muestra una pequeña lucerna. La cubre finas y pulidas láminas de pizarra, en apariencia mucho más modernas que las del tejado.



Iniciamos el recorrido por el pequeño pueblo, ascendimos por una calle de curioso nombre: Cuco-Surri, orientándonos hacia sus límites norestes.



Volveremos a encontrar casas que no calzan tres décadas junto con añejas edificaciones, muchas con un desgastado enlucido blanco que mantienen orgullosas después de más de dos siglos, aunque también hay bastantes edificios que señalan su abandono, especialmente cobertizos y pajares.











En el extremo norte se encuentran los restos de la Iglesia de Sant Joan Baptista.

Es un pequeño templo de una sola nave del siglo XVII/XVII de estilo ecléctico, estaba cubierta por una bóveda de cañón, hoy caída, igual que el resto del techo y la totalidad del muro de poniente.

No supimos encontrar el pequeño oratorio de “Sant Miquel”, un templo románico de nave única en mejor estado que Sant Joan Baptista, aunque no por ello no dejan de pesarle sus indeterminados siglos de historia y abandono.


Otra ermita románica (siglo XIII) pero por desgracia también en decadente estado y de la que hablamos en Bonestarre (anterior post), es la de Sant Feliu.


Está situada por encima de la Central del Pubill y por debajo de las Feixes (bancales) de Pubillero, en un alto lugar estratégico y un espectacular mirador del valle.

Mapa topográfico de Sant Martí de Surri. ICGC.


Bajamos por la otra calle, situada al extremo occidental del pueblo. En los límites de la calle encontraremos Casa Pubill, una de las familias más importantes del valle, testimonio de ello es el apellido familiar asociado a unas bordas, el bosque, la “carrasca” (encinar), el molino o la central hidroeléctrica que, aprovechando las aguas del río Estaon, daría luz en la década de los 50 a Ribera de Cardós.


La casona de planta baja y dos pisos, es una imponente muestra de la construcción de finales del siglo XVIII. Está formada por un inmenso rectángulo con tejado de pizarra a cuatro aguas, en la que podréis contemplar varias lucernas.


Curiosamente en la fachada este y sur, levantadas encima del promontorio rocoso que salva el amplio desnivel, se muestran la mayor parte de entradas de luz. En la fachada norte se abre en el primer piso una amplia galería acristalada.


La entrada principal está en un inclinado y estrecho callejón. La añeja puerta de madera con un arco muy rebajado, al igual que su sobresaliente dovelado en piedra. Fijaros en la elegante moldura exterior de la puerta y en su cerradura, se dice que es original del siglo XIX.



Volvimos a situarnos al lado de la iglesia de Santa Coloma, dando por finalizada la visita iniciamos de nuevo el tránsito motorizado, despidiéndonos antes del centenario sauce que en el centro de la plaza reinaba con amplia poda.


La línea de defensa de los Pirineos


A poco más de doscientos metros andando desde Surri, en dirección a Ribera de Cardós, se encuentran los barracones en los que se alojó la sección militar, encargada de la construcción de los búnkeres de la línea de defensa de los Pirineos en el Valle de Cardós. Nunca se llegaron a utilizar y muchos quedaron inacabados.


Muy cerca hay unas construcciones inacabadas, excavadas en la roca y con una entrada con bóveda de hormigón, pretendían cumplir la función de refugio de retaguardia, es decir: proteger a la tropa, al ganado de carga y el material, en caso de un ataque desde el aire a los expuestos barracones.


Si continuáis por el mismo sendero hacia el sur, llegaréis en veinte minutos a Ribera de Cardós.


Después de recorrer unos 700 metros en sinuoso descenso por carretera, pasamos por debajo de las primeras casas del pueblo de Ribera de Cardós.



Eran las 18:50 h. cuando aparcamos. La previsión de recorrido, dado que queríamos visitar el pueblo y el museo de la mariposa, se alargaría en esta ocasión casi una hora y media. Teníamos la suerte de acompañarnos una luminosa tarde.


RIBERA DE CARDÓS


Según Joan Coromines, Ribera proviene del adjetivo latino “Ripper”, significando a la orilla del río.


El pueblo se sitúa al lado derecho del Noguera Cardós y en el fondo del Valle, lugar que se ensancha cercado por la “Serra d’Aurati”, alcanzando 2021 m. en el Pui de Pouet y en la sierra de Niarte 2085 m. en el Pui de Cassibrós.


Un pellizco de Historia


El castillo no sería documentado hasta 1281 después de la batalla de Balaguer, en el que el conde Arnau de Pallars en pago de su desleal sublevación dona al rey el dominio directo del Valle y el castillo de Ribera entre otras posesiones.


En la guerra de 1436 son derribadas todas las fortificaciones del Valle de Cardós, según los documentos acordados por el conde de Pallars Sobirá y el conde de Foix. En 1491 pasa al duque de Cardona.


En 1553 eran unos 75 habitantes, en 14 fuegos laicos y uno eclesiástico.


Por Ribera de Cardós pasaba el camino real, en dirección a Francia o hacia el Valle de Arán.


A mediados del siglo XIX serían 45 cabezas de familias conviviendo 337 vecinos.

Se cultivaba trigo, centeno, cebada, patatas, fruta, hortalizas y heno. Su comercio principal era el ganado de todo tipo y la industria de la madera. La caza de perdices, truchas y anguilas era abundante.


Ya hablamos de la incomunicación que vivió la Vall de Cardós y los altos niveles de precariedad que alcanzaron en el siglo XX, no siendo hasta mediados de siglo cuando se construirían las pequeñas centrales eléctricas que comenzaron a impulsar el desarrollo del valle.


De todas maneras el asfalto no llegará hasta la década de los 70, produciéndose la construcción de la hidroeléctrica de Tavascan y el aumento considerable de la población. A mediados de la década de los ochenta el éxodo volvería a manifestarse hasta finales del siglo XX.


Sería un municipio independiente hasta 1972  (incluyendo Surri y Cassibrós), fecha en la que se fusionó con Estaon formando el actual municipio “Vall de Cardós”.


Iniciaron este siglo 158 habitantes, en 2022 eran 183 los censados.


Actualmente Ribera de Cardós mantiene un 13’5 de territorio agrícola, de los que el 66 % son pasturas y altos prados. Por lo que la actividad ganadera, bovina y caballar principalmente,  sigue siendo importante.


Los bosques ocupan 2800 hectáreas, por lo que su aprovechamiento sigue siendo una actividad importante. Una serradora saliendo del pueblo es uno de sus testimonios.


Desde la última década del siglo pasado el crecimiento del turismo no ha dejado de crecer, igual que sus servicios.


Servicios turísticos


La valoración de los servicios es la de Google (2022).


Restaurantes


El único específico es el Restaurante Florido. El más popular de los restaurantes de Ribera de Cardós, con una valoración de 8,6, llega a la excelencia cuando hablamos de algunos de sus platos: caracoles a “la llauna”, costilla confitada… 

Por la noche se convierte en un Pub muy popular.


El FornEs un antiguo horno de pan reconvertido en bodega agrobiologica, podréis hacer un buen trasteo de vinos acompañados con excelentes quesos, embutidos de la zona y excelentes tapas. Tiene la valoración gastronómica más alta del pueblo, con un 9,8.


En el bar de l’Escala podréis comer un plato combinado, una pizza o un bocadillo en el bar con más animación vecinal del pueblo. Tiene una valoración de 8,2.


Alojamiento y restaurante.


El Hotel de Cardós  de dos estrellas, cuenta con una valoración media de 8,4. 

Curiosamente se critican las instalaciones antiguas o chapuceras de las habitaciones, mientras que se exalza el andar en un museo. En los pasillos del hotel el arte pictórico decora las paredes y en la planta baja, de forma casi abrumadora, inunda el amplio comedor. Curiosa y amplia es la colección de figuras de pesebre dispuestas en varias vitrinas. Se valora mucho la cálida atención de los dueños y su restaurante. El comer te da permiso a un baño en su piscinaEl restauranteabierto al público tiene una valoración gastronómica de 8 en relación calidad/precio. Ofrecen una cocina casera tradicional con productos Km 0, con un toque de creatividad, haciendo un guiño al arte que se expone.


Hotel Hostal Sol y Neu, de 1 estrella, en relación a la categoría de hotel, la valoración servicio/precio es de 8,4. Se valora muy bien el desayuno y la media pensión. Se puede acceder a la piscina del camping.

El restaurante está abierto al transeunte, no tengo valoración específicas de su gastronomía, pero sin reserva os será difícil comer aquí.


Hotel la Ribera, el hotel tiene tres estrellas y sus usuarios valoran las habitaciones merecedoras de tales estrellas, algo que no siempre se encuentra. En relación a su categoría/servicio y coste tiene un 9,4.

No encontré comentarios específicos del restaurante, solo los que los usuarios del hotel le otorgan entusiastas, por lo que parece pueden acceder los transeúntes con reserva previa.


Campings, apartamentos y casas rurales


Antes de encontrarnos las primeras edificaciones de Ribera, viniendo de Llavorsí y a la derecha, se encuentra el camping de Cardós. Según algunos el mejor equipado para niños. Ofertan pequeños y singulares bungalows, amplios bungalows de madera. Piscina… La valoración es de 9,2.

También disponen de 9 apartamentos rústicos, totalmente equipados para un máximo de seis personas.


Al otro extremo del pueblo, ahora a la izquierda y a pocos metros del puente de Cassibrós, se encuentra el Camping la Borda del Pubill, con tres décadas de existencia es uno de los más populares campings del Noguera Cardós. Ofrece bungalows, bungalows de luxe y casas correderas. Piscina…Tiene una valoración de 9.


“Apartaments Cardós (no confundir con el conjunto de apartamentos modernos anunciandos con el mismo nombre), es una casa rural para seis personas, con cuatro camas en tres habitaciones, cocina completa, sala de estar y dos cuartos de baño, con una valoración de 9,6. Tendréis que buscarlo directamente en un cercador de hoteles.


En el interior del casco antiguo:


La Llucanes. Cuenta con dos apartamentos totalmente equipados para cinco y dos personas.

Casa Joan de Ribera, apartamento de máximo seis personas muy bien de precio si lo completáis, está bien equipado, pero tener en cuenta el llevar sábanas.



Ferias y festejos

Feria de Brujas y Encantadas


En el tercer sábado del mes de agosto se organiza esta mágica feria, en la que se mezclan tradiciones paganas con supersticiones cristianas, leyendas orales y escritas sobre las brujas en el Pallars, remedios, maldiciones… Se realizan pasacalles, cuentacuentos, teatro y un número importante de actividades dedicadas a los pequeños. Durante todo el día se expone un amplio mercado de productos artesanos.


Por la noche, se realiza el animado baile de las brujas, creado por los propios vecinos de Ribera de Cardós, acompañado de fuegos artificiales y música celta, con la espectacular participación con un espectacular “correfoc” de los diablos del municipio.






Carnaval y baile de la Passa



La fiesta Mayor se celebra alrededor del 9 de septiembre.



Aparcamos en la parte alta de la amplia plaza que se crea en las inmediaciones de la Iglesia de Santa Maria, un poco alejada del núcleo poblacional y cercana al río.



Delante del templo y en el centro de la plaza se ubica la copia de la Creu de Terme del Forat de Cardós”.


Es una cruz gótica en piedra pizarrosa gris sobre un pilar granítico de vasto corte. Un cordón trenzado compone el sinuoso marco del cuadrado sobre el que sobresalen cuatro óvalos, en cruz de cuatro hojas, manteniendo en el interior de una de las caras la figura de Cristo clavada a la cruz, con larga cabellera, manos grandes, brazos desiguales y piernas cortas.


Al otro lado se cinceló en su interior la figura de la Virgen María con el niño en los brazos, sobre una ménsula con forma de cabeza humana y protegido por encima por un baldaquín. A los lados de la figura hay dos escudos.



Antiguamente se encontraba en la entrada del la Vall de Cardós, en el llamado “Forat de Cardós”, señalando los términos territoriales del valle.


Dado el desgaste del grabado, se realizó una réplica que sería colocada primero en la plaza Mayor, para ser trasladada aquí años después.


El original está en la plaza Mn. Cinto Verdaguer, protegido dentro de una vitrina. 


Santa María de Ribera de Cardós.


Se conoce su existencia desde el siglo IX. Aparece mencionada en la acta de Consagración de la Catedral de la “Seu d’Urgell” (s.X) con el nombre de “Sancta María Cardonensis”.


A mediados del mismo siglo figura propiedad del Monasterio de Guerri de la Sal, al ser cedida por los condes Isarn y Guillermo I del Pallars. Esta vinculación ya no existe en el siglo XII, cuando depende directamente del obispado de Urgell. Convirtiéndose en la sede del decanato (arciprestazgo) de todo el Valle de Cardós.


Para administrar su diócesis el Obispo contaba con “decanos”, destinados a supervisar y garantizar su funcionamiento, llevar la administración económica y judicial y velar por el cumplimiento de los acuerdos impositivos.

La palabra “decano” deriva del latín “decanus”, significando en su origen: líder a cargo de diez personas.


En el siglo XII se amplió el templo con tres naves, un ábside, dos absidiolos y se levantó la espléndida torre campanario de inspiración mudéjar.


Delante de la fachada principal situada en el oeste, nos detuvimos unos minutos para observar los testimonios románicos de la fachada. A ambos lados de la puerta y en el adovelado en arco de medio punto de las alturas, se puede intuir un posible atrio en su origen.


A la puerta con arco de medio punto la enmarcan tres arquivoltas en degradación, la del extremo exterior a modo de guardapolvo descansa sobre unos canecillos ajedrezados y está decorada con un friso de sierra. Motivos que se repiten de forma horizontal sobre los tres arcos ciegos y los dientes de sierra rodean el rosetón, circundado en su interior con prominentes dentículos.


Antes de recorrer su exterior, aprovechando que la puerta estaba abierta, nos incorporamos dentro.


Es un templo de amplia y única nave, cubierta con bóvedas de aristas y con capillas laterales bajo tribunas con troquelados balaustres de madera, en apariencia cegadas tras los arcos.



Preside el barroco retablo la imagen iluminada de la VIrgen Maríadentro de una amplia hornacina por encima del altar, está acompañada con dos grandes figuras de santos.



Otra vez en el exterior del recinto, nos dirigimos por la fachada norte, que traspasando una verja bajo un arco de herradura ligeramente apuntado y adovelado en hojas de libro, nos introducía en el cementerio.



Se descubre en el amplio campo santo delante del ábside y absidiolos, de los que hoy tan sólo queda el situado en el sureste, el otro sería reemplazado por una amplia sacristía, con tejado inclinado en una sola vertiente.



El ábside semicircular parece ligeramente deformado, lo que hace suponer que se modificó el original ampliándolo, pero su espeso enlucido no permite comprobarlo.


En la parte central y sobrepuestas se abren dos ventanas de doble derrame cegadas, situadas en dos niveles distintos, lo que hace suponer que en un principio existía una cripta bajo el presbiterio.



La misma función de sacristía desarrolla hoy en día el otro absidiolo semicircular, el único preservado sin aparentes transformaciones estructurales.


Cuenta con una ventana abocinada en la parte central, bellamente enmarcada con piedra pómez. Bajo la cornisa del tejado se pueden apreciar arcos ciegos apoyados en ménsulas.



Adosada al muro de tramontana de este absidiolo se sitúa la espectacular torre campanario. Su visión la completaríamos circunvalando el templo.


El campanario, de amplia base cuadrada con cuatro pisos, está decorado siguiendo la tradición lombarda, con frisos de arcos ciegos y dientes de sierra, así como amplias lesenes cantoneras. Por encima del último friso de arcos ciegos encontramos otro en base del trenzado de rombos.



Las dos plantas inferiores corresponden a altos zócalo cubiertos con bóvedas de arista. Cada cara tiene dos largas y estrechas aspilleras correspondientes a los dos primeros pisos.


En la tercera planta se abre en cada cara un amplio vano con arco de medio punto. En la cuarta planta se muestran cuatro ventanas geminadas divididas por una columna con capitel, creándose arcos ligeramente apuntados a los lados. Una de ellas está destruida, observándose la campana tras de ella, la hicimos sin conocimiento de causa culpable de la desgracia. También pensamos que no sería tan caro restaurarla, la torre se lo merece después de aguantar ocho siglos en pie.


El acceso a la torre es posible, pero nadie nos supo indicar el cuándo y el cómo. Según nos explicaron los tres primeros pisos mantienen la escalera de piedra adherida al muro, y desde allí se accede por una escalera de madera a la última planta. Es un espléndido mirador del Valle.


La torre está coronada con almenas escalonadas con aspilleras, lo que indica, junto a las aspilleras laterales de la torre, el evidente carácter defensivo.



Dejando el templo a nuestra espalda ascendimos hasta la carretera, la entrada al casco antiguo se presentaba delante nuestro. En el centro, a un nivel más bajo que la carretera, está la plaza Mossèn Jacint Verdaguer, con la cruz de término gótica original detrás de un cristal adosado al muro de la plaza.


Eran las siete y quince de la tarde, dado que el núcleo antiguo no tenía hora de visita y al otro lado de la carretera se encontraba el Museo de las Mariposas que sí la tenía, nos incorporamos al museo.



Museo inaugurado en 2002 en Pujalt (Sort) y trasladado en 2018 a Ribera de Cardós. 

Alfons Dolsa y Mª Teresa Albarran lo dotaron con más de 25.000 ejemplares de mariposas diurnas de Cataluña, reunidas por ellos después de 47 años de investigación. En la actualidad se han añadido algunas colecciones privadas.



Disfrutar del documental "Maravillas del mundo de las mariposas", descubriendo la fascinante vida de estos delicados y bellos seres alados, termómetro de la salud medioambiental de los bosques y principal generador de su biodiversidad. 


El museo cuenta con una biblioteca especializada en lepidopterologiaSi tenéis interés en aprender no dudéis en preguntar, no siempre se tiene el privilegio de poder contar con los propios investigadores para que nos informen. En el caso de que no estén, su hijo los suple perfectamente con saber y autoridad. No dudéis en aprovecharlo.



Aunque la exposición es pequeña en espacio, es muy amplia en contenido, tan solo con la introducción que nos hizo el muchacho, no tuvimos tiempo para ahondar más tarde en los interrogantes que nos aparecieron, por lo que requiere la visita más de los veinticinco minutos que nosotros le dedicamos.


Durante todo el paseo por la Vall de Cardós las mariposas habían sido nuestras compañeras en el tránsito, por lo que aporto en su agradecimiento y reconocimiento al trabajo realizado por Alfons y Teresa, esta fotografía en el que el mundo animal y el vegetal se me presentaron miméticos.



El casco antiguo


Ascendiendo por encima de la plaza M. Cinto Verdaguer, se abre por la derecha la inclinada calle Mayor, si lo hacemos a la izquierda por debajo del amplio cobertizo llegaremos a la calle de la Font. Optamos por ascender por ésta, con la intención de bajar en el regreso por la calle Mayor.


Antes de subir por la calle de la Font, continuamos por la izquierda bajo el amplio porche, hacia lo que se podría entender fue una de las entradas del pueblo.



A pocos metros encontraremos la fuente y el abrevadero bajo un tejadillo a dos aguas sobre un envigado de madera cubierto de pizarra.



La calle de la Font en su origen da la impresión, de haber formado parte sus casas situadas a la derecha de los límites exteriores de la villa cerrada. 



En ningún lugar encontramos la identificación de las dos ermitas particulares en el interior de pueblo, así, en el comienzo de la calle del Font creímos estar delante de la “Purísima de Casa l’Apotecari” (s. XVIII), ofrecía la apariencia de conservarse en buen estado pero en total desuso.



Continuando ascendiendo por la misma calle, pasados los tres edificios a la izquierda, aislada y a unos treinta metros nos habían indicado que estaba la ermita de Santa Llùsia de Casa Mora, pero muros de huertos olvidados impedían la visión


Ribera de Cardós también cuenta con una capilla pública al sudeste del pueblo cercana al río, dedicada a Sant Cristófol (Cristóbal) y en bastante buen estado pero también en total desuso.



Continuamos ascendiendo hasta la parte alta del pueblo en la que volveremos a pasar por cobertizos, puertas cerradas y humildes casas bien conservadas con nuevos tejados de madera y pizarra. Llegaremos a una preciosa y amplia masía con fundamentos del siglo XVIII.



Continuaremos ascendiendo hasta alcanzar el saliente rocoso en el que se levantó el castillo, según parece derrocado en 1436.


Al llegar a los límites norteños del pueblo, te das cuenta observando la torre de Santa María al fondo, de todo lo que has ascendido. Me pareció curioso encontrar un cubo de la basura en el balcón de sus límites, símbolo de la notoria limpieza de su interior.


El lugar es un mirador dispuesto para poder aparcar los coches y desde los que parten los antiguos caminos a Surri y Estaon.


El lugar es quizás el más lleno de contrastes, dado que coronado el cerro hoy con modernas construcciones, guardando compostura frente a la tradición arquitectónica. 


 

Poco más abajo encontraremos centenarias casas, unas humildemente conservadas y otras con renovados tejados de pizarra y ventanas con brillantes dinteles de madera, pero entre ellas también se mostraban algunas en total abandono.

Probablemente será el lugar en el que al bajar por sus estrechas e inclinadas callejuelas, nos aproxima más a la herencia medieval del pueblo. Sin tener claro el cómo, llegamos a la plaza Mayor. 


Desde ésta, cerca del abrevadero, nace la calle Serradell

Continuamos por la calle del Racó, en la que se ubica la zona más oriental de la villa y posiblemente la más abandonada. 


Retomamos el camino y nos volvimos a situar en la Plaza Mayor, desde aquí descenderíamos por su homónima calle hasta la carretera.


 


  Centro de interpretación de la guerra civil 


En 2010 se inauguró este espacio de memoria histórica, con la pretensión de ser un punto de información y reflexión sobre la guerra civil y la postguerra en “La Vall  del Noguera Cardós”, sobre los acontecimientos que desde 1938 a 1945 determinaron la vida en el valle.


Han diseñado dos itinerarios a pie, rodeados de gran belleza paisajística y de fácil acceso, en los que descubriréis los testimonios patrimoniales de la contienda, acercándonos a la llegada del ejército franquista al valle, el estancamiento del frente, la derrota, el exilio, la represión…


Conoceremos la construcción de los búnkeres (se visitan 4) para fortificar la frontera, una puerta de entrada de miles de judíos huyendo de los nazis y la incursión de algunos maquis, pero por la que nunca se produjo la esperada invasión desde Francia.




Senderismo desde Ribera de Cardós 

Si contáis con un 4x4 o un coche alto (recordar siempre verificarlo), podéis acceder desde Ribera de Cardós por un camino forestal al Pla de Negua, espectacular llano por encima de los 2000 m, del que ya hablamos desde Esterri de Cardós o en la anterior ruta desde Alins (Vall Ferrera).

Hemos ido mencionando desde Estaón y Ginestarre los principales entornos y accidentes naturales que, evidentemente, desde Ribera de Cardós también se pueden visitar en marchas más largas. Pero en este caso, con una importante cantidad de propuestas de recorridos familiares por los alrededores de Ribera (incluida la ruta de los búnkeres si queréis hacerla por vuestra cuenta). Creo que lo mejor es dejaros esta amplia selección de Wikiloc.


Nuestro viaje, en este caso, carece de continuidad en las rutas, dado que nos quedaríamos a dormir en Ribera de Cardós dos noches, participando al día siguiente en la Feria de las brujas y encantadas del Pallars, por ello dispondremos de mucho más tiempo para disfrutar de este encantador pueblo.


Nosotros iniciaremos la Ruta 10 dos días después desde Rialp, visitando por la mañana la zona oriental del municipio de Rialp y los pueblos históricos de Romadriu y Montenartró del municipio de Llavorsí.  Después de comer nos dedicaremos a conocer Rialp, sus inmediaciones y servicios.

Si vuestra intención es hacer Rafting o barranquismo, tendréis que cambiar el orden de las visitas. Recordar también el conocer con previsión el tiempo en Port Ainé, si queréis disfrutar de su alto paisaje y de los hermosos equinos comiendo en sus prados o de poder recorrer las numerosas rutas senderistas desde Rialp.




*       *       *       *        *

Las Santas Colomas

La religión católica reconoce cuatro santas bajo el nombre de Coloma (Paloma). Las dos más antiguas se sitúan en el mismo siglo III y ninguna se llamaba Coloma. El mito que las envuelve se insinúa proceder de la ninfa griega de agua dulce: Aretusa.

Santa Columba de Sens tendría una gran difusión en la Edad Media en la península desde el sureste de Francia, prueba de ello es la cantidad de pueblos que enuncian su nombre o la tienen de patrona.  

La leyenda cuenta que Coloma de Sens pertenecía a una noble familia pagana española, la abandonaría, huyendo del culto impuesto a los dioses, cruzando los Pirineos. En Vienne sería bautizada y a continuación se establecería en Sens. Parece ser que su nombre era Eporita, llamada Columba (Paloma) por su inocencia.


A los 16 años sería arrestada en Sens durante una persecución de cristianos; encontrándose en la ciudad el emperador Aureliano Lucio, sería llevada ante él. Se dice que en el intento desesperado de hacerla renunciar a su voto de castidad, le propuso matrimonio con su propio hijo. Dada su negativa, ordenó encerrarla en el anfiteatro para ser desvirgada, pero cuando se presentó el joven para tal cometido, un oso escapado del anfiteatro intervino para protegerla.

Aureliano enfurecido ordenó que tanto la virgen como el oso fuesen quemados vivos. Encendido el fuego a sus pies, una milagrosa lluvia repentina inspirada por Dios la apagó, permitiendo al oso escapar.


El Emperador condenó a Colomba a morir degollada. Sería documentada su ejecución en un bosque a las afueras de Sens. Según la leyenda, al caer su sangre brotó un manantial de agua cristalina y sería enterrada por un hombre que había recuperado la vista invocando su intercesión.


La otra santa Coloma, nacida medio siglo después, es Santa Columba de Roma, en este caso, dado los doce años de la muchacha, lo de virginidad y el oso no se presentan.


Las otras dos Santas Columbas morirían seis siglos después: Santa Columba de Cornualles (con gran influencia en los pueblos celtas) y Santa Columba de Córdoba, las dos con clara adaptación simbólica de la leyenda de Santa Coloma de Sens, con eso no quiero decir que los personajes no existieran.


Según la leyenda la Coloma cordobesa pertenecía a una comunidad mozárabe, cuando murieron sus padres decidió guardar voto de castidad y convertirse en monja de clausura para dedicarse a la vida contemplativa, la penitencia y la oración.


En el año 852, la persecución musulmana expulsó a las monjas de su convento y todas fueron a refugiarse en una casa vecina a la iglesia de San Cipriano de Córdoba.


La muchacha formaba parte de los que estaban dispuestos a morir defendiendo sus creencias, dado que el martirio santificaba y era una puerta directa al cielo, idea muy extendida desde el siglo IX al XI.


Desestimando el consejo de que se abstuvieran los cristianos de provocar a los invasores, Columba se presentó con temeraria arrogancia varias veces ante el magistrado moro para negar la divinidad de Mahoma y la autoridad de su ley.


Evidentemente sería decapitada y su cuerpo mutilado arrojado a las aguas del Guadalquivir.

A los seis días de forma milagrosa (toda santidad requiere al menos un milagro) su cuerpo aparecería unido e incorrupto en la orilla del río. Los monjes la enterraron en la iglesia de Santa Eulalia de Fragellos de Córdoba. No aclaré lo de con cabeza o sin ella.

De la leyenda celta surgirá la “Comba” gallega. Se convertirá en la patrona de las brujas gallegas, pero intercesora con Dios a favor del hombre y en contra de éstas.

La leyenda cuenta que “Comba” era una joven y hábil bruja que, al encontrarse con Jesucristo por senderos de Galicia, se convirtió al cristianismo haciéndose monja. Sería también decapitada por no renunciar a su fe y castidad en Coimbra.

Su influencia en las brujas se extendería por toda la península, recordemos que los dos días más importantes de sus reuniones en el Pallars Sobirà se producían por San Juan el 24 junio y en Santa Coloma el 31 de diciembre.

El culto a Santa Coloma de Sens sería introducido por los francos a partir del siglo IX, se difundió rápidamente por la iglesia visigoda remplazando a la Coloma cordobesa o creándose nuevas leyendas mezclando las dos.

La más conocida es la del pueblo riojano de Santa Coloma, cerca de Nájera, lugar que dice albergar los restos de la Santa (se discute si son de la cordobesa, la francesa o de otra Coloma local). Mantienen una leyenda de inicio parecida a la cordobesa, pero con un desarrollo más cercano a la de Sens. En este caso se refugia en una cueva del bosque dominio de una gran osa, apareciendo de nuevo esta protectora y mítica figura animal.

La confusión frente a la Santa Coloma que se invoca, lo comparten muchos otros pueblos del centro y norte peninsular, la ermita de Albendiegos (Guadalajara) del siglo XII o la de Arceniega (País Vasco) son un ejemplo.

La cristiandad visigoda buscó patrocinar mártires de los musulmanes por no renunciar a su fe (igual que lo hicieron los romanos) para justificar la Santa cruzada de la reconquista, pero en realidad por esta exigencia serían bien pocos los ejecutados durante siete siglos de dominio musulmán, y la mayoría, igual que la Coloma Cordobesa, provocando ellos mismos el “martirio”.


En la mayoría de los pueblos la convivencia religiosa fue respetuosa durante siglos, aunque lo hicieran en modestas iglesias junto a grandes mezquitas, pero incluso con gobiernos ortodoxos y sanguinarios como el de Almanzor y su hijo, la destrucción de los templos cristianos fue más por el botín y el correspondiente empobrecimiento del enemigo que por su valor religioso. Despiadados y crueles nunca mataron a nadie de forma explícita por no renunciar a su fe. Incluso Almanzor respetó el templo de Santiago de Compostela, siendo ya revestido el apóstol en el principal soldado celestial en la cruzada contra el Islam.


Evidentemente en territorio musulmán y cristiano, cualquier forma de poner en duda la autoridad era drásticamente castigada. Otra cosa era la forzada pérdida de virginidad por abuso de poder o fuerza, un problema también compartido con los cristianos, más de índole moral y cívico que religioso.


La idea de pureza devino en impositiva y sagrada, el perderla antes de hora teñía de pecado mortal el alma, llegando a ser la propia mujer la rechazada y estigmatizada por haber sido forzada a perder su “inocencia”, especialmente si había sido por un infiel. 



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